Una firma de tecnología para el campo llega por primera vez a Wall Street
Se trata de Bioceres que aterrizará en la bolsa de Nueva York en busca de US$ 100 millones. Tiene 217 patentes.
Bioceres presentó ayer la documentación para realizar una oferta pública de acciones en Wall Street. La compañía busca US$ 100 millones a través de su cotización en la Bolsa de Comercio de Nueva York (Estados Unidos). Este es un paso que la empresa venía acariciando desde 2016 y la Bolsa de Londres también estuvo como una opción para el lanzamiento internacional. Con este paso, compartirá cartel con otras compañías argentinas de la talla de Tenaris y Ternium del grupo Techint, o los bancos BBVA y Macro, Irsa, Pampa y Globant.
Bioceres es hoy una cantera de pro- yectos biotecnológicos en un vértice que une el saber científico con el productor y además busca financiamiento para sus desarrollos. Allí trabajan desde matemáticos hasta genetistas, químicos e ingenieros. Federico Trucco es el CEO de la compañía. En octubre de 2016, con la compra de Rizobacter, la compañía dio un salto en su facturación y tamaño. A esta empresa rosarina, ya la llaman el próximo unicornio, ese exclusivo club de empresas que valen más de mil millones de dólares por su capitalización de mercado.
Sus ventas anuales superaron los US$ 104 millones en 2016. Como presentaron los datos sin la información del último trimestre de 2017, aún no está el balance completo del año pasado.
Bioceres es dueño o tiene la licencia de 303 productos y, además, cuenta con 217 patentes, algunas exclusi- vas y otras no. A mediados de 2017, distribuyó 12,3 millones de dosis de inoculantes; 6,5 millones de litros de adjuvantes, 3.800 toneladas de de fertilizantes de alto valor. La firma trabaja con soluciones agrícolas con tecnología en Argentina, Brasil, Paraguay, China, India, Estados Unidos y Uruguay, entre otros.
Bioceres nació en 2001. Al principio, fueron 23 socios que pusieron de su bolsillo US$ 600 cada uno para un modelo que une a la academia, el sector privado y al Estado, en plena cooperación. Hoy son 305 socios para una firma que reinvierte todas sus utilidades.
Un dato: aquella inversión inicial creció a cientos de miles de dólares, gracias a sus avances en ingeniería metabólica y la agricultura molecular. Trucco (de 40 años) encontró que, si se inyecta tecnología a lo que ya se produce, aprovechando íntegramente el cultivo, se agrega valor sin esforzar al Estado a inversiones multimillonarias en infraestructura para movilizar la cosecha.
La adquisición de Rizobacter les agregó una experiencia combinada de 40 años, posicionándolos en el abastecimiento de provisión, desarrollo, producción y ventas de productos biológicos para las cosechas más prolíficas del planeta, ya sea de soja, maíz, trigo y alfalfa. ■