Clarín

Minimizar los peligros, una responsabi­lidad de los padres

- Luis Agote Pediatra*

Las cifras son elocuentes. La cantidad de niños fallecidos por accidentes de tránsito es de unos 600 menores de 14 años por año y en esta cifra están incluidos no sólo los que van a bordo del vehículo, sino también los peatones que son víctimas. Esta circunstan­cia al igual que el transporte en motos y bicicletas merece ser evaluada y tratar de minimizar riesgos con las sillas y los cascos.

La primera pregunta es cuándo tiene que comenzar el cuidado de los niños en el transporte automotriz y la sorprenden­te respuesta es al día siguiente de la concepción. ¿Cómo se puede lograr esto? Básicament­e, con el uso adecuado de los cinturones de seguridad para embarazada­s entre las mamas y la pelvis bajo el vientre.

Además, hay otros hábitos importante­s: las futuras madres se deben bajar adecuadame­nte de los autos girando su cuerpo, sosteniend­o el vientre y tomándose del parante. De esta manera usan los músculos lumbares y no hacen presión sobre el periné. Ante frenadas bruscas o co- lisión, si llevamos a nuestros bebés en la falda o sueltos en el asiento chocan contra el tablero o pueden ser expulsados del auto, así el riesgo de perder la vida se multiplica por seis.

El otro problema es ser aplastado por la mamá que lo llevaba en las faldas: el peso de la madre se multiplica por la velocidad.

Otro conocimien­to importante es que los niños hasta los 13 kilos (aproximada­mente de dos años), deben ir mirando hacia atrás. Esto se comprende fácilmente y es porque la mayoría de los choques son frontales y al viajar en esa posición los bebés apoyan su cabeza y columna en la silla que los contiene. Esto salva la vida en un 71%.

Al variar la posición mirando hacia adelante, el porcentaje de vidas salvadas se reduce al 54%, igual esto significa que más de la mitad de los bebés conservan su indemnidad y su vida cuando se usan estos elementos.

Algunos consejos importante­s son: controlar la homologaci­ón co- rrecta de las sillitas y leer las instruccio­nes ya que hay algunas son incompatib­les con algunos modelos de autos. No sacar a los bebés de su silla para amamantarl­os si está viajando. Hay que parar, alimentarl­os y luego continuar.

Además, el broche central tiene que estar lubricado adecuadame­nte para sacar al bebé rápidament­e del auto en caso de necesidad. Y los padres tienen que usar cinturones de seguridad para no dejar hijos huérfanos: hay un 75% que salvan vidas en casos de colisión.

Hay que pensar que los niños son doblemente víctimas porque ellos solos no se pueden cuidar y necesitan que los adultos los protejan adecuadame­nte como en otros órdenes de la vida.

Un falso argumento que ponen algunos padres para no utilizar la sillita es el del costo. Pero hay que saber que lo que cuesta una silla es su precio dividido el tiempo de uso. Así la silla número uno o huevito se usa desde el nacimiento hasta los 2 años o 13 kilos. Entonces hay que dividir el precio pagado por 730 días ( dos años), y con sorpresa se verá que el costo diario es el de un paquete de pastillas de menta. ■

Si los chicos van sueltos, el riesgo de muerte ante una frenada o choque se multiplica por seis.

* Especialis­ta en la prevención de accidentes infantiles y seguridad vial.

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