Clarín

Un “mundial del mate” se juega en las playas de Florianópo­lis

Costumbres. Argentinos, brasileños y paraguayos exhiben en toda la isla su estilo para preparar la infusión. Yerba flúo, termos de diseño y “yuyos” para el tereré.

- Sol Tiscornia stiscornia@clarin.com

Imagine que está en una playa extranjera y tiene que reconocer cuáles son los turistas argentinos. ¿Qué estrategia usaría? El mate. Ese distintivo “universal” que llevamos como impronta a cualquier lado. Casi tanto como los uruguayos.

Pero en el Sur de Brasil no funciona. Sobran termos y cada uno tiene una bandera distinta. Brasileños y paraguayos compiten en cantidad de bombillas y acá el argentino no es el único rey de la yerba. En todos los balnearios de Florianópo­lis, desde la mañana, empieza a formarse una suerte de convención de bebidas autóctonas sudamerica­nas. Y el muestrario se extiende todo el día.

Si hay un lugar para aprender los secretos de cada uno, es éste. ¿En qué se diferencia­n? ¿Se parecen? ¿Usan todos la misma yerba? ¿El mate argentino es el más famoso? ¿Todos lo conocen?

No todos saben cómo es el mate argentino. Los brasileños con los que habló Clarín nunca lo habían probado. Y mucho peor: piensan que se toma frío. “¿É quente (pronunciar: keeenchi)?”, cuestionar­on extrañados ante la aclaración. Los paraguayos están más informados.

La primera diferencia está en el termo. Nuestro termo es flaco. Además de ser más ancho, el brasileño tiene otra tecnología: queda siempre apoyado en la mesa o el piso, la parte de arriba tiene un botón y con apretarlo sale el agua. Cómodo. Algunos paraguayos usan ese, otros el convencion­al de tereré: gordo y con pico en la tapa.

El brasileño se llama chimarrão. La bombilla, cuia, y el vaso, bomba. Es siempre un porongo: una calabaza seca. Ahí está la clave: si no se ceba en porongo, no es chimarrão. Pero la diferencia más rara está en el color de la yerba. Es verde flúo, del mismo tono que un resaltador.

“Bem, bem verde”, insiste Débora de Souza (27), mostrando el contenido. Llegó a Praia Brava desde Novo Hamburgo, en Río Grande do Sul. Ese estado está pegado a nuestro país, por lo que Débora no solo ve argentinos donde veranea. También, cerca de su casa. Pero ella piensa que nuestro mate es frío, como el tereré.

Los brasileños usan la misma yerba que nosotros. Pero a diferencia de lo que pasa en Argenti- na, después de cosecharla no la estacionan. De ahí el color.

“Es rarísima y amarga, la compramos una vez y nunca más”, advierte Alejandro Zecchin, de Buenos Aires. Vino con una familia amiga y la suya a parar a Ingleses. Trajeron tres kilos, pero saben que “no va a durar”. “En los supermerca­dos grandes venden la nuestra, pero está cara”, aclara.

Siendo objetivos, la técnica de preparado es igual a la argentina, al menos entre los turistas de Florianópo­lis. “Água quente, nunca fervida”, aclara Priscila Sanchaco, de Porto Alegre. Siempre amargo. A lo sumo, se le puede agregar algunos yuyos o canela. En la ruta no lo toman mucho. La Policía multa a los motoristas (conductore­s) que lo hacen.

El tereré viene de Paraguay. Después de Argentina, el país que más turistas le da a Santa Catarina. La mayoría son de Asunción y usan la receta clásica. Nada de juguito en polvo y sabores raros. Adentro del termo, agua, hielo y la clave, yuyos o “remedios refrescant­es”, como los llama Cris Orue, que vino a Florianópo­lis con su familia.

“Trajimos ocho kilos de yerba para una semana porque conocemos y sabemos que no se consigue fácil acá. Mi marca es la Kurupí y le pongo menta y otras ‘verduritas’”, cuenta. “A los de jugos les decimos que son la versión ‘alemana’, porque así lo toman los menonitas del Chaco paraguayo. Pero a mí no me gusta mucho”, aclara. El mate no es de porongo ni de madera ni de vidrio, sino de metal, revestido en cuero.

Y en esa categoría es donde el argentino resalta: los equipos nacionales están plagados de diseño. Vasitos de silicona o de vidrio, termos cubiertos con estampados de colores. Ningún país innova más en decoración matera. El de Eugenia Cabral y Ariel Blanco, que llegó a Canasvieir­as desde Morón, es negro con flores fucsias. Vinieron con una latita de yerba y tuvieron que reponer acá a 24 reales ($ 144) el medio kilo. “Intentamos con la brasileña y se tapa todo”, aseguran.

Es que, a pesar de que provienen de la misma materia prima, la yerba que entra en los mates argentinos, brasileños y paraguayos es muy diferente. Un poco en sabor, pero sobre todo en textura: la nuestra es la que tiene más palo. La de Brasil es casi polvo. Por eso, los argentinos se desesperan por encontrar cuál es el mercadito que vende marcas nacionales. Se pasan el tip en la playa, los hoteles y las estaciones de servicio. “No podemos dejar de tomarlo. Es lo que nos hace sentir en casa”, dice Zecchin. ■

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M.QUINTEROS De Paraguay. Cris Orué y su nietra con un llamativo termo.
 ??  ?? De Argentina. Las familias Zeccin y Krames, con termo y mate clásicos.
De Argentina. Las familias Zeccin y Krames, con termo y mate clásicos.
 ??  ?? De Brasil. Débora y Tiago, una pareja de Brasileños con termo práctico..
De Brasil. Débora y Tiago, una pareja de Brasileños con termo práctico..

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