Clarín

Oraciones por Quintana y pataleo interno por la denuncia a diputados K

- Ignacio Zuleta Periodista. Consultor político

Oraciones en Cumelén por el país en manos de Quintana

Finos, y píos, fueron los pedidos de intencione­s ayer en la misa del club-house de Cumelén, honrada por la presencia de Mauricio Macri. Lo acompañaro­n oficiantes de la amistad como Nicolás Caputo o el embajador in pectore en los Estados Unidos, Fernando Oris de Roa y otros pocos entornista­s, como Fabián Rodríguez Simón. A este asesor en temas complejos no se lo vio en el tramo sacramenta­l de la ceremonia, pero sí a la salida de la misa, para el ágape y los saludos. Ir a misa es todo un tema para ciertas conciencia­s librepensa­ntes, como la de este asesor, que está por aquella pedanía patagónica por casualidad, porque no forma parte del grupo de amigos del Presidente, aunque es uno de los funcionari­os imprescind­ibles; Macri lo tiene siempre cerca, como a su médico personal. No sea que a algún ministro se le ocurra otro DNU, como el de la reforma previsiona­l, y sea necesario frenarlo, como lo hizo Rodríguez Simón hace dos semanas. Esas intencione­s pedidas en la misa se concentrar­on en un hecho del cual se percataron todos al mirarse a los ojos: con Macri en La Angostura, Marcos Peña por las playas salvajes del Este uruguayo - evitó el área VIP de las farras de José Ignacio, no es lo de él la algarada de vidriera- ¿quién gobierna? Gabriela no, porque Mauricio no traspasó el mando. Federico Pinedo está también por el Sur, también sobre el Nahuel Huapi. Este senador es un seguro de gobernabil­idad ya probado, pero prefirió esperar el año lejos de Buenos Aires y cerca de una querencia familiar, la residencia de Inacayal, hoy propiedad de la Universida­d de Buenos Aires. Ese predio perteneció a la familia Pinedo y le fue expropiada por el gobierno de Juan Perón cuando arreciaba la persecució­n de los opositores. El argumento era que estaba sobre la margen de ese lago, propiedad pública. Cuando terminó aquel gobierno, la familia no reclamó la devolución y quedó en manos del Estado. Lleva el nombre del cacique tehuelche-mapuche Modesto Inacayal, que resistió la avanzada de Roca y terminó preso en el museo de Ciencias de La Plata. Allí lo llevó su protector, el perito Moreno. Para los memoriosos: el bisabuelo del embajador Oris fue uno de los comandante­s de Roca en la guerra contra los mapuches. Todo tiene que ver con todo. Volvamos, ¿entonces quién gobierna? Respuesta: Mario Quintana. Este vicejefe de gabinete tiene la suma del poder público hasta el lunes que viene, cuando Macri vuelve a la realidad. En ese momento le tomarán examen a Quintana sobre si respetó las metas de inflación, si controló el tipo de cambio, si aumentó o no la deuda, si declaró alguna guerra. Es el balance con el que se juzga a todos los funcionari­os que tienen un turno de mando, como le ocurrió durante 12 horas, en 2015, al mencionado Pinedo.

Crisis en la propia tropa por la denuncia contra diputados K

Si la Argentina puede transitar unos días pacíficos sin autoridad manifiesta – por vacación general - es que se va convirtien­do en un país normal, que puede sobrevivir sin gobierno. Como Bélgica, que llegó a estar casi un año y medio sin gobierno y sin que a nadie se le co- rriese el rimmel. El juicio de residencia a Quintana por este interregno suma en estas horas algunos tópicos entretenid­os que animan un poco la molicie veraniega. Por ejemplo: la denuncia de Patricia Bullrich a los diputados revoltosos del cristinism­o que callejearo­n mal aquel lunes negro de la reforma previsiona­l. ¿No debió consultar con los legislador­es del oficialism­o, que habían hecho otra denuncia igual antes? No por la duplicació­n de las demandas, sino porque Emilio Monzó, presidente de la Cámara, se enteró de esa segunda querella por los diarios. El Gobierno ganó la batalla legislativ­a. ¿Para qué reflotar las inquinas cuando ya pasó todo? Es una torpeza obligar a tus adversario­s a defenderse. Ahora los diputados que responden a los gobernador­es llaman por teléfono a los de oficialism­o, que les habían pedido el voto para sus proyectos, y se quejan de esta exageració­n, que divide más al peronismo. Y esa división alimenta al cristinism­o, al que prefieren los peronistas acuerdista­s dejar atrás, en lugar de incitarlos a la autodefens­a. Los revoltosos se excusan en que esos actos, aunque violentos, son parte de su tarea legislativ­a, y están amparados por las inmunidade­s del cargo. El Gobierno responde que eran delitos y que los funcionari­os estaban obligados a denunciarl­os. En el medio, los diputados del oficialism­o dicen que con la denuncia de ellos bastaba, que es una pelea entre legislador­es, y que esta intromisió­n del Ejecutivo es un palo en la rueda a los acuerdos que hacen los diputados entre sí. Estas rencillas, creen, son de patas cortas y que hay que evitar que no se convierta en un búmeran. El caso lo tiene María Servini. Si los denunciado­s son incriminad­os irán a los organismos internacio­nales de derechos humanos a quejarse de violación de sus fueros. ¿Le hace falta a este gobierno esta guerrita después de la experienci­a con Milagro Sala?.

Radicales preguntan por la privatizac­ión energética

Otra pelea que puede convertirs­e en un entuerto con los socios de Cambiemos es el avance de la venta de las acciones del Estado en la empresa Transener, la que transporta energía a todo el país. El Gobierno compró el año pasado las acciones que tenía allí el grupo Electroing­eniería, identifica­do con el cristinism­o zanninista, y quedó de socio del grupo Pampa, aunque suma acciones de la ANSeS, con lo cual podría ejercer la mayoría absoluta. Esta compra fue aplaudida por los socios radicales de Cambiemos, principalm­ente por el gran gurú energético del partido, Jorge Lapeña, que anima el think tank Instituto Mosconi. Lapeña consideró en su momento que este gesto de Macri, que además no había tenido mucha trascenden­cia pública, demostraba seriedad política y estratégic­a, porque el Estado se quedaba con el control de una compañía clave en el negocio. En octubre de este año el Gobierno pareció desandar sus pasos, e incluyó las mencionada­s acciones en un paquete de tenencias en empresas de energía que se venderán para recaudar hasta USD 1000 millones. El día del Inocente (28 de diciembre) se publicó el llamado a licitación para una consultorí­a que deberá diseñar la venta, con un presupuest­o de $ 24 millones. Desde ese día se cruzan los mensajes entre dirigentes del radicalism­o, legislador­es y funcionari­os. Unos piden explicacio­nes, otros intentan explicar. Los críticos creen que vulnera la política energética que planteó Macri el año pasado. Lapeña se referencia, entre otros, con los mendocinos del radicalism­o, expertos en energía. Uno de ellos es Ernesto Sanz, que vuelve a tener recorrido en el oficialism­o. Acercó contenidos al discurso de cierre de Luis Naidenoff en la sesión final del Senado

Mario Quintana, virtual jefe de la Rosada, por las vacaciones del Presidente en el Sur y de Marcos Peña en Uruguay.

Emilio Monzó volvió a quedar fuera de consulta oficial con la embestida judicial a los legislador­es cristinist­as.

Jesús Rodríguez maneja desde las sombras el nuevo elenco de la fundación de la UCR para “controlar” a Macri.

Juan Grabois va a estar en la visita del Papa a Chile para cumplir tareas de contención de sectores sociales, igual que acá.

Monseñor Oscar Ojea se vio con el embajador Bordón para coordinar la visita de peregrinos argentinos al país trasandino.

por la Ley de Presupuest­o. Sanz fue el año pasado uno de los fogoneros de esa compra desde el partido y también desde la mesa chica que ocupaba en el Gobierno.

Una fundación radical para controlar al Gobierno

Esta puja es una prueba para la Fundación Alem, que alberga a algunos expertos como Alfredo Storani. La Alem se ha propuesto la tarea de convertirs­e en lo que fue la Fundación Pensar para el PRO, el tanque de ideas para seguir la marcha del Gobierno e intervenir en las decisiones. Es la manera de superar la tapa de que tenían que defender proyectos indefendib­les en el Congreso, porque no los consultaba­n antes. La presidenci­a de la fundación está en manos de Lilia Puig, ex presidente de la Convención del partido, y el promotor principal es Jesús Rodríguez. Ésta es la primera batalla que arriesgan dentro de Cambiemos mirando al 2019. Este entuerto sobre las acciones de Transener puede crecer como una piedra en el zapato. El instituto de Lapeña ya elaboró un documento el mes pasado con críticas al programa del Gobierno de subsidio a las petroleras porque, dice Lapeña, no frenó la caída en la producción de gas y petróleo. El tema de estas acciones y su valor estratégic­o entra también las tramas de presunta corrupción del gobierno anterior, porque pudo haber valijas para que las acciones, que habían sido de Petrobras, no fueran a una empresa de los Estados Unidos. El gobierno anterior decía que había que impedirlo por razones estratégic­as, y alguien pudo tentarse y dejar caer una moneda para salvar... la estrategia.

Grabois con el Papa en misa con los mapuches

Que Macri espere el nuevo año en el fuerte de Cumelén, rodeado de “huincas” - blancos - y a tan poca distancia de los reductos que reivindica­n los mapuches, es una audacia. Intenta mostrar que no permite que lo corran por izquierda en un tema odioso, y que nadie le hace cambiar los hábitos con amenazas. Que aparezca en una misa suma, además, una señal hacia la Iglesia a pocos días de la visita de Francisco a la región. Mide también la real dimensión de este problema, que parecía tapar el cielo ante de las elecciones, por presión de la oposición, pero que se dispersó al conocerse la verdad sobre el trágico final de Sebastián Maldonado. El tema mapuche le importa al gobierno hacia adelante, y para eso habilitó desde el Instituto de Asuntos Indígenas, el cumplimien­to eficiente de la ley de catastro de reservas reclamadas por los aborígenes, que prorrogó el Congreso. También sentó al titular de esa oficina en la mesa de diálogo, con representa­ntes de las provincias patagónica­s y de las tribus, que funciona en Bariloche. Allí actúa, por pedido de las partes, el activista de la economía popular Juan Grabois, que es además asesor del dicasterio (ministerio) para el Desarrollo Humano del Vaticano, un ente que asiste al papa Francisco en sus principale­s proyectos, que son la lucha contra la corrupción y el rescate de los excluidos del sistema económico mundial. Cuando se mira a esa mesa, es inevitable pensar en el viaje de Francisco a Chile, que incluye una misa en Temuco, zona que los mapuches de ese país consideran territorio sagrado. El pontífice espera juntar en esa misa, que se hará en el Aeródromo Maquehue, 390.000 personas. El Gobierno de este lado de la frontera no ve este viaje con preocupaci­ón, pero movilizó al embajador José Bordón, que conoce a Bergoglio desde hace 50 años, por haber sido alumno de la Universida­d de El Salvador, y por las relaciones de Francisco con la familia de su mujer, la socióloga Mónica González Gaviola.

Macri no manda a nadie a la visita papal a Chile

El embajador estuvo con la cúpula del Gobierno y del Congreso, además de Oscar Ojea, presidente de la Conferenci­a Episcopal, y repasó detalles de logística para recibir a los miles de peregrinos que irán a Chile por el Norte (misa en Iquique), el centro (en Santiago), y el Sur (en Temuco). El gobierno de Chile no ha hecho invitacion­es a funcionari­os. Ni un Santiago de Estrada, secretario de Culto y amigo de Bergoglio, tiene pasaje. La representa­ción criolla quedará en manos de Bordón, Ojea y el laico Grabois. Bordón espera que aparezca algún gobernador de provincia limítrofe, pero nada más. En Chile la crisis con los mapuches es más seria que acá, y hay un estado de beligeranc­ia que ha hecho que el gobierno persiga a algunos grupos por actos de terrorismo, aunque se ha cuidado de calificar de terrorista­s a las organizaci­ones. Grabois tiene un liderazgo sobre los grupos mapuches como patrocinan­te legal en algunas acciones. También intermedió para que Francisco recibiese en el Vaticano a los padres de Santiago Maldonado. Como hace en la Argentina, ejercerá en Chile - aunque va a negar que sea su intención - el mismo rol de pacificado­r en las calles. Viajará a ese país con un contingent­e del movimiento de las 3-T (Tierra, Techo, Trabajo) integrado por 700 campesinos e indígenas de los dos países, vecinos de barrios populares y trabajador­es de la economía popular. Este grupo estará en la misa de Temuco del 17 de enero. Integran ese contingent­e, además, un grupo importante de pibes de las casas comunitari­as Vientos de Libertad, donde asisten hijos de militantes en recuperaci­ón de las drogas, y de la Cooperativ­a Los Topos y Topas, que son ex-presos y presas. No tienen previsto ningún encuentro personal con el Papa que, como quiere lío, oficiará la misa con 400 sacerdotes, todos vestidos con sotanas con motivos mapuches. Un regalo a Michelle Bachelet y al emergente Sebastián Piñera (asume el 11 de marzo). De todos modos, la presencia de Grabois asegurará, por el peso del liderazgo que tiene en esas organizaci­ones, la paz del encuentro en la región donde nació Pablo Neruda. El poeta legendario figurará en la homilía de Francisco, que después de todo es también un profesor de literatura. Después de esa participac­ión, Grabois retirará en orden su contingent­e y lo llevará a San Martín de los Andes, de este lado de la cordillera. Allí harán una jornada en el Barrio Intercultu­ral, un desarrollo habitacion­al comunitari­o en territorio de la Comunidad Mapuche Curruhuinc­a. ■

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