Los países vecinos soportan una ola sin precedentes de refugiados
Drama. Hubo una explosión de pedidos de asilo en Colombia y Brasil. Algo similar está ocurriendo en otros países latinoamericanos, como la Argentina.
La crisis humanitaria en Venezuela está provocando una estampida de refugiados que se expande por Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. La oposición los denomina “desplazados por hambre”, y advierte que este año se agravará dramáticamente la situación.
Si bien no hay una cifra exacta, se calcula que la diáspora del país caribeño ya alcanza las 3.000.000 de personas. El año pasado hubo un incremento sin precedentes de refugiados venezolanos en Colombia, a donde llegaron atravesando la porosa frontera. Ya hay casi 600.000 residiendo en el país vecino, con los serios problemas que esto representa.
“El número está aumentando rápidamente y siguen llegando venezolanos todos los días”, contó Jozef Merkx, representante de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) en Colombia. “Si ya la población colombiana tiene dificultades para acceder a los servicios básicos, con una población adicional de 600.000 personas es muy difícil”, resaltó.
En Brasil las solicitudes de refugio de los venezolanos crecieron un 228%, marcando un nuevo récord con 28.670 pedidos. ACNUR ya tiene en Brasil refugios para los venezolanos que cruzan la frontera por el Amazonas y se prepara para un escenario aún más grave.
La Argentina también se convirtió en un país de refugio. El número de arribos aumentó en casi un 250%. A mediados del año pasado el número de venezolanos en nuestro país superaba los 36.000.
Según ACNUR, las cifras oficiales “representan solo una pequeña parte del total de venezolanos que podrían necesitar protección internacional, dado que muchos no se registran como solicitantes de asilo, a pesar de que indican haber huido de la violencia y la inseguridad, así como a causa de la imposibilidad de satisfacer sus necesidades de subsistencia”.
También es llamativo lo que ocurre con las islas cercanas a Venezuela. Estimaciones no oficiales apuntan a que más de 5.000 venezolanos permanecen sin permiso en Bonaire y otros 20.000 en Curazao. La primera ministra de Aruba, Evelyn WeverCroes, estimó que de una población de poco más de 100.000 personas que viven en ese territorio, 12.000 son venezolanos en situación irregular.
Esto da una dimensión de la desoladora situación que atraviesan mu- chos venezolanos. El presidente de la comisión de Política Exterior del Parlamento venezolano, el opositor Luis Florido, lanzó una “alerta internacional” dirigida principalmente a países vecinos, así como a agrupaciones como Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA), para que estén preparados a brindar ayuda humanitaria. “Hay un fuerte agravamiento de la situación de hambre en la que ha caído nuestro pueblo”, denunció. ■