“Estoy signado por la incomodidad”
Dice que musicalmente tiene cuerda para rato, pero que le cuesta hacer letras en tiempos de redes sociales.
El uruguayo Leo Masliah es un artista que recorre diferentes mundos musicales que tienen en común un sentido crítico, personal; con una interesante mirada despojada de prejuicios a la hora de componer.
Un estilo que una vez más expondrá este viernes y sábado, en Vinilo Café, cuando presente su espectáculo Leo Masliah da en la tecla, acompañado por el bajista Mariano Martos y la cantautora Lorena Rizzo.
-¿Cuándo miras hacia atrás -entiendo que cada obra te debe haber representado en su momento- cuáles son las que sentís que mejor definen tu carácter artístico? -Bueno, algunas de las que más satisfacción me da haber hecho pueden ser el disco Eslabones y el primer concierto para piano y orquesta, en materia de música; los discos Falta un vidrio y Contemporáneo en materia de canciones; las novelas Libretos y Sagrado Colegio, en materia de narrativa; y las obras El último dictador y la primera dama y El ratón, como teatro. Pero no sé si tengo un carácter artístico que se pueda individualizar.
-¿En vista de tu formación musical y tu larguísimo espinel compositivo, te sienta cómodo que te definan como un músico erudito-popular?
-Me parece, más bien, que estoy signado por la incomodidad; en los distintos ámbitos en que me moví casi siempre hice cosas que no concordaban mucho con los lineamientos explícita o implícitamente establecidos. -¿En qué lugar sentís que se encuentra la música popular rioplatense si miramos la vastedad de influencias en las que abreva actualmente? -Creo que es un momento bravo, por la falta de creatividad en un nivel fundamental, más allá de que haya excelentes exponentes; pero de cosas que ya existen desde antes como camino o como género. No es algo que suceda sólo en esta región. Me parece que es un fenómeno que se da por lo menos en todo el mundo occidental (más allá de que pueda ser materia de discusión el que formemos parte de él o no). Quizá haya algo en cuanto a que el control cada vez mayor de empresas tan gigantescas sobre la creación y difusión de la producción artística sea algo que esté endenteciendo o dificultando algún tipo de explosión creativa como la que se dio en las primeras décadas
del siglo XX con el dadaísmo, el surrealismo, etcétera, o la que se dio luego en la década del '60.
-Tus composiciones tienen componentes de distintos géneros, estilos; sin embargo, creo que hay una expectativa por parte del público de que interpretes composiciones con letras humorísticas o irónicas ¿Te condiciona a la hora de pensar el repertorio? -Un poco sí. Es decir, el hecho de intuir lo que se puede esperar que haga en tal o cual presentación influye en la elección de lo que termine haciendo, ya sea por el lado de defraudar expectativas o satisfacerlas, o intentar demostrar que las expectativas no son algo saludable.
-Cuarenta y cuatro discos, cuarenta y cinco libros hablan de una artista-escritor prolífico ¿Hay algún tema que te interese especialmente reflejar musicalmente o retratar a través de la escritura en este momento? -Musicalmente tengo cuerda para rato, pero en cuanto a temática escrita hace un tiempo que siento la necesidad de acusar la modificación sustancial que introducen las redes sociales en la cotidianidad, aunque no sé si voy a encontrar la forma. Hasta ahora no pude. -¿De qué se tratará "Leo Masliah da en la tecla"?
Es una conjunción de búsquedas y creaciones recientes con cosas creadas a lo largo de mi trayectoria anterior. Canciones, música y narraciones. -Estarás con Mariano Martos, un bajista con una interesante carrera en España muy ligada a la fusión flamenca y con la pianista Lorena Rizzo que tiene un disco interesante, "Torpes verdades". ¿Te acercás a nuevos talentos como una forma de estimular también tu creatividad?
-El caso de Mariano Martos es de un talento ya asentado, y con él venimos preparando material desde hace unos meses. En cambio, haber convocado a la cantautora Lorena Rizzo obedece al deseo de que la escuche más gente… No es porque yo quiera plagiarla ni abrevar en su creatividad. ■