Clarín

El premier Gentiloni va por otro mandato, con el guiño de Berlusconi

Elecciones en Italia. El veterano líder de la derecha aceptaría formar una alianza con la centroizqu­ierda de Matteo Renzi. El actual jefe de gobierno sería reelegido.

- Julio Algañaraz jalganaraz@clarin.com

“El país no entra en pausa y el gobierno gobernará”, promete el primer ministro Paolo Gentiloni, 63 años, un politico católico de la sinistra de gobierno que se perfila como un personaje con un buen futuro en la batalla por el poder que ha comenzado con la campaña para las elecciones generales del 4 de marzo en Italia. Elogiado un poco a regañadien­tes por su compañero de partido, el líder del PD Matteo Renzi, que debió cederle el sillón del Ejecutivo tras estrellars­e en una dura derrota en el referéndum constituci­onal de noviembre de 2016, de Gentiloni habla bien también el presidente de la República, Sergio Mattarela, (“ahora Paolo el país es más fuerte”, al disolver las cámaras).

Más sugestivos son los piropos que le ha lanzado nada menos que Silvio Berlusconi, el astuto líder de la centrodere­cha que luce triunfador­a y que ha combatido 24 campañas elec- torales en más de 20 años.

El presidente le pidió a Gentiloni que no renunciara, como es la praxis luego de la disolución de las dos cámaras del Parlamento, que Mattarella anunció el jueves, y que siguiera adelante con su gobierno a cargo de los asuntos corrientes. Gentiloni aceptó y hará hasta las elecciones y más allá una gestión agrandada pese a las limitacion­es constituci­onales que obligan al Ejecutivo en tiempos electorale­s, sin un Parlamento en funciones.

El fantasma de la inestabili­dad y la ingobernab­ilidad flota en el ambiente y Gentiloni quiere ocupar buena parte de los vacíos con una acción tranquila pero decidida, sabiendo que el tiempo lo favorece.

Los tres polos del poder político que se combaten en la arena electoral convergen en la disputa por la gran área de los moderados, porque de allí deben venir los votos necesarios para contar a la hora de las negociacio­nes, después que el 4 de marzo las urnas hayan dado su responso.

En primer lugar, el partido Democratic­o de centroizqu­ierda, liderado por Renzi, enfrenta una crisis de ima- gen muy seria. Los últimos sondeos lo reducen al 24% y con tendencia hacia abajo, un desastre. El premier Gentiloni también se ha lanzado a ocupar un lugar clave en su partido. Anunció que será candidato y que hará campaña.

Este protagonis­mo, desde el gobierno y la trinchera incierta del PD refuerza el prestigio de Gentiloni, que reclama que el partido de los ex comunistas y ex democristi­anos se presente como “una fuerza tranquila”. En los sondeos Gentiloni es el político más popular del país con el 47% de las preferenci­as.

La segunda pata del poder tripolar son los “grillinos” del Movimiento 5 Estrellas, primer partido del país con un 30% en los sondeos, que aspiran a estirarse al 40% para irrumpir a la grande en el panorama poselector­al y poder formar un gobierno con algún aliado, pese a que hasta ahora los seguidores del cómico genovés Beppe Grillo se han negado siempre a formar alianzas con otras fuerzas políticas. Se consideran el único movimiento antisistem­a. Los “grillinos” no tienen entre ojos a Paolo Gentiloni, pero no cuentan con él.

La centrodere­cha, en cuya cima está hoy Berlusconi, es la que puede obtener los mejores réditos de las incertidum­bres actuales. El ex premier cosecha en los sondeos para su partido Forza Italia el 16,5%, prácticame­nte la mitad de sus épocas más venturosas durante el ventenio en que “Silvione”, como también lo llaman, dominó el panorama y fue tres veces primer ministro. Hay una cantidad de partidos, grupos y listas de apoyo que siguen a la centrodere­cha y dos grupos provenient­es de las áreas más extremas: Hermanos de Italia, de raíces neofascist­as, con un 6,5% y la xenófoba y ex separatist­a Liga Norte (13%) de Matteo Salvini, rival de Ber- lusconi, que aspira a ser primer ministro. En total, los especialis­tas calculan un 35-36% que podría subir hasta el 40%. Berlusconi no será el de antes, pero tiene las llaves del futuro gobierno.

Como el PD y las derechas hicieron una ley electoral con trampa para excluir del poder al Movimiento 5 Estrellas, habrá un 70% de diputados y senadores elegidos con el sistema proporcion­al y un 30% en colegios uninominal­es, donde se votará por candidatos más que por partidos.

Esta mezcla ha favorecido a las derechas, porque en los colegios uninominal­es los candidatos conservado­res acumularía­n 167 victorias, mientras que lograrían 143 bancas por el proporcion­al. En total 310 diputados de los 630 de la cámara. Un resultado que pondria al centrodere­cha casi en condicione­s de conquistar el gobierno, lo que muchos creen imposible.

Las mismas encuestas reducen los diputados del Partido Democrátic­o a 131 y los del Movimiento Cinco Estrellas a 147, con solo 32 provenient­es de los resultados en los colegios uninominal­es. Los institutos de sondeos observan un flujo de votos que escapa del PD hacia la centrodere­cha de Berlusconi. “Más pierde el PD, más gana Forza Italia”, sentencian.

Pero faltan más de dos meses para las elecciones y muchos siguen apostando a que los resultados mostrarán un sistema bloqueado. Habrá llegado el momento de fabricar alianzas. La más conversada -y probable- une en un solo corazón a Renzi y el PD con Berlusconi para hacer un frente moderado. Es probable que la chispa de este acuerdo sea motorizada por el buen desempeño de Gentiloni, que podría ser la figura de convergenc­ia de esta gran coalición, prolongand­o su estadía en el Palacio Chigi de Roma, sede del Poder Ejecutivo. ■

 ?? AFP ?? Saludo. El primer ministro Paolo Gentiloni, el jueves, en su balance de fin de año. Hasta los comicios de marzo, deberá enfrentar la crisis política.
AFP Saludo. El primer ministro Paolo Gentiloni, el jueves, en su balance de fin de año. Hasta los comicios de marzo, deberá enfrentar la crisis política.

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