El Museo Van Gogh legitima dos nuevas obras del artista
Son dibujos de la colina de Montmartre. La autoría de una de ellas había sido rechazada anteriormente.
La obra del pintor Vincent Van Gogh sumó dos nuevos dibujos, según anunció hoy el Museo en Amsterdam dedicado al artista. Uno de ellos, La colina de Montmartre con cante
ra, data de marzo de 1886, y fue descubierto hace algunos años, pero recién ahora se confirmó su autoría. Según los expertos, sin duda es obra el genio post-impresionista.
“El descubrimiento ha sido confirmado después de una extensa investigación realizada por el museo Van Gogh sobre el estilo, la técnica, los materiales y la procedencia del que hasta ahora era un dibujo desconocido de la colección de la Fundación Van Vlissingen Art”, dijo el museo en un comunicado.
La obra, investigada desde 2013, fue presentada hoy en el Museo Singer, en Laren, y estará expuesta al público hasta el 6 de mayo, junto a obras de Monet, Renoir y Picasso como parte de una exposición de impresionistas, post-impresionistas y expresionistas. Como resultado de este descubrimiento, otro trabajo titulado
La colina de Montmartre, también de 1886, y que antes había sido rechazado como un verdadero Van Gogh, también puede ser atribuido a él, según el comunicado del museo.
“Los dos dibujos están claramente hechos por la misma mano y el estilo está relacionado con los dibujos modelo que Van Gogh hizo por pri- mera vez en Amberes y luego en el estudio de Cormon en Paris”, afirmó Teio Meedendorp, investigador principal del Museo Van Gogh.
“Es fantástico haber podido añadir dos dibujos definitivamente a la obra de Van Gogh”, subrayó. La colina de Montmartre con canter” pertenece a la Fundación Van Vlissingen y hasta ahora nunca había sido ex- puesta al público.
Según el historiador Teio Meedendorp, Van Gogh realizó ambos dibujos a comienzos de 1886 en París. “Ilustran una fase del proceso de aprendizaje del artista, que se reinventó en París, pero que aquí aún seguía el camino artístico tradicional”.
Hasta la fecha se conocen alrededor de 900 dibujos del pintor, de los cuales más de la mitad pertenecen al Museo Van Gogh de Amsterdam. Desde 1970, cuando se hizo un último catálogo de Van Gogh, se han descubierto nueve dibujos y siete pinturas del artista holandés. El último hallazgo databa de 2012.
El descubrimiento de otros dibujos atribuidos a Van Gogh ya abrió, hace poco más de un año, una grieta (en todas partes se cuecen habas) entre el Museo Van Gogh de Amsterdam y la académica Bogomila Welsh Ovcharov, profesora de la Universidad de Toronto, quien anunció el hallazgo de 60 dibujos del artista holandés.
La investigadora dio a conocer un libro de contabilidad que Van Gogh presuntamente utilizó como bloc de dibujos mientras viajaba por la Provenza en 1888. El hallazgo fue confirmado por el erudito en la obra del pintor, Ronald Pickvance, quien llamó a aquel descubrimiento "el más revolucionario en la toda historia de la obra completa de Van Gogh".
La polémica estalló cuando, apenas minutos después del anuncio de la profesora Welsh Ovcharov, el Museo Van Gogh, considerado la autoridad mundial en el artista, aseguró en un comunicado que los dibujos presentados eran imitaciones y no pertenecían a Van Gogh. La académica quedó en shock.
No obstante reveló la historia detrás del hallazgo: la propietaria del libro contable supuestamente perteneciente a Vincent Van Gogh - que no quiso salir del aninomato- lo recibió de su madre, quien lo había guardado medio siglo como "un lindo álbum de dibujos", pero jamás lo vinculó con el gran artista post-impresionismo.
En un nuevo libro sobre estos dibujos, la propietaria anónima dijo que su madre lo guardó junto con un diario escrito a mano, hasta el bombardeo aliado a Arlés y sus alrededores al final de la Segunda Guerra.
La coleccionista afirmó que, después de la destrucción de la guerra, su madre encontró un conjunto de materiales y archivos en un cuarto separado de la casa, incluyendo el libro grande de dibujos y el pequeño cuaderno manuscrito. Sin tener idea de si su descubrimiento era valioso o no, la mujer se lo regaló a su hija. Un amigo le sugirió consultar con el historiador de arte Baille de Franck y, con sólo su intuición, el historiador llamó a Welsh Ovcharov.
Welsh-Ovcharov pasó tres años trabajando "como una científica" y siempre sostuvo la legitimidad de sus pruebas. Pero su teoría se desmoronó con el inequívoco comunicado del Museo Van Gogh. Expertos y curadores coincidieron en que los dibujos no eran de Van Gogh, quien legó obras de deslumbrante belleza, pero que jamás fue reconocido en vida. ■