Una vocación de líder sembrada en la infancia
Todo lo que logró en la vida ya se había gestado en la infancia. De sus padres, el médico Constantino Costantini, Gringo, e Isela, Kitty para todos, aprendió desde temprano algunos de los principios que la llevarían, con el tiempo, a ser una líder hecha y derecha, la misma que en 2013 Fortune incluyó en su lista de las 50 mujeres más poderosas de la Tierra.
Con un hablar calmo, sopesando cada respuesta, Isela evoca su crianza: “Yo creo que el 50 por ciento de lo que soy es de ellos. Un padre que se mató trabajando y estudiando, y su concepto de que ‘si no trabajás, no estudiás, no hay futuro’...” La cultura del sacrificio venía cimentada sobre tres pilares: el estudio, el aprendizaje de inglés, y el deporte. Con tres hermanos varones, la exigencia que recayó sobre ella con el estudio fue mayor: su papá sabía ya que el mundo que le tocaría enfrentar a su heredera estaba signado por el machismo. En el atletismo, la joven Isela encontró un importante punto de apoyo: “Tuvo un impacto muy grande en mí, el ponerse desafíos, la disciplina de superarse a sí misma. El deporte me trajo mucho de mi forma de ser, de ver la vida”.
Nacida en San Pablo, Brasil, su infancia estuvo repartida, por decisión y trabajo paterno, entre Estados Unidos, San Juan (provincia de la cual provienen las dos ramas de su árbol genealógico) y Curitiba, donde vivió entre los 6 y los 16, para seguir en Córdoba y volver a Curitiba, donde ob- tuvo el título en Comunicación Social. Después de una pasantía en la mejor agencia de Brasil, decidió que lo suyo eran las empresas. Arrancó en O Boticario, dedicada a cosmética y fragancias, en planificación de mercado y, en una nueva mudanza, completó la formación con un Master en Negocios Internacionales en la Universidad de Loyola, en Chicago. Un contrato de General Motors de Brasil la devolvió, a los 27, a su país de origen y la inició en la carrera que, con el tiempo, la convertiría, entre otras cosas, en la primera mujer en ocupar la presidencia de GM Argentina, Uruguay y Paraguay. Parte de su experiencia al frente de una empresa de semejante envergadura acaba de volcarla en “Un líder en vos”, el libro que publicó el pasado diciembre. Sus otras dos criaturas son sus hijos, Lorena, de 13 y Luca, de 10, fruto de su matrimonio con Sam, compañero en GM, de quien se separó cuatro años atrás: con él y con la fiel Senilda logró la organización familiar necesaria como para criar a los chicos en medio de viajes y obligaciones profesionales. Hoy está nuevamente en pareja, cama afuera, con el broker de seguros Fernando Cinalli, padre de tres hijas más grandes y “un pilar bastante importante”, con quien comparte los fines de semana y disfruta de una armónica familia ensamblada. De sus nuevas obligaciones como directora de IRSA CP, que se suman a las que desempeña desde mayo pasado en el holding GST, se desestresa con el running, la cocina y la actividad física en familia: “Es ser yo de vuelta, ir a mi esencia, estar conectada conmigo misma”, dice.