Los Spurs y su técnico también son decisivos
Tal vez alguno lo recuerde: hace unos meses escribí una columna en la cual, en voz alta, sugería que era el momento del retiro de Emanuel Ginóbili. Argumenté en función de lo que he visto de él a lo largo de su carrera, pero más que nada tuve en cuenta la temporada 2016/17: aun con un desempeño irregular, terminó haciendo jugadas decisivas y mostró que no pasaba inadvertido en la cancha.
Fue capaz de jugársela de atrás en un tapón clave a James Harden (sabiendo el riesgo del foul al tiro de tres puntos), como así también había sobresalido por haber agarrado un murciélago con la mano en algún momento o por haber tomado la pizarra de Popovich para indicar una jugada en el provisorio puesto de entrenador... algo que él siempre hizo y hace.
Sabiendo de sus casi 40, de cómo reaccionaban sus piernas y cómo había sido su nivel en la temporada regular, mi opinión era que lo mejor era quedarse con esa imagen: ¡un tapón a Harden!
La NBA, la franquicia y Pop fueron determinantes para su perfomance actual. En fase regular la liga es más espectáculo que defensa y estudio en scouting. Los americanos saltan, corren y convierten, pero no son tan astutos e intuitivos como es Emanuel.
Yo particularmente no los respeto en defensa. Donde está Manu se juega en el piso... y no en el aire como la mayoría de los americanos. Él luce y saca provecho de todo. Y por momen- tos me hace sospechar que muchos aún ignoran que es zurdo. ¡Increíble!
La franquicia es la ideal para una persona cuya principal cualidad es ser eso mismo: una persona. Allí se lo valora y se lo protege, tanto a él como a su familia. Y por su carisma, tiene la admiración de una comunidad latina que lo idolatra cada día más.
Pop es tan responsable de su rendimiento como la misma cabeza de Emanuel. Lo cuida, lo protege, lo mima y lo admira por su comporta- miento, competitividad y valentía. Le regula el esfuerzo, lo hace jugar un partido y le da minutos, pero si hay partidos en días seguidos ni lo hace cambiar. Y la admiración es recíproca. Creo que Emanuel quiere en una misma forma a Yuyo, su papá, y a Pop.
Otra de las grandes diferencias de esta temporada estuvo en sus vacaciones en España, que según él mismo cuenta fueron las mejores de su vida. Fue un mes en el que no corrió ni un colectivo y en el que tampoco tocó un balón. Sorprendente.
Luego, inició la competencia sabiendo que tendría un rol secundario. Ya no era el sostén y eso le quitó presión. Juega totalmente relajado, aunque las lesiones de Kawhi Leonard y Tony Parker le otorgaron más minutos de lo esperado. Con todo esto, el volumen de juego de los Spurs crece cuando está Manu en la cancha. El demuestra que al básquetbol no siempre se juega saltando. Y se luce, hoy y siempre, con su lectura de juego y contundencia en la ejecución.
Para finalizar creo que otro secreto y que debería ser una filosofía de vida de todos quienes practican deporte y viven de su cuerpo. El lo cuida como nadie: No toma alcohol, no come ravioles, no fuma ni otras cositas raras. Demasiado, ¿no? ■
Yo pensaba que a Manu le convenía largar, pero está en un equipo donde lo cuidan y admiran.