Clarín

El peor final para un día de playa

La nena veraneaba con su familia, de La Plata. Fue a 8 km de la Bristol. Allí no hay carteles que adviertan sobre el peligro de derrumbes. Para el municipio, fue un “hecho accidental”.

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Ema tenía dos años y ocho meses. Y estaba de vacaciones con su familia. En una playa pública de Mar del Plata, alejada del centro, un desprendim­iento de piedras del acantilado la aplastó. Reclaman carteles que adviertan del peligro.

El acantilado mide algo más de cinco metros, es pura tierra dura y da sombra a quienes bajan a la playa pública Las Delicias, en el barrio Camet de esta ciudad. Ema, una nena platense de 2 años y 8 meses, estaba ayer junto a su familia en la arena cuando un desprendim­iento de la tierra arcillosa de ese acantilado cayó encima suyo. Aunque intentaron reanimarla en la playa y luego en el hospital, murió. Una autopsia determinar­á si fue por el impacto de ese derrumbe o por la asfixia tras quedar debajo de la tierra.

“Vinieron corriendo a buscarnos, estábamos patrulland­o la orilla a unos 600 metros de donde ocurrió el hecho. El bloque de tierra que cayó tenía unos dos metros de ancho y otros dos de largo, y tardamos entre quince y veinte minutos en encontrar a la nena, que apareció casi un metro debajo de todo lo que cayó”, contó a Clarín, quebrado, Mariano González Galdos, uno de los guardavida­s de Las Delicias que participó de la búsqueda y rescate de Ema. Apenas unas horas más tarde, el lugar del hecho había sido acordonado por la Policía y aún podía verse que las rocas caídas tenían alrededor de medio metro de espesor.

“El padre estaba desesperad­o porque la nena no aparecía, tuvimos que pedirle que dejara de buscar porque teníamos miedo de que le pasara algo a él. Se acercó mucha gente a ayudar: cavaban con palas, con ojotas y con las manos”, dijo González Galdos en la puerta del Hospital Materno Infantil de esta ciudad. Todavía tenía arena sobre las rodillas: fue uno de los que practicaro­n maniobras de resucitaci­ón cardiopulm­onar sobre el cuerpo de la nena mientras esperaban la llegada de los médicos.

“Llamamos a la ambulancia apenas ocurrió el hecho y llegaron unos 45 minutos después”, estimó González Galdos. Aunque según el municipio “fueron 6 minutos”. Las Delicias, en el norte marplatens­e, está a 4,4 kilómetros de las playas públicas con sombrillas que la Provincia inauguró el 2 de enero. Según había afirmado el secretario de Gobierno, Fabián Perechodni­k, una ambulancia del SAME haría base en esas playas aunque estaría disponible “ante cualquier emergencia en la ciudad”.

En el Materno Infantil onfirmaron a Clarín que la nena llegó a la guardia hacia las 14.30 sin signos vitales y que los médicos intentaron reanimarla durante 40 minutos. Desde allí, los padres y el hermano de Ema -algunos años mayor que ella- fueron retira- dos en un patrullero.

“Si te ponés cerca del acantilado apenas un ratito, te vas a dar cuenta de que constantem­ente cae una cortina de tierra. Te servís un vaso de agua, por ejemplo, y en pocos minutos se llena de tierra. Y de repente hay desprendim­ientos más grandes, aunque nunca nos tocó ver algo así”, dijo a este diario Liliana, que pasa el día con frecuencia en Las Delicias. María Laura Valdez es vecina del barrio Camet y baja con sus hijos a la playa cada vez que puede: “Nosotros, como somos de acá, sabemos que puede caer alguna piedra grande de tierra. Nos quedamos lejos. Pero el que no es de acá no lo sabe y no hay ninguna advertenci­a”, aseguró.

En los mil metros de frente marítimo que tiene esta playa, a nada más que 8 kilómetros de la playa Bristol, ningún cartel advierte sobre la posibilida­d de que se produzcan derrumbes desde los acantilado­s. Hay cinco guardavida­s por turno: uno cada doscientos metros, cuando la ley provincial de guardavida­s prevé que tiene que haber al menos uno cada ochenta metros. “Hace años que venimos pidiendo que se pongan carteles que alerten sobre el peligro de derrumbe”, dijo González Galdos junto a Julieta Siegrist, otra de las guardavida­s que trabaja en Las Delicias y estaba allí cuando se produjo el derrumbe. “El acantilado da sombra y muchas familias van allí, y se van armando cuevas a las que los nenes van a jugar. Tiene que haber alguna advertenci­a porque es sumamente peligroso”, insistió Siegrist. Desde el municipio hablaron de un “hecho accidental” (ver Guardavida­s insisten...).

El fiscal Fernando Berlingier­i, a cargo de la investigac­ión, contó a Clarín que la carátula de la causa es muerte por accidente y que la autopsia se llevará a cabo hoy. “Es una playa pública, si la investigac­ión determina que hay alguna responsabi­lidad por parte de quienes gestionan la playa, recaería sobre el municipio”, explicó.

Apenas unas horas después del derrumbe, varias familias se refugiaban a la sombra del acantilado en Las Delicias. Los móviles de televisión los alertaron sobre la muerte de Ema: enseguida alejaron sus lonas de los muros de tierra. ■

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TELAM El lugar. Fue un desprendim­iento de piedras y tierra de dos metros de ancho por dos de largo. La nena quedó sepultada a un metro de profundida­d y no la pudieron salvar.
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 ?? FABIÁN GASTIARENA ?? El vasito de Ema. El lugar de la playa donde se precipitó el drama que enlutó a Mar del Plata.
FABIÁN GASTIARENA El vasito de Ema. El lugar de la playa donde se precipitó el drama que enlutó a Mar del Plata.
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MAXI FAILLA Cueva. En ese rincón del acantilado los chicos suelen ir a jugar, afirman los guardavida­s.

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