Tragedia de una pareja que salió a navegar con tres chicos en el Paraná
Los adultos se tiraron a nadar y no salieron. Los menores vieron todo. Ayer apareció el cuerpo de la mujer.
En las fotos se les ve contentos, relajados, enamorados. Adhemar Albornoz y su pareja, Silvia Pérez, sonríen mientras navegan en una lancha. Se ven las aguas del Paraná y el paisaje silvestre de las islas entrerrianas. “Tarde noche de isla”, escribió él en su cuenta de Facebook. El mensaje se completa con un emoticón que lanza un beso en forma de corazón. Las imágenes se publicaron el miércoles pasado. Cuatro días después, en un escenario parecido, la tragedia apagó esa felicidad: los dos se arrojaron el domingo a la tarde al río para refrescarse, en un lugar donde no hay playas habilitadas, y desaparecieron.
La imagen fue observada por las hijas y una sobrina de Albornoz de 11, 12 y 14 años. Desesperadas, alertaron a una embarcación que pasaba por el lugar, pero el auxilio de Prefectura y de la patrulla policial de las islas no logró rescatarlos. Ayer a la tarde se halló el cuerpo de Pérez, en la zona donde se había internado en el río. Las tareas continuaban anoche para encontrar a Albornoz.
El hombre, de 48 años, tenía dos hijas y amaba la navegación. El 24 de diciembre publicó fotos de otra recorrida en su pequeña lancha, una Tracker sin cabina de unos 4 metros de largo. “Con mi gente”, escribió. Se lo ve con tres amigos. Sus recorridas eran habituales. Vivía en Timbúes, una localidad ubicada 40 kilómetros al norte de Rosario con una actividad comercial y recreativa atada al Paraná. Técnico en refrigeración, hincha de Colón de Santa Fe, el fútbol también le tiraba. Desde la infancia era habitual que compitiera en distintos torneos. Hace algunos años inició una relación sentimental con Pérez, madre de cuatro hijos varones y abuela de un nieto al que adoraba.
El viernes pasado, la mujer había recibido de la comuna de Timbúes una serie de elementos entregados a las alumnas de un taller de depilación y manicuría que lanzaron microemprendimientos. Sus amigas recordaban ayer con estupor ese momento de felicidad, pocas horas antes de la tragedia. Destacaban que la mujer, de 44 años, “siempre tiraba buena onda” en cada contacto, personal o telefónico.
El domingo Albornoz y Pérez salieron a recorrer las aguas del Paraná y llegaron hasta la zona de islas entrerrianas -en jurisdicción de Victoria- para pasar el día. Se detuvieron en la costa de un sitio conocido como riacho El Bobo. El lugar es silvestre, natural, sin playas habilitadas. De acuerdo al relato que hicieron las menores, que vieron todo lo que pasó, los cinco estaban en tierra y con la lancha amarrada cuando Pérez ingresó al agua para refrescarse. Aparentemente Albornoz la siguió, pero al ver que ella se hundía decidió correr en su ayuda y también desapareció en las aguas.
“Esta zona no tiene playas habilitadas y hay una caída abrupta. Es como una barranca debajo del río. Y sucedió lo que tenía que suceder”, explicó a Clarín Jefe de la división Operaciones de Prefectura en San Lorenzo, el Prefecto Principal Walter Rosende. Según mediciones realizadas por el guardacostas la profundidad en el sector donde desaparecieron es de unos 17 metros. Ayer se sumaron al rastrillaje, en el kilómetro 454 del río, tres buzos tácticos. En la zona del riacho es donde se encontró ayer el cuerpo de la mujer. ■