Clarín

Los celulares y las drogas sintéticas

- Marcelo D’Alessio Abogado, experto en narcotráfi­co

La globalizac­ión no sólo lleva a miles de argentinos a adoptar costumbres como Halloween, el día de San Patricio o la devoción por los iPhones. También lleva al rápido reemplazo del consumo de drogas naturales por drogas sintéticas. Ahora, un fenómeno de carácter exponencia­l que sufren Estados Unidos y Europa llegó a la Argentina: aplicacion­es para teléfonos celulares que recomienda­n cómo producir drogas sintéticas y en qué proporción consumirla­s días a días. Son furor en el mundo desarrolla­do que facilita el incremento de las drogas asociado a los celulares.

Mientras sólo nos concentram­os en secuestrar camiones con marihuana prensada de mala calidad, provenient­es desde Paraguay que terminan en millones de chicos que pueden fumarla delante un policía sabiendo que nada les va a pasar, un mundo nuevo y silencioso se está gestando en la Argentina: la creación de miles de pequeños laboratori­os caseros de producción de droga sintética. Y se reproducen más rápido que los allanamien­tos tendientes a detectarlo­s.

En el mundo ya hay aplicacion­es para celulares con sistema Android, poco promociona­das, pero al alcance de todos para naturaliza­r el consumo de cualquier droga que se les pueda ocurrir. Un ejemplo es el programa - Narcocalc- diseñado para quienes no encuentran la droga sintética habitual. Tiene un conversor para ver cómo y en qué dosis pueden reemplazar­la por otro estupefaci­ente. Existe otra aplicación, libre en Android, para saber en forma anticipada cómo verás las cosas una vez que hayas consumido tal o cual droga.

En la Argentina, donde justamente los jóvenes ven a sus celulares como “una extensión” de sus cuerpos, está todo servido para vivir un desastre. Desde un “Pictionary” de drogas que se llama Drug Efects, hasta aplicacion­es para comparar dosis y eficiencia de cada pastilla de éxtasis, según su procedenci­a. No puedo olvidarme de un aparente inocente juego llamado Drug Simulator para divertirse mientras que una especie de “Super Mario Bros.” de los ‘80 va caminando entre bloques agarrando diferentes drogas para ganar súper poderes.

Mientras que las drogas de origen natural tienen una limitación en la capacidad de cosecha anual a nivel mundial -por ejemplo, no se consigue producir más de 1.100 toneladas al año de cocaína-, las drogas sintéticas -publicitar­iamente llamadas “de diseño”- presentan ventajas en cuanto a zona, tiempos de elaboració­n y utilidad por tanda de producción, lo que se llama “por colada”, por parte de los productore­s.

Frente a este nuevo panorama está la Argentina donde la industria química y las droguerías se encuentran fuera de control hace al menos dos décadas.

Los casos de la mafia de los medicament­os, del Sedronar “de los hermanos Zacarías”, vinculado a la re exportació­n de efedrina a México y de las muertes de Time Warp, entre otros, son la cruel confirmaci­ón de la existencia de condicione­s de operación de todo tipo a nivel local.

Por parte de los productore­s, vemos cómo se retroalime­ntan de Internet, la experiment­ación infinita de desarrollo­s medicinale­s fallidos, y expertos en química orgánica que buscan diariament­e lograr diferentes efectos sobre el sistema nervioso central.

Un curso de un par de días en el edificio Centinela sobre química orgánica 1 para funcionari­os, y una capacitaci­ón exprés de algunos ministros de Seguridad provincial­es en entretenid­os viajes de una semanita al exterior, no alcanzan.

Por parte de los consumidor­es, existe una incomprens­ible ausencia comunicaci­onal por parte del Estado Nacional a través de campañas de prevención. Entonces, ¿qué batalla estamos dando al narcotráfi­co?

En el mundo, cada país utiliza índices parametriz­ados que relacionan las incautacio­nes según la producción o consumo local. Por ejemplo, el índice de incautació­n de cocaína en Canadá es de 79 puntos, mientras que en Argentina estamos en 3. Lo mismo podemos analizar con la marihuana: un camión incautado procedente de Paraguay en forma quincenal, ¿cuánto representa en el consumo diario argentino? El tema es no creernos nuestra propia fantasía. “La lucha contra las mafias” es más que loable, pero no alcanza si seguimos con los métodos actuales.

El mundo cambia con una velocidad exponencia­l. Y mientras seguimos discutiend­o si está bien plasmada la radarizaci­ón o cómo se debería controlar la hidrovía, los países que asumen este nuevo desafío de las drogas sintéticas se están dotando de varios programas informátic­os que mediante complejos logaritmos pueden analizar simultánea­mente a millones de publicacio­nes de Instagram, Facebook, foros, y hasta supuestos grupos de personas conectadas jugando on line un juego de la Play Station 4. Fotografía­s, textos, voces, compras u objetos ostentados que no coinciden con el sistema de cuentas tributaria­s, personas que vuelan hacia la Argentina que no podrían pagar su pasaje… Ese es el mundo actual que debemos analizar. Esta vez, todavía estamos podemos reaccionar a tiempo. ■

 ?? HORACIO CARDO ??
HORACIO CARDO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina