Clarín

Sin Navidad, rodeados de dramas y cerca de los asesinos

El difícil fin de año de los papás de Brian. Viven aterroriza­dos y con problemas familiares producto del dolor y el estrés.

- Mariano Gaik Aldrovandi

Para los papás de Brian, el crimen de su hijo fue ayer. No lo dicen como un cliché: es por la sensación de que la tragedia que arrancó hace un año generó una ola expansiva que aún no se detuvo. Tres meses después de la muerte del chico, José Passada, uno de sus abuelos, falleció. “Fue de angustia”, asegura Eliana, la mamá, quien destaca que no tenía problemas de salud hasta que mataron a su nieto.

Enrique Aguinaco, el otro abuelo de Brian y quien lo acompañaba cuando lo balearon, no para de castigarse. “Yo ya le dije que él no podía hacer nada. Que no se eche la culpa de lo que pasó”, cuenta Fernando, papá del nene. De ese día, el peor de sus vidas, no hablan.

Para los padres de Brian, que están separados, el 25 de diciembre fue un día como cualquiera. “No hay Navidad”, dice Fernando. “Ese día del año pasado estábamos en el hospital, esperanzad­os”, recuerda Eliana. “Tenemos hijas y uno trata de ponerle un poco de onda por ellas”, aclara la mujer. “En mi caso, mi nena se fue con el papá y yo cené con mi novio como un día más”, explica. Fernando se juntó con su padre, su hermano y el resto de la familia. “Comimos ahí, abrimos los regalitos y se acabó”, señala.

El 26 de diciembre la tragedia volvió a hacerse sentir. “Al marido de mi mamá le agarró un pico de presión y quedó con la cara paralizada”, relata Eliana. Días antes, también en Flores, uno de los sobrinos de la mujer sufrió un asalto. “Vivo con miedo”, dice ella y reconoce que quedó “muy paranoica”. Aunque sus temores están fundados en reencontra­rse con el asesino de su hijo. “Una cosa es saber que vino al cementerio a despedir a su hermano, otra sería encontrárm­elo. No sé qué podría pasar”, asegura Eliana.

Brian Joel, el menor acusado del crimen, que está en Perú con sus abuelos, volvió al país el 12 de diciembre para el entierro de su hermano, asesinado en un enfrentami­ento entre bandas en la villa 1-11-14, según los Aguinaco. Su madre, Adriana Cruzado, lo veló en un restó bar que tiene en el barrio. En octubre, esa mujer intentó reunirse con los padres de Brian en medio de una extraña situación. “Me rom- pieron el vidrio del auto en la puerta de casa. Me robaron todo, el estéreo, billetera, campera... me desvalijar­on”, recuerda Fernando. “Fui a hacer la denuncia y cuando estaba saliendo me encararon dos personas”, agrega. Los dos hombres, de nacionalid­ad peruana, le dijeron que querían hablar con él. “¿Cómo me vas a venir a buscar? ¿Vos estás loco? ¡Tendría que arrancarte la cabeza a vos!”, les dijo el padre de Brian. “Queremos hablar con usted y su mujer, que mi señora le quiere decir bien quién fue”, afirmó quien resultó ser la pareja de Cruzado. Cuando Fernando volvió de la comisaría, un joven fue a llevarle los documentos.

A pesar de eso, el papá de Brian no solicitó custodia. Sí Eliana, que también decidió mudarse para mayor tranquilid­ad. Por eso, la habitación de su hijo ya no está. Quedan, sí, sus trofeos, fotos y cosas que guarda Fernando. Quedan sus secretos, esos que solo sus amigos conocen y que ni su madre pudo conocer cuando les pidió que le contaran de él. Queda una estrella que una de sus hermanitas señala diciendo que Brian la mira desde ahí. ■

 ?? MARIO SAYES ?? Recuerdo. Los padres y las hermanas de Brian en la suelta de globos que hicieron el 26.
MARIO SAYES Recuerdo. Los padres y las hermanas de Brian en la suelta de globos que hicieron el 26.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina