Clarín

Nahir ahora contó una historia de celos, violencia y disparos accidental­es

Declaró durante 3 horas ante el fiscal. Dijo que el arma primero la agarró él y que ella se la quitó arriba de la moto.

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Nahir Galarza, la estudiante de 19 años imputada por el asesinato de Fernando Pastorizzo, estuvo ayer tres horas en los tribunales de Gualeguayc­hú para ampliar su declaració­n indagatori­a. Estuvo tres horas ante el fiscal Jorge Rondoni Caffa y habló de de la supuesta relación de violencia que mantenían, de los supuestos maltratos de Fernando y de lo que ella considerab­a celos enfermizos.

Sobre la noche del crimen, la joven explicó que él estaba muy enojado, que fue él quien tomó el arma del pa- dre de Nahir, que es policía y que a ella se le escaparon los disparos en medio de un raid enloquecid­o que emprendió Fernando con su moto.

Nahir se contradijo con su primera indagatori­a: el 30 de diciembre por la noche admitió que ella le había disparado a Fernando dos veces. La autopsia determinó que fue el primer tiro, por detrás, el que terminó con la vida de Pastorizzo.

Nahir, detenida en la Comisaría del Menor y la Familia de Gualeguayc­hú desde el 30 de diciembre, ayer fuemuy detallista. Dijo que el 29 a la noche se encontraro­n primero en la casa de él. “Cuando llego salió re enojado porque no le atendía el teléfono, me dijo que era una enferma, que nunca atendía (...) Él sabía cómo manipular, porque me conocía hacía bastante, y sabía qué palabras decirme para que a mí me duela, él hacía lo que quería conmigo, porque agrego, porque con él tuve mi primera relación que fue antes de los 16, porque yo siempre hacía lo que él quería...”.

Nahir contó que como él estaba más calmado, aceptó que la llevara a su casa, que no recuerda la hora, pero que cuando entraron pasaron por la cocina y que Fernando fue quien tomó el arma de su padre, que estaba sobre la heladera. “Y ahí empezó a joder, a moverla para todos lados, mirá el fierro de tu viejo, y entonces me enojé y empecé a decirle pelotudo y como él se reía”. La acusada, que por los cargos que le impuntan podrían ser condenada a perpetua, contó que entonces Fernando la abrazó, le pidió perdón y le dijo que era una “joda”. También, que pudieron hablar y que tuvieron relaciones. Pero que sin embargo después “empezó a reprocharm­e con los chicos que me veía”, “porque era una trola, y además y porque me había visto dándome un beso con un chico de nombre Rafael (...) “Me tira de los pelos, me empieza a decir un millón de cosas, a insultar, y me dijo una palabra que él sabía que me afectaba, me dijo que era una ‘depresiva’. Entonces me largué a llorar mal...”. Dijo que entonces le pidió que se fuera de su casa y que no quería verlo más. “Ahí se me venía para abrazar, y yo lo saqué y me pedía perdón y que iba a cambiar...”, agregó.

Nahir contó que le echó en cara que Rafael la respetaba, que era mil veces mejor que él, “y ahí se enojó del todo, me agarró del pelo, me sacó de la habitación y cuando pasamos por la cocina él agarra el arma de nuevo y me apuntó en la panza, que yo me iba a ir con él porque yo era de él... Entonces apretó el gatillo del arma y me dijo que no se me ocurra gritar o salir corriendo, después se guarda el arma en el pantalón y me hizo esperar hasta que saca la moto... Me empezó a gritar y decir que yo me iba con él... antes de llegar a la esquina él vio a un chico con el que yo me hablaba que se llama Joaquín, ... me decía que yo me callara, y me empieza a hacer preguntas agresivame­nte, si me había visto con él”. Entonces comenzó a contar la escena final. Aseguró que le pidió que la llevara a la casa de la abuela, que le devolviera la pistola de su papá, que él manejaba como un loco, a toda velocidad, que se reía, que ella gritaba, que estaba muerta de miedo, y que en un momento él perdió el control. “En ese momento me agarro de él... Y le saqué la pistola, ni siquiera miré cómo la agarré y en ese momento que frena de golpe, yo sentí la primera explosión y ahí nos caímos los dos de costado, me alcanzo a parar y como no entendía nada empecé a temblar, me quedo como sorda, quedé como boba, y me agacho para mirarlo y ahí es donde sale la segun- da explosión que me sorprendió, me quedé de nuevo sorda y ahí reaccioné y tiré el arma al piso, no sabía qué hacer, estaba nerviosa, estaba temblando y no sabía qué había pasado, y lo primero que se me pasó por la mente es que el arma era de mi papá y que le iban a echar la culpa a él, y entonces agarro el arma me fui a mi casa, caminando, cuando llegué estaban todos durmiendo, dejé el arma donde estaba y me fui a acostar”.

Nahir salió callada de los tribunales de Gualeguayc­hú y subió a un auto blanco. Eran las 17 en punto. Algunos periodista­s le preguntaro­n si estaba arrepentid­a pero ella no dijo nada. Unas horas después, el abogado querellant­e Juan Carlos Peragallo le dijo a Clarín: “No la favorece cambiar lo que ya declaró. Es poco convincent­e”. Y sobre el relato de violencia previo al crimen, dijo que “lo que busca es una atenuación de la pena por supuesta violencia de género”. ■

“Me reprochó que era una trola, me había visto dándome un beso con un chico de nombre Rafael”.

“Le saqué la pistola, ni miré cómo la agarré. Frena de golpe y sentí la primera explosión”.

 ?? RICARDO SANTELLÁN ?? Esposada. Nahir Galarza salió ayer de declarar en los tribunales de Gualeguayc­hú y volvió a la Comisaría del Menor y la Mujer
RICARDO SANTELLÁN Esposada. Nahir Galarza salió ayer de declarar en los tribunales de Gualeguayc­hú y volvió a la Comisaría del Menor y la Mujer

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