Largas colas para una vacuna que la mayoría no necesita
Hubo gente que empezó a hacer la fila a medianoche bajo la autopista. Quejas por la falta de organización.
Día a día crece la demanda para vacunarse contra la fiebre amarilla entre quienes viajan a Brasil. Los médicos advierten que “es irracional” y que sólo deben recibirla quienes visiten zonas de riesgo y no tengan contraindicaciones para aplicársela.
La demanda para vacunarse contra la fiebre amarilla no cede. Ayer a la mañana, en Sanidad de Fronteras había más gente que la semana pasada, cuando estallaron los pedidos de viajeros que van a Brasil al ampliarse las zonas en las que se requiere la vacunación.
Con mate, sillitas de plástico, reposeras y mucha charla entre vecinos de fila, la gente pasó las horas a la espera de recibir la vacuna antes de viajar a Brasil. Los que ya la recibieron (el centro abrió pasadas las 9) llegaron al lugar a la medianoche, por lo que estuvieron más de 9 horas bajo la autopista para conseguir la dosis.
Pero con el correr de las horas la gente comenzó a llegar en malones, tanto que antes del mediodía la cola daba la vuelta tres veces al edificio, y algunos ya empezaron a quejarse. Es que casi no había nadie que organizara, para armar una lista o repartir números. El desconcierto era total y muchos hacían la fila sin saber si conseguirían o no el objetivo de irse con el hombro marcado. En la fila circulaba la versión de que existen mil vacunas disponibles, pero la cantidad de gente que superaba por lejos ese número. El jueves y el viernes, por la gran demanda, las autoridades am- pliaron el cupo diario de vacunas.
Así, por ejemplo, César Maidana llegó con su mujer y su nieta Luisana de 8 años a las 7.30. Vinieron desde Ezeiza, por lo que debieron despertarse a las 5. Con la incertidumbre de no saber si podrían o no vacunarse, hacían la fila eterna en la que debieron preguntar a mucha gente antes de saber quién era el último. “No tenemos número ni confirmación de nada, pero creemos que vamos a conseguirla”, decía el hombre confiado.
A su lado, compañera de fila estaba Pabla Gauto. Reposera en mano y termo apoyado en el piso, como en la Bristol pero en la Ciudad. Así pasaba las horas esta mujer acompañada por sus dos nietos de 5 y 7 años: “Nos vamos el 5 de febrero a Cascavel (a 140 kilómetros de Foz do Iguazú) y sólo tenemos tiempo hasta el jueves porque tarda 10 días en hacer efecto. Esperemos poder conseguirla”, se esperanzaba la mujer.
Gabriel Blasetti y sus dos hermanos viajarán a Cabo Frío y Río de Janeiro dentro de dos semanas, pero antes de disfrutar de sus playas paradisíacas debieron torturarse con una noche entera a la intemperie. Llegaron a las 12 y recién a las 10.30 estaban a punto de recibir la vacuna: “Estamos re cansados, nos fuimos turnando para dormir en el auto mientras el otro se quedaba cuidando el lugar. No había nadie, ni policías ni personal que organizara. Nosotros tuvimos que ir diciéndole a la gente que se ubique de tal manera. Una locura”.
Otro a los gritos reclamaba: “Estamos en 2018 y tenemos que pasar la noche acá para conseguir una vacuna ¿No se puede sacar turno por internet o hacerle la vida más fácil a la gente?”, preguntaba de manera retórica. Otros lo miraban y asentían con la cabeza.
Muchos de los que estaban en Sanidad antes pasaron por el Hospital Alvarez, donde sólo les dijeron que había 50 dosis y a las 5 de la mañana ya había más de 100 personas haciendo fila. Algo similar ocurrió en el Vélez Sársfield, donde la respuesta es que todavía no sabían si habría o no vacunas disponibles.
Desde el Ministerio de Salud de la Nación afirmaron a este diario que no hay riesgo de quedarse sin dosis: “Eso no va a pasar”, afirmaron y agregaron que ante la demanda están evaluando cambiar el método para que aquellos que necesiten la vacuna puedan sacar turnos con más organización.