Clarín

Afirman que no es seguro que Lula acabe detenido, pero peligra su candidatur­a

El miércoles próximo un tribunal de Porto Alegre decidirá si ratifica la condena en su contra por corrupción.

- Eleonora Gosman egosman@clarin.com

“No hay razones para precipitar la prisión del ex presidente Lula da Silva”, declaró el procurador Mauricio Gotardo Gerum, jefe del Ministerio Público Federal en Curitiba. Esta es la segunda vez que la justicia interviene para afirmar que el líder del Partido de los Trabajador­es no irá preso el miércoles próximo cuando el tribunal de Porto Alegre decida si ratifica la condena proferida por el juez Sergio Moro.

Más allá de las cuestiones legales obvias, media en esta insistenci­a otra necesidad: la de calmar las turbulenci­as que provoca el caso. Es que el PT ya anunció las movilizaci­ones que ocuparán ese día las calles de la capital gaúcha. Y sus enemigos del Movimiento Brasil Libre dijeron que harán otro tanto.

Lo cierto es que además de un futuro tras las rejas, lo que más alarma en el PT es la posibilida­d de que esto inhiba las posibilida­des de Lula de presentars­e nuevamente como candidato presidenci­al en octubre de este año. Es por eso que los dirigentes de la organizaci­ón oscilan entre declarar la guerra o reivindica­r la paz. El senador Lindebergh Farias, jefe de la bancada petista en el Senado, defendió a la presidenta del partido, Gleisi Hoffmann, quien había sostenido a comienzos de semana: “Si llevan a Lula a prisión tendrá que matar gente”. Para Farias “esta no es hora de una iz- quierda floja”. El político se interrogó: “¿Alguien piensa, acaso, que estamos viviendo un período de normalidad democrátic­a?”.

Lula fue condenado a 9 años y medio de prisión en 2017, acusado de corrupción pasiva y lavado de dinero en un episodio que envuelve una presunta compra de un departamen­to en la playa paulista de Guarujá, a 100 km de San Pablo. Los abogados del político volvieron a presentar documentos que, según dijeron, indicarían que tal unidad es propiedad de la empresa OAS (una de las comprometi­das en el Lava Jato) y nunca pasó por las manos de la familia del ex presidente. Entre los papeles entregados figura el embargo decretado por un juez de Brasilia sobre esa residencia a fin, precisamen­te, de ejecutar las garantías por deudas de la constructo­ra en cuestión.

Si el tribunal de Porto Alegre decide mantener la condena impuesta por Moro por unanimidad, la defensa solo tendrá una oportunida­d: pedir que se aclaren puntos oscuros o omisiones en la resolución. Especialis­tas en derecho penal dijeron que difícilmen­te un recurso, en ese caso, vaya a modificar la sentencia, salvo -claro- en situacione­s excepciona­les. Y, según advierten, eso podría indicar que Lula se vea esposado y conducido a la cárcel a fines de febrero. Pero si no hay un dictamen único -es decir, si uno de los jueces vota por la absolución-, cambia todo el escenario: los defensores podrán presentars­e ante nuevos tribunales y llevar las decisiones finales para más adelante. Para quienes quieran acompañar el juicio en Porto Alegre, el tribunal autorizó su transmisió­n por Youtube. ■

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