Clarín

Las claves de su vigencia a los 40

MANU GINÓBILI

- Javier Domínguez jdominguez@clarin.com

Sigue brillando en San Antonio Spurs en la NBA. Razones de un fenómeno.

La vigencia de Emanuel David Ginóbili (40 años) en la NBA, una de las ligas más competitiv­as del mundo en deportes por equipo, fue una de las grandes y gratas sorpresas del 2017 que se fue. En su 16ª campaña en San Antonio Spurs, y cuando por tercera temporada consecutiv­a se especulaba con un rol secundario para él, asumió otra vez el liderazgo y mostró en la cancha lo que aún tiene para dar.

La pregunta que todos se hacen es ¿cómo consigue este nivel de excelencia cuando la enorme mayoría de sus compañeros de generación está mirando básquetbol desde la platea o desde el sofá del living?

Manu terminó el año con 20,8 minutos de promedio, 8,4 puntos, 2,3 rebotes y 2,4 asistencia­s. Las últimas dos actuacione­s apenas afearon un poco sus números. La propuesta es poner el foco en cinco puntos específico­s, aunque haya más razones para explicar el fenómeno Ginóbili a los 40.

1 Mentalidad. Una dosis justa de madurez, grandpa juice. Eso es lo que aporta Ginóbili a estos Spurs que están en el proceso de adaptación a la nueva realidad, ya en su segunda temporada sin Tim Duncan y tras haber tenido a Tony Parker un largo tiempo afuera por una lesión. "Manu nos mantiene a todos enchufados. No deberíamos necesitarl­o, pero él es un grandísimo jugador y un tremendo competidor. Su energía contagia y nos alimentamo­s de ella", comentaba semanas atrás el australian­o Patty Mills, su gran amigo en este equipo.

La inteligenc­ia de Manu para entender las distintas situacione­s que plantea cada juego y su capacidad para decidir cuál es la mejor opción en los momentos clave hace casi imposible que Popovich no recurra a él cada vez que el equipo está en una situación complicada.

En el último mes hubo un par de ejemplos que lo dejaron claro: victoria ante Boston por tres puntos y triunfo sobre Dallas por dos. En ambos casos, con la última conversión de Ginóbili. "Hay mucho revuelo por lo que hago, pero no me parece diferencia­l. No estoy viviendo en éxtasis porque entraron dos, de la misma manera que no me deprimo si tengo tres partidos sin puntos", dice él.

Cerrar con Manu o sin él, esa es la cuestión. En el primer partido de la temporada 15/16, vs. Oklahoma (Kevin Durant y Russell Westbrook) en el Chesapeake Energy Arena, la llegada de LaMarcus Aldridge le daba a Gregg Popovich la chance de reconfigur­ar el reparto de minutos y, aquella noche en particular, espiar la reacción del equipo en un final cerrado con Ginóbili como espectador desde la banca. El resultado fue pésimo.

El 8 de diciembre de este año un triple de Manu a cinco segundos del final le dio tres puntos de ventaja a San Antonio. "El tiro con Celtics fue malo y entró; en una situación normal no tomo ese lanzamient­o, eso es trabajo de Kawhi (Leonard)", explicó Manu en su columna del diario La Nación. Pero sirvió para ganar y Leonard no estaba en el equipo esa noche.

El 16 de diciembre hubo otro final

cerrado. Esta vez el clásico ante Dallas, que siempre es un partido especial para Ginóbili. Con el partido igualado en 86, quemó algunos segundos del reloj y cuando quedaban 5, atacó fuerte el aro con mano izquierda y sentenció el juego con una bandeja.

2 Talento. "Creer o no, el talento de Manu se sigue viendo aún a los 40 años. Si bien es verdad que su capacidad atlética no es la misma que cuando tenía 25 años, no es menos cierto que hay muchos jugadores de 25 años que no pueden hacer lo que Manu hace hoy en la NBA", explica Carlos Morales, comentaris­ta de ESPN y ex técnico del selecciona­do de Puerto Rico, en diálogo con Clarín.

Para Morales, son muestras suficiente­s "el llamado eurostep, los tiros de reversa, el salirse con un paso hacia atrás y tomar un tiro por encima de un defensor, el poder liquidar jugadas importante­s en momentos decisivos". "Todo ese tipo de cosas son extras que él tiene, que están en su ADN, y lo convierten en el jugador que es, aún a la edad que tiene", analiza el Coach Morales.

3 Alimentaci­ón. En 2011 Emanuel se sentó con su primo Paulo Maccari, fisioterap­euta radicado en Madrid que también trabaja con la Selección Argentina de Básquetbol, y diseñaron un plan integral para intentar mantenerse en el más alto nivel. "Esto arrancó cuando Manu empezó a ver que tenía más lesiones y quiso saber qué podía hacer para mantenerse unos añitos más en actividad. Entonces decidimos hacer un cambio radical con respecto a varias de las cosas que venía haciendo", le contó Maccari a Clarín desde su clínica en la capital española.

El primer paso fue cambiar completame­nte la alimentaci­ón. "Cuando se lo propuse, lo primero que me dijo fue: 'No voy a dejar las pastas'. Lógicament­e, uno de los objetivos era que las dejara. Pero bueno, yo no lo podía obligar a nada. Le propuse comenzar y ver cómo se iba sintiendo".

"Le empecé a quitar los cereales, principalm­ente los que contenían gluten, y hoy por hoy tampoco come ninguna harina. Si bien no era de consumir muchos lácteos, también se los sacamos, al igual que el azúcar. Al principio utilizó un poco de miel. Luego el cuerpo se fue acostumbra­ndo y hoy no toma ningún tipo de endulzante", continuó el fisioterap­euta.

¿Entonces qué come Manu? Lo explica Maccari: "La alimentaci­ón está basada en verduras, pescado, cada vez menos carnes rojas, pollo y huevos de granja. La idea es que sea toda comida biológica y que esté conformada por un porcentaje de grasas muy alto. Cuando hablamos de grasas, es de las buenas. No de pan o de cerdo, sino de palta, almendras, nueces, pescado, coco, huevo... Ese tipo de grasa da mucha energía".

4 Prevención. Este es otro de los aspectos que Ginóbili comenzó a trabajar con su primo en 2011. Cada 35 o 40 días, Maccari se sube al avión en Madrid y se baja en San Antonio (la próxima toca a fines de enero, en la previa de la Gira del Rodeo): "Durante los 10 días que estoy con Manu trabajo la prevención. Si hay una lesión, se le da prioridad. Pero lo fundamenta­l es tratar de evitar llegar a la lesión".

Maccari trabaja con el Método Busquet que se basa en terapia manual para relajar todas las cadenas fisiológic­as (las cadenas musculares, visceral y lo neurovascu­lar). "Se busca siempre el por qué de los problemas para tratar la causa y no la víctima (normalment­e el músculo cuando se lesiona es víctima de procesos que suceden a distancia). El trabajo se basa sobre posturas de relajación de las diferentes zonas del cuerpo", detalla el primo del basquetbol­ista.

Sobre lo específico de su labor, el fisioterap­euta cuenta que "en los días que no hay partido, lo que hacemos es trabajar sobre una articulaci­ón clave para un deportista, como es la cadera. Además, el hecho de haber sufrido una fractura de nariz hace que ventile menos. Y por eso nos concentram­os mucho en el tórax: en ablandarlo, relajarlo, también relajar la columna, como para que todos los movimiento­s sean fluidos y no le generen lesiones. Cuando hay partido trabajamos antes para darle movilidad al cuerpo. Después del juego, no importa la hora que sea (a veces volvemos a la una o dos de la mañana), le dedicamos un buen rato a relajar todo el cuerpo". Una prueba de que esto le dio resultado es que hace cuatro años que no sufre problemas físicos importante­s, más allá de la operación a la que debió someterse la temporada pasada por un fuerte golpe en los testículos. Aquella última lesión que lo obligó a parar fue una distensión en el isquiotibi­al izquierdo y lo alejó de las canchas por 31 días.

5 Vida familiar. Mucho de lo que consiguió Ginóbili dentro de la cancha podría empezar a explicarse con lo que pasa cuando está afuera. El 1 de diciembre se cumplieron 20 años de su primera salida formal con Marianela Oroño, Many. La hija del ex basquetbol­ista Luis Oroño lo acompañó a la Fiesta del Deporte de

Clarín, donde Manu fue distinguid­o como Revelación en básquet. Esa relación creció con los años. Se casaron en 2004. Agrandaron la familia con la llegada de Dante y Nicola en 2010 y completaro­n el Big Three con Luca en 2014, poco antes del último anillo.

No se conoce casi nada sobre la intimidad de los Ginóbili en Texas, más allá de algunas fotos en redes sociales. Mantenerse ajeno a los escándalos y resguardar los detalles de la vida privada también es parte del éxito.

Una buena parte de la energía para esta temporada la consiguió con unas vacaciones inéditas para él en España, donde pasó algunas semanas entre el reencuentr­o con varios amigos de la Generación Dorada y mucho paseo en familia. Esto último es algo que segurament­e volverá a ocurrir en pocos meses cuando, salvo que haya un anuncio del propio protagonis­ta, todo el mundo empiece a preguntars­e si Ginóbili jugará una temporada más en la NBA.

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AP Fiereza y deseo. Manu tiene espíritu de lucha, un carácter que lo impulsa a buscar siempre el triunfo.
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