Masiva marcha en Mar del Plata contra la prisión domiciliaria de Etchecolatz
“La única casa de los genocidas es la cárcel”, dice la bandera que encabeza esta marcha, que mide unas cinco cuadras de la avenida Luro del centro marplatense, y que dobla y camina paralela al mar, y frena en La Rambla, cerca de los Lobos Marinos, entre el Casino Central y el Hotel Provincial. Ese escenario en el que lo habitual son reposeras hoy está alterado: la prisión domiciliaria de Miguel Etchecolatz en el Bosque Peralta Ramos alteró a esta ciudad, y miles de personas salieron ayer a a la calle a hacer sentir su repudio.
Según los organizadores, se concentraron unas 40.000 personas, aunque la cifra no fue confirmada por ninguna otra fuente. Adelante de todo, marchaban Taty Almeida, Rubén López -hijo de Jorge Julio López, vícima del represor condenado por crímenes de lesa humanidad- y otras Madres de Plaza de Mayo e hijos de desaparecidos: una de ellas, Ana Pecoraro, vive en el bosque en el que Etchecolatz goza de su beneficio. Un poco más atrás, caminaba Nora Cortiñas: “Los genocidas tienen que estar en la cárcel. Vinimos a que no ofendan al pueblo, a que no nos den una cachetada”, dijo la referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Junto a Rubén López y Almei- da, leería un documento una vez que la concentración llegara a la rambla.
En la marcha predominaron las organizaciones sociales y políticas -Partido Obrero, Movimiento Evita, HIJOS, Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, Unidad Ciudadana, Nue- vo Encuentro y PCR fueron algunas de ellas-, aunque se fueron sumando manifestantes espontáneamente a medida que las columnas avanzaban por Luro.
A la mañana, unas doscientas personas de organizaciones locales co- mo Votamos luchar y Fogoneros hicieron un escrache frente la casa de Etchecolatz en el Bosque: prendieron fuego un muñeco de trapo y hubo algunos piedrazos. Las fuerzas de seguridad habían dispuesto un operativo de unos cien oficiales. ■