Algunas formas de optimizar el trabajo diario
• Hacer listas con los pendientes del día: se puede clasificar cada tarea como “a realizar”, “en curso” y “finalizada”.
• Distinguir lo importante de lo urgente: no todo lo urgente es importante. Esto ayuda a priorizar cada actividad.
• Aprender a decir que no es clave. Un “no positivo” a tiempo evitará una agenda cargada de temas que desenfocan lo esencial.
• Mantener limpio y ordenado el espacio laboral, la bandeja de entrada de correos electrónicos y los archivos de computadora. Ser meticuloso y prolijo con estos procedimientos es esencial para ahorrar tiempo.
• Animarse a delegar: hay muchas tareas que podrían hacer otros mientras uno dedica su tiempo a lo importante.
• Crear bloques de tiempo (la técnica pomodoro, que propone respetar segmentos de 25 minutos) para trabajar y descansar. Intercalar períodos de trabajo (sin interrupción) con otros de relax ayuda a concentrarse y terminar todo más rápidamente.
• Las acciones que llevan menos de un minuto conviene hacerlas en el momento: pequeñas acciones resueltas en el acto terminan haciendo una gran diferencia al final del día.
• Es clave mantener el foco y hacer una actividad a la vez, de modo de elevar la productividad y disminuir el agotamiento.
• Revisar los procesos para una gestión efectiva del tiempo: se aconseja rever y cuestionar cada tres meses cómo se están haciendo las cosas y si se están logrando los objetivos propuestos.