“El troll busca llamar la atención, ser protagonista y causar daño”
Hace muchos años tenía un amigo marino, como yo, pero más joven, siempre me invitaba a tomar un café o almorzar, para charlar… Gran parte de la conversación versaba sobre sus problemas familiares, mechado con el tema marítimo. Era un funcionario importante de ELMA, empresa naviera. Me comentaba que cuando conversábamos se sentía muy bien espiritualmente. Pero yo me sentía muy mal. Lo comenté con otro amigo, médico psiquiatra, y me dijo que mi amigo me tomaba como si fuera su médico, se descargaba todo lo malo que llevaba adentro, se sentía liberado y yo me sentía mal: me cargaba negativamente y como yo no soy un profesional médico, no sabía cómo evitar la carga de angustia de todo lo negativo que me cargaba sobre mi espalda. Conclusión, dejé de verlo. Me mejoré, aprendiendo que para solucionar un problema personal familiar, no estaba capacitado. Y que hacerse cargo de algo así, enferma.
Leyendo un diario de Funes, “La Verdad Funense,” con el título “El camión de basura”, recordé lo escrito anteriormente. Termina la nota del diario con esta frase: “Muchas personas son como el camión de basura, están cargados de enojo, frustración, odio, resentimiento y ante cualquier situación aprovechan para descargarla, lo hacen ante la primera oportunidad, porque necesitan eliminar de su interior toda la basura acumulada, porque ya no hay lugar para más”. Esto sucede diariamente en Internet. Los comentarios irónicos, violentos, defendiendo a los ladrones que tuvimos 12 años, sin ninguna autocrítica, son el troll que envenena, dan risa, enojo, asco, según quién los lee.
El troll es un provocador que quiere llamar la atención, ser protagonista y hacer daño. Definen al trolling como persona con actitud negativa, insultos, racismo, comentarios discriminatorios, acoso sexual, etc.
Si bien todos alojan la posibilidad del troll interno, no todos le dan rienda suelta a una violencia capaz de atacar a otro o a sí mismo.
Son minoría, pero el que no sabe detectarlos puede enfermarse. Opté por mirar superficialmente, no entrar a enojarme… No perdamos la fe. Carlos A. Borisenko CAPITAN DE ULTRAMAR FUNES, SANTA FE carlosbori@hotmail.es