La calle donde menos pisan el freno
Es Irigoyen en Monte Castro, mano única hacia General Paz. A pedido de vecinos, alarmados por los accidentes, pusieron cámaras de fotomultas. En los últimos seis meses del 2017 registraron casi 60 mil infracciones por exceso de velocidad. Un récord.
En la esquina de Irigoyen y Baigorria está el punto tripartito que separa Villa Real de Versalles y Monte Castro, en el oeste de la Ciudad de Buenos Aires. Y, también, una virtual pista de carreras: allí los autos pasan casi tan rápido como en la avenida que se toma unas cuadras más adelante, la General Paz. Por eso, los vecinos pidieron una cámara de fotomultas y, a medio año de su instalación, ya es la que más infracciones registró en toda la Ciudad: 59.958.
La cámara fue colocada en julio del año pasado en Irigoyen 1761, en Monte Castro, luego de uno de los talleres colaborativos de movilidad organizados por la Secretaría de Transporte de la Ciudad. Allí, los vecinos contaron lo que luego se comprobó con las fotomultas: que el exceso de velocidad en ese punto, donde la máxima permitida es 40 km/h, es más frecuente que en la Lugones, Libertador o la Costanera (ver El top ten...).
El lugar parece tranquilo. Se trata de una zona de casas bajas y apenas algunas torres, sec-uencia de viviendas interrumpida por un negocio aquí y otro allá. Pero su cercanía con los límites de la Ciudad y el rápido acceso que tiene a la Provincia de Buenos Aires la convierten en un área problemática para el tránsito.
“Ya es una costumbre andar rápido acá. Por más que ésta sea una calle, la gente la toma como una avenida”, reconoce Néstor Piccollo, chofer de una remisería ubicada a dos cuadras de la cámara.
Hugo Estigarribia, a cargo de un local de empanadas sobre Irigoyen al 1600, celebra la medida: “La cámara está bien puesta. Acá los autos pasan como si fueran aviones”.
Coincide con ellos Mirtha, que prefiere no dar su apellido, quien trabaja en el barrio y todos los días se toma el colectivo a metros de la cámara: “Cuando vengo caminando por Marcos Sastre, tengo que esperar un montón para cruzar Irigoyen”. Es que en ese cruce no pusieron semáforo. Sí hay uno tres cuadras antes, en Arregui, y el siguiente está recién medio kilómetro después, a la altura de Nogoyá.
Como muestra extrema de lo que cuentan vale el trágico choque ocurrido en septiembre de 2016, justamente a pocas cuadras del lugar don- de se instaló la cámara. Un camión que iba por Irigoyen embistió a un Volkswagen Bora que pasaba el semáforo de Tinogasta. En el auto viajaban un policía y su hijo de 17 años, que volvían de la cancha de Racing, y que murieron como consecuencia del choque. El camionero iba alcoholizado y a alta velocidad y había pasado con luz roja.
El exceso de velocidad ocupa el primer puesto dentro del ránking de faltas más comunes entre los conductores que transitan por la Ciudad de Buenos Aires, de acuerdo a un informe de la Secretaría de Transporte porteña realizado con datos registrados entre el 1° de enero y el 22 de diciembre pasado.
Esa infracción supera de lejos a las multas realizadas por mal estacionamiento, por usar el celular mientras se maneja o por pasar un semáforo en rojo. El año pasado, sobrepasar la máxima permitida representó la mitad de todas las faltas: se labraron 1,8 millón de actas, el 70% de ellas en autopistas.
En Villa Real, para atacar el problema, se tomaron diferentes medidas. Una fue la cámara de fotomultas. La otra, el proyecto de la denominada “Zona 30” para reducir la máxima de circulación a 30 kilómetros en doce calles y a 20 en los ingresos, además de reductores de velocidad, ciclovías y maceteros.
Las obras arrancaron en septiembre pero por ahora están frenadas por un amparo de los vecinos, que dicen que el plan no soluciona el problema y amenaza la identidad del barrio. “No queremos canteros porque reducen el ancho de la calzada y el autobomba no puede pasar. Hay otras formas de reducir la velocidad”, sostiene Inés Rivoir, que vive en Villa Real y firmó el recurso en representación de sus vecinos.
Al exceso de velocidad como motivo de infracción le sigue en frecuencia el mal estacionamiento: representa un 33,7% de las multas, con 1,2 millón de actas labradas. El ránking continúa con las faltas por ingreso indebido al Microcentro Peatonal, en una proporción mucho menor al de las anteriores, 6,8%. Al uso del celular mientras se maneja corresponden el 2,5% de las infracciones. Por último, están el paso con semáforo en rojo, que equivale a 2,3%, y el giro en lugares prohibidos, que representa el 0,63%.
De acuerdo al mismo informe oficial, durante 2017, las multas de tránsito crecieron un 22% en comparación con el mismo período del año previo. Esto, resaltan desde la Secretaría de Transporte de la Ciudad, se debe a la ampliación de la zona de cobertura y a la duplicación de puestos de control integrales y de alcoholemia. ■
“La cámara está bien puesta. Acá, los autos pasan como si fueran aviones”, cuentan.