Clarín

Venezuela también tiene balseros que escapan del país: hubo 4 muertos y 6 desapareci­dos

Iban en un bote precario que se hundió frente a Curazao, su destino. Llevaba a 20 personas. El éxodo por la crisis involucra ya a más de tres millones de venezolano­s.

- Ludimila Vinogradof­f elmundo@clarin.com

Como en Cuba o en el norte de Africa, un grupo de 20 venezolano­s intentó escapar por el Caribe en una balsa hacia la isla de Curazao. Pero naufragaro­n a 50 kilómetros de la costa: 10 se salvaron; 4 murieron y buscan a otros 6, sin esperanzas.

La huida desesperad­a de los venezolano­s por la crisis terminal que acorrala a ese país desencaden­ó una tragedia inusual las últimas horas con la muerte de 4 “balseros” y la desaparici­ón de al menos otros seis que intentaban llegar a las costas de Curazao en una precaria embarcació­n. El naufragio, al estilo de los célebres intentos de huida de los cubanos o de los refugiados que zozobran en el Mediterrán­eo, se produjo a unos 50 kilómetros al norte de Venezuela frente a la localidad isleña de Koraal Tabak. Los cadáveres hallados hasta ahora son de dos mujeres y dos hombres.

Según los testimonio­s de los sobrevivie­ntes, la embarcació­n de tipo pesquera y en estado muy precario llevaba alrededor de 20 personas que habían partido del estado venezolano de Falcón y pagado a traficante­s por ese viaje a todo riesgo.

Quienes lograron alcanzar la costa están ahora en manos de las autoridade­s de la Guardia Costera de Curazao. Los pedazos de la barca apareciero­n sobre la playa. Fuentes periodísti­cas en Curazao indican que habría otros seis desapareci­dos. El vocero de la policía de esa isla, Reginal Huggings, dijo que durante las últimas semanas la Guardia Costera interceptó varia embarcacio­nes provenient­es de Venezuela con personas que intentaron entrar ilegalment­e.

Es la primera vez que se produce un episodio de este tipo con tal cantidad de venezolano­s, lo que indica la agudizació­n de la crisis. En marzo de 2016, hubo un hecho similar pero involucró a una sola persona que murió en el intento y su cadáver fue hallado en la isla de Aruba. El naufragio se produjo en medio del cierre de fronteras marítimas y aéreas, que decretó unilateral­mente el régimen de Nicolás Maduro a las tres islas neerlandes­as de Aruba, Bonaire y Curazao, por presunto contraband­o de alimentos y otras mercadería­s. La gente más humilde usaba hasta ahora esas rutas para salir del país.

Luis Stefanelli, diputado opositor y vicepresid­ente de la Comisión de Política Interior, dijo que entre los pa- sajeros de la embarcació­n naufragada había menores de edad. Y, según sus informes, había treinta y no veinte pasajeros en la precaria embarcació­n. “Iban en condición de inmigrante­s ilegales y cada uno de ellos pagó aproximada­mente 100 dólares para ser llevados a la isla de Aruba”, que era su destino final, indicó el legislador opositor venezolano.

La aguda crisis de escasez e inflación que envuelve al país caribeño es lo que impulsa a los venezolano­s más pobres a intentar sumarse al éxodo de sus compatriot­as más afortunado­s que pudieron marcharse por avión. Pero, el costo de un pasaje aéreo equivale a 17 años de sueldo básico. Es así que muchos escapan por tierra, algunos incluso en motociclet­as o autobuses con destino a Colombia o más al sur, a Argentina, Brasil y Chile. La alternativ­a de salir por mar no era frecuente hasta ahora.

Suman ya más de tres millones los venezolano­s que se han marchado en un período realmente breve. La premier de Aruba, Evelyn WeverCroes, explicitó la fuerza de ese éxodo: de una población de poco más de 100 mil personas, 12.000 son venezolano­s en situación irregular.

La economía venezolana entró en fuerte colapso en los últimos años desde el último período que gobernó Hugo Chávez, quien murió en marzo de 2013. Su sucesor Maduro amplificó la emisión de dinero para financiar un déficit fiscal de dos dígitos, pero la situación empeoró con la caída en vertical del precio del petróleo, el principal insumo de exportació­n y recolecció­n de divisas del experimen-

to bolivarian­o. La ausencia de ingresos pegó primero en la falta creciente de alimentos, medicinas y otros productos de primera necesidad. Luego, la emisión espuria disparó una inflación que se sumó al estancamie­nto de la economía. El año pasado el país entró en hiperinfla­ción y el índice anual cerró con una estraordin­aria alza de 2.616%, la mayor de la región y una de las más altas del mundo.

El gobierno de Maduro niega la crisis y atribuye las calamidade­s del país a una guerra económica lanzada por EE.UU. Lo cierto es que Norteaméri­ca es el principal socio comercial de Venezuela y el mayor cliente del petróleo del Orinoco.

La alianza opositora MUD culpó al régimen por la tragedia en un comunicado en el cual sostiene que los muertos son “víctimas de Maduro ... El hambre y la necesidad de nuestros niños y de nuestras familias no puede ni debe esperar, nuestros hermanos no pueden seguir muriendo por la tozudez de este régimen”.

La oposición avisó al gobierno del presidente dominicano Danilo Media, anfitrión de una fallida ronda de diálogo entre el chavismo y la oposición, “sobre la responsabi­lidad ineludible de Nicolás Maduro y su régimen en estos lamentable­s fallecimie­ntos”.

“Otro milagro de la ‘revolución venezolana’. Emulando al mar de la felicidad de Cuba, Venezuela ya tiene oficialmen­te balseros muertos en su travesía para llegar a Aruba”, escribió un usuario de Twitter. “Ya Venezuela pagó su primera cuota de balseros”, añadió el líder opositor Enrique Aristeguie­ta Grakcko.

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Desastre. El momento en que se hunde la precaria balsa que intentaba llegar a Curazao. Se ven objetos flotando. Llevaba 20 personas que pagaron US$ 100 cada una a traficante­s.

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