“Cierre del gobierno”, un portazo a Trump justo el día de su primer aniversario
La Casa Blanca, pese a su mayoría en ambas cámaras, perdió la batalla con los demócratas y evitar el corte del presupuesto federal. El drama de los inmigrantes, centro de las diferencias.
Para un presidente que ama los autoelogios y los adjetivos grandilocuentes como Donald Trump, el día que cumplió su primer aniversario en la Casa Banca no ha sido precisamente “maravilloso”, ni “fantástico”. Tampoco el magnate pudo mostrar este sábado sus supuestas dotes de hábil negociador o de “winner”. Todo lo contrario: Trump sufrió a la madrugada una derrota en el Congreso con el cierre y paralización de la administración federal. Además, Washington –y el resto del país-- se colmó de marchas contra sus políticas.
“Es el primer aniversario de mi presidencia y los demócratas querían hacerme un lindo regalo”, ironizó el en una larga serie de tuits. El trago es amargo para Trump, que tenía previsto pasar el fin de semana en su club privado, en Florida, para una cena de gala y recaudar fondos. Pero por ahora está bloqueado en Washington, donde los senadores pelean por el presupuesto federal.
El Senado tenía plazo hasta la medianoche del viernes para aprobar el proyecto de extensión del presupuesto, lo que ya había hecho el jueves la Cámara baja, pero el Partido Republicano no consiguió, pese a las febriles negociaciones seguidas paso a paso desde la Casa Blanca, los 60 votos necesarios para adoptar la medida. El cierre comenzó a la 0 hora de Washington. La última vez que el gobierno federal paralizó sus actividades fue en octubre de 2013. Gobernaba Barack Obama y 800.000 empleados públicos se tuvieron que quedar en casa (sin cobrar) durante 16 días.
Los primeros efectos de la paralización del gobierno federal se sentirán a partir del lunes, pero ya el fin de semana se veían algunas señales: la Estatua de la Libertad en Nueva York estaba cerrada, el complejo de Museos Smithsonian de Washington y el zoológico también.
La medida generará enormes problemas cotidianos. Se mantendrán las operaciones de la Casa Blanca, Cancillería, el Congreso y reparticiones federales como Correos, pero con menos personal. Y no abrirán la Dirección Impositiva, la Seguridad Social y los Departamentos de Vivienda, Educación, Comercio y Trabajo, así como la Oficina de Protección Ambiental. Millones de trámites quedarán en el limbo.
Más allá del presupuesto temporal, el cuarto desde septiembre, la mayoría republicana quiere adoptar uno definitivo para 2018 para aumentar los gastos militares, una de las promesas de Trump. Pero la oposición demócrata bloqueó el acuerdo al no incluirse una solución para los casi 700.000 inmigrantes beneficiados por el programa DACA, lanzado en 2012 por el gobierno de Obama, que les daba permiso para trabajar y estudiar en EE.UU. Trump no renovó este programa. Vence el 5 de marzo.
Republicanos y demócratas se acusaban mutuamente ayer mientras Trump castigaba a sus adversarios por Twitter. “Los demócratas están más preocupados por los inmigrantes ilegales que por nuestros grandes Militares o con la Seguridad en nuestra peligrosa frontera sur”, denunció. “Ellos podrían fácilmente haber llegado a un acuerdo, pero en su lugar prefirieron jugar la carta del ‘shutdown’”, escribió el mandatario.
Mientras, cientos de miles marcha- ron este sábado en todo el país en la segunda “Marcha de las Mujeres”, que rememoró la masiva de hace un año, antesala de una ola de fuerza femenina que desembarcó en las denuncias contra acosadores sexuales y los movimientos #MeToo y #Time´sUp.
En Washington, Nueva York y Los Angeles, marcharon con gorros de lana rosa con orejas, conocidos como “pussy hats”, que el año pasado se convirtieron en el símbolo de oposición a Trump, en un juego de palabras tras sus declaraciones de que podía “agarrar del pussy (vagina)” a las mujeres que deseaba sin problemas.
En esta capital unas 12.000 personas (lejos del medio millón del año pasado) se juntaron frente al monumento a Lincoln para luego marchar hacia la Casa Blanca. El objetivo era repudiar a Trump y alentar a las mujeres a participar en política y movimientos cívicos. Fiel a su estilo, el presidente respondió a través de Twitter. “Bonito tiempo en todo nuestro gran país, un día perfecto para la Marcha de las Mujeres”, escribió.
“Salgan ahora a celebrar los hitos históricos y los éxitos económicos sin precedentes y la creación de riqueza que han tenido lugar durante los últimos 12 meses. ¡El desempleo femenino más bajo en 18 años!”, agregó.
Dan Balz, analista de The Washington Post, escribió con lucidez que lo que había sucedido este fin de semana resaltaba varios elementos característicos del primer año de la presidencia de Trump: un jefe del ejecutivo acostumbrado a hacer tratos que no pudo cerrar un acuerdo; un partido republicano dividido luchando para gobernar, con una relación tormentosa con el presidente, y un partido demócrata atado a su base progresista anti-Trump. Y una pregunta: “Si la presidencia de Trump fue siempre caótica, ¿por qué esperar que su primer aniversario en la Casa Blanca fuera diferente?”. ■
“Los demócratas están más preocupados por los inmigrantes ilegales que por nuestros militares”