¿Por qué a Lavezzi no le alcanzan su pasado de Selección ni su hoy en el fútbol chino?
Paradoja. Al Pocho nunca le pesó jugar para Argentina y la rompe en Asia, pero no figura en el radar de Sampaoli.
Por el fútbol chino pasó durante un año Carlos Tevez bien lejos de brillar, navegando siempre en la oscuridad. Del fútbol chino directo al Barcelona saltó Paulinho, quien ya era clave en la selección de Tite antes de adaptarse a la formación de Messi con facilidad total. Son dos ejemplos que marcan al fútbol chino para bien y para mal: uno, el del jugador del pueblo que acaba Boca de recuperar, indica que en ese campeonato lejano no es tan fácil jugar; y otro, el del brasileño, demuestra que la competencia de un futbolista en nivel excelso en esa liga asiática puede mudarse sin problemas a niveles híper superiores, como el de una selección o el de uno de los mejores equipos del planeta. Ahí pronto Javier Mascherano acumulará minutos, ítem clave para ganar ritmo y aumentar sus chances de protagonizar en el Mundial. Ahí correrá junto a Ezequiel Lavezzi, quien la rompe pero según parece al Mundial no irá.
Se trata de una paradoja que dispara un interrogante: ¿por qué la misma liga y el mismo equipo (Hebei China Fortune FC) que no impulsan una convocatoria de Lavezzi sí fortalecerán la citación obvia de Mascherano?
Lavezzi parece estigmatizado por su perfil tan singular, que atraviesa la frontera del mundo convencional, mezclado en múltiples polémicas, hasta lanzándole agua a un DT ( Alejandro Sabella) en pleno Mundial (con Nigeria en Brasil 2014). La sensación que se instaló es que a la Selección llegó sólo por ser amigo de Messi y por la alegría que transmitía en la intimidad. Al cabo, una profunda deformación de la realidad.
Lavezzi acumula respuestas de Selección como para justificar aquellas convocatorias. Fue uno de los futbolistas argentinos de mejor rendimiento nada menos que en la final del Mundial de Brasil, reemplazado en el entretiempo sin ninguna razón sostenible. Después, en el arranque de la última Eliminatoria o en la Copa América Centenario de Estados Unidos, cuando debió ocupar los lugares que dejaron vacantes Messi o Di María por lesiones, tampoco le pesó la celeste y blanca. Devolvió la confianza que le dieron los entrenadores con naturalidad, versatilidad, goles y máxima actitud para recorrer la banda de una punta a la otra.
La última temporada de Lavezzi en la Superliga China regala números impactantes: 20 goles y 15 asistencias en 27 partidos... Por actualidad, pero también por las garantías de su pasado, por la dificultad de la Selección para cubrir los extremos, por el casi inexistente tiempo de ensayo y por lo sencilla que sería su inserción en el grupo, Lavezzi resultaría una alternativa más que interesante para el Mundial. Llegaría con 33 años recién cumplidos, pero “no está en el proyecto” de Sampaoli. Una pena. ■