Clarín

El Papa y su mirada de reojo a una Argentina conmovida

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• He leído y escuchado hasta el cansancio a todos los que tratan de explicar los motivos por los que el Santo Padre no nos visita. Motivacion­es políticas que lo contrapone­n al actual Gobierno; su formación personal que lo alejan de la economía de mercado y el capitalism­o, etc, etc. Sin ánimo de copiar al viejo caudillo, digamos que la única verdad es la realidad y la realidad nos dice que el Papa no quiere venir a la Argentina. Con el mayor respeto, creo que se equivoca.

El Santo Padre sabe llegar a toda la gente sin excepción, sabe mirar en un sentido hondo a todos. Es un pastor. En nuestro país, Francisco tiene un gran desafío. El mayor desafío: juntar en una oración de hermanos, en una común unión, a macristas y cristinist­as, es decir 70 años de historia argentina. Santo Padre, usted que es un hombre de acción y oración, es hoy el único que puede hacerlo. ¿Podremos tener otro? No lo sabemos. Aún con un resultado incierto, inténtelo. Hace falta. Matías Rossi matiasross­i2014@gmail.com

• La visita del papa Francisco, nuestro amado cardenal Bergoglio, a Chile, nos suscita distintas emociones. Nos conmueve que esté tan cerca nuestro. Nos conmueve que el mundo entero mire a este lejano Sur, donde está la Patria de la autoridad máxima de la Iglesia católica. Nos conmueve que, pese a todos los inconvenie­ntes que se suscitaron en estos días con la rebeldía incomprens­ible de nuestros hermanos, no vacile en cumplir con su visita.

También nos sentimos conmovidos porque nos cuesta entender bien la razón por la que aplaza una y otra vez volver a caminar otra vez entre nosotros.

El mensaje que brindó desde el espacio aéreo nos pide que recemos por él. Con seguridad que lo hicimos y lo haremos. Nos envía sus buenos augurios y asegura su cercanía y bendicione­s. Querido papa Francisco: deseamos la cercanía con su presencia. Añoramos aquel carde- nal Bergoglio que viajaba en el subte. Añoramos aquel cardenal Bergoglio, que se hacía los zapatos en un antiguo local de la calle Montevideo. Añoramos aquel cardenal Bergoglio que se cortaba el pelo en una peluquería del Pasaje Roverano. Sabemos que su Santidad tendrá sus motivos, pero deseamos de todo corazón que nos bendiga con su presencia.

Todos los hombres y las mujeres son sus hermanos, pero nosotros somos además sus compatriot­as. Rosa de la Fuente rosabfuent­e@hotmail.com

• A quienes justifican alegando el cumplimien­to de reglas protocolar­es, el descomedid­o e inexplicab­le saludo “en inglés” del papa Francisco a sus compatriot­as en su “paso de largo” rumbo a la república de Chile, les digo lo mucho que me extrañó ese argumento. Es bien sabido que el Santo Padre nunca fue muy apegado a los mandatos del protocolo.

Sólo basta con recordar aquel 13 de abril de 2013, cuando una periodista le preguntó cuál era su primer deseo como Papa, a lo

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