Crisis en el independentismo catalán: Artur Mas renuncia a la presidencia de su partido
El ex presidente de la Generalitat deja la cúpula del Partido Demócrata, con duras críticas a sus miembros.
El principal discípulo y sucesor de Jordi Pujol, Artur Mas, ha ahondado la grave crisis interna del independentismo catalán, al dimitir ayer de la presidencia del Partido Demócrata, sucesor de Convergencia y Unión. El arquitecto y líder del llamado “proces” impulsor con gran éxito de la “unilateralidad” y el reemplazo de la legalidad catalana por la española, decidió “dar un paso más al lado” cuando claramente no ha podido controlar a su delfín, Carles Puigdemont, a quien colocó al frente de la Generalitat (gobierno catalán).
Hace dos días, Artur Mas formuló una conclusión histórica: “El independentismo no ha conseguido nada”. Ayer, ante los periodistas, amplió ese sombrío diagnóstico. “No podemos acelerar la implementación de la independencia” porque solo obtuvieron el 47,6% de los votos en los comicios del 21 de diciembre pasado. Se repitió el resultado de las elecciones de 2015, cuando los secesionistas solo llegaron al 47,8% mientras que los no independentistas sumaban el 52,2%.
Mas recordó que tiene varias causas pendientes, que pueden inhabilitarlo por mucho tiempo, y además el comienzo de acusaciones ante el Tribunal Supremo con reproches penales de hasta 30 años por los delitos de subversión, sedición y malversación de fondos. El “guía espiritual del nacionalismo”, como se lo exaltaba, tenía graves lazos con los casos de corrupción que causaron el derrumbe de Jordi Pujol y su familia, todos procesados. Tuvo que dar su primer “primer paso a un lado” cuando los antisistemas de la CUP plantearon que dejarían de apoyar al gobierno separatista y precipitarían su caída, si Mas no se dimitía por corrupción.
Según versiones muy calificadas, Mas está profundamente convencido de que es insostenible la situación de Puigdemont, prófugo de la justicia española, desde que huyó a Bruselas. A la vez, el contenido muy riguroso de la última sentencia del Tribunal Supremo para ratificar la cárcel del ex vicepresidente catalán Oriol Junqueras lo enfrenta a su penoso futuro por los graves cargos judiciales que enfrenta. Mas tiene hasta su casa embargada por el juicio sobre su decisiva participación en la consulta fracasada del 9 de noviembre de 2014.
Casi simultáneamente al revuelo por Artur Mas, otro estallaba en Esquerra Republicana, Dirigente de gran prestigio que sonó como candidato presidencial si Esquerra ganaba las elecciones autonómicas del 21 de diciembre en el caso de que Junqueras no pudiera abandonar la cárcel madrileña donde se encuentra, Carles Mundó dimitió a su acta de legislador, al cargo de Conseller (ministro) de Justicia del ejecutivo defenestrado por Mariano Rajoy y anunció que abandona la política. Convocado por la Audiencia Nacional por el delito de rebelión fue encarcelado y salió el 4 de diciembre en libertad bajo fianza.
Otro golpe demoledor para los independentistas es el desplome de la preocupación de los españoles por la secesión de Cataluña. Una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas registra una caída de ocho puntos, del 24,6% al 16,7%. La explicación de los consultados es que ha funcionado eficazmente la intervención del gobierno de Mariano Rajoy en Cataluña y ya no hay ningún riesgo de separatismo. Es un valioso apoyo popular para volver a utilizar el fatídico artículo 155 de la Constitución cuando haga falta. ■