Generar un vínculo, y que sea verdadero
Un dato: Pilar tiene tan sólo 14 años, y lo que escribió es la conclusión de un trabajo práctico para el colegio.
Nos habla del ser humano, el poder, los conflictos religiosos y el diálogo interreligioso. Sus pensamientos transcurren en los albores de su adolescencia, ese mundo complicado y lleno de obstáculos, pero que ella supo sobrellevar demostrando en su carta sus sentimientos más sinceros y profundos, sus convicciones y creencias. Conserva la inocencia de la edad, pero nos hace reflexionar sobre todo lo esencial que se va perdiendo la sociedad entre tantos estereotipos: la honestidad, la falta de comunicación con la familia, los valores. Y, sin nombrarla, se inmiscuye entre sus palabras la grieta, cuando habla del poder de los que imponen sus pensamientos sobre los demás.
Ella nos deja un mensaje, en sintonía con el Papa: establecer un vínculo verdadero para afirmar nuestras creencias. Tal vez, esa sea la clave, la panacea para los que perdieron aquella inocencia. Quizá, Francisco, lea la carta de Pilar, y pueda también acercarles un salvoconducto a los argentinos que claman por su presencia,... pero hoy abandona el continente, sin telegramas ni aviso de retorno.