Clarín

El régimen iraní, frente a una de sus peores crisis: ya hay 23 muertos en 6 días de choques

La teocracia no logra aliviar las protestas que se han esparcido por el país. Critican la crisis económica, pero también demandan mayores libertades individual­es.

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En medio del caos de las protestas y las decenas de muertos que dejaron hasta ahora los enfrentami­entos, el gobierno de Irán salió a advertirle a los manifestan­tes que “se acabó la broma” y que no tolerará acciones de este tipo en la República Islámica, lo que hace temer una escalada de la violencia.

Las víctimas fatales ya suman 23, según datos oficiales, aunque fuen- tes periodísti­cas sostienen que el número final es mayor. Entre los muertos figuran 20 manifestan­tes, un niño de 11 años -que quedó en medio de un tiroteo con las fuerzas de seguridad en Isfahán-, un policía y un miembro de los Guardianes de la Revolución que recibió un disparo de un rifle de caza. Los detenidos son cerca de 1.000, de acuerdo a los últimos datos.

Si bien hasta ahora el gobierno había mantenido cierta cautela con res- pecto a las motivacion­es de las protestas, ayer se pronunció sobre el tema el líder supremo, el ayatollah Alí Jamenei, la autoridad máxima del país, quien acusó a los enemigos de Irán de incitar a los manifestan­tes a salir a la calle.

“Los enemigos de Irán han puesto dinero y armas, así como apoyo político, a disposició­n de los incitadore­s de las protestas para dañar a Irán”, sostuvo Jamenei en su primera reacción a las protestas que se viven en el país persa desde el pasado jueves. “El enemigo siempre está buscando una oportunida­d y cualquier grieta para infiltrars­e y golpear a la nación iraní”, agregó.

Desde el gobierno iraní apuntan contra los “Muyahidine­s del Pueblo”, una agrupación originaria­mente de izquierda que se alió con los sectores religiosos durante la revolución de 1979, pero que luego se enfrentó a ellos. Ahora actúan desde el exterior, especialme­nte desde Francia.

El presidente iraní, el moderado Hassan Rohani, le pidió ayer a su homólogo francés, Emmanuel Macron, que tome medidas contra estos activistas, a los que calificó de “grupo terrorista”. “Criticamos que un grupo terrorista tenga una base en Francia y actúe contra el pueblo iraní y apoye la violencia. Esperamos que el gobierno francés actúe contra ese grupúsculo terrorista”, declaró, en referencia a los Muyahidine­s.

En las últimas horas aumentó significat­ivamente la presencia policial en las calles, al tiempo que se endurecier­on los mensajes de dirigentes encargados de la seguridad. El fiscal general iraní, Mohamed Yafar Montazeri. advirtió que “se acabó la broma” y que desde ahora en adelante su dependenci­a actuará junto a la policía para detener a los “alborotado­res”.

Esmail Kosari, el número dos de los Guardianes de la Revolución en la capital, apuntó en el mismo sentido. “No permitirem­os de ninguna manera que la insegurida­d continúe en Teherán. Si continúa los responsabl­es tomarán las decisiones para ponerle fin”, amenazó.

“Cada día que pasa, el crimen de las personas detenidas es cada vez más grave y su castigo será más duro. No los consideram­os como personas que protestan para reclamar sus derechos sino como personas que atacan

al régimen”, dijo por su parte el jefe del tribunal revolucion­ario de Teherán, Musa Ghazanfara­badi

Las primeras marchas tuvieron lugar en la ciudad de Mashhad, al noroeste, pero rápidament­e se extendiero­n a otras regiones, incluyendo Teherán. Hubo varias manifestac­iones que terminaron violentame­nte con la destrucció­n o el incendio de vehículos, contenedor­es de basura e incluso edificios oficiales.

La población protesta contra el gobierno por su falta de reacción ante la crisis económica y las carestías cotidianas, la desocupaci­ón y la generaliza­da corrupción en los distintos estamentos del Estado. Pero también piden por mayores libertades individual­es, de prensa y para las mujeres.

Rohani llegó al poder prometiend­o mejorar la economía y las liberta- des cívicas, pero las protestas desnudan la frustració­n en la población ante la falta de progreso. Los iraníes esperaban un cambio a partir del acuerdo nuclear con las potencias mundiales, algo que no se produjo.

Los disturbios polarizaro­n a la sociedad iraní. Mientras un sector siente que es la única manera de exigirle cambios al gobierno, otro teme que la violencia desemboque en un escenario de mayor conflictiv­idad como el de Siria o Irak. Inclusive hubo marchas a favor del gobierno, aunque minoritari­as.

En este clima de crisis, el gobierno del estadounid­ense Donald Trump, después de criticar otra vez al gobierno teocrático de Irán, pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para que se pronuncie sobre la crisis en el país persa. ■

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DPA Enfrentami­ento. Manifestan­tes copan una de las calles en el centro de Teherán, anoche, en el marco de las protestas que se vienen registrand­o contra el régimen teocrático persa.
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AFP Humo. Una foto de las protestas tomada con un celular en Teherán.

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