Clarín

Madrugada complicada para los argentinos en la frontera

Problemas. El paso Cristo Redentor, en Mendoza, fue cerrado seis horas por fallas en el sistema informátic­o. Colas y quejas

- FRANCISCO BRUSOTTI

Todo el esfuerzo y la organizaci­ón pensada para evitar el colapso de la ruta internacio­nal que une Mendoza con Chile este fin de semana, cuando se prevé que miles de personas crucen al vecino país por la visita del papa Francisco y el recambio turístico, chocó en la madrugada de este sábado con un problema imprevisto. Una falla en el sistema informátic­o en el complejo fronterizo Los Libertador­es, del lado chileno de la cordillera, obligó a cerrar el tránsito por horas. Las demoras, de acuerdo a funcionari­os de la Aduana argentina, podían extenderse unas 10 horas.

Así, durante la madrugada se fueron acumulando cientos de vehículos en los puntos de control dispuestos en Mendoza. El primero está ubicado en la zona de la Destilería de YPF en Luján de Cuyo, a 180 km de la frontera. El segundo se instaló en Uspallata, a 90 km del límite internacio­nal. “Por problemas en sistema migratorio de PDI se suspende momentánea­mente el tránsito de ingreso a Chile para buses y vehículos menores. Camiones siguen normal”, informaron las autoridade­s chilenas a las 23.07 a través de Twitter. Recién a las 5.15 por el mismo medio se comunicó el restableci­miento del tránsito.

La falla llegó en el peor momento, por la intensific­ación del cruce de argentinos. Entre las medidas especiales se dispuso que los vehículos suban por tandas, en grupos de 250 o 300, para evitar que se forme un embudo frente a la aduana trasandina. En el primer control (Destilería de YPF) se entrega una oblea que es controlada en el segundo (Uspallata).

Muchos viajeros que eligieron realizar el trayecto en la noche del viernes se encontraro­n con el inconvenie­nte y explotaron en las redes. “Nos están juntando en un camping. Un desastre”, se quejó Enzo en el muro de Gurú Andino, una aplicación que informa sobre el estado del cruce internacio­nal y que se transformó en un sitio de catarsis colectiva. “Paso cerrado ¿Es joda?”, aseguró Antonio. “Tanto operativo para el cruce a Chile por la llegada del Papa para que se les caiga el sistema y no sepan cuando va a volver. Varados en Uspallata. ¡Son impresenta­bles!”, criticó Diego. ■

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Camino cargado. El masivo traslado de argentinos por el Papa se combinó con el cambio de quincena.

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