Clarín

Un vínculo con Rusia que se ablandó por el ARA San Juan

- Natasha Niebieskik­wiat natashan@clarin.com

Curiosidad­es y paradojas atraviesan las relaciones con Rusia. Mientras que el gobierno de Hipólito Yrigoyen cortó las relaciones con Moscú tras la revolución de Octubre de 1917, el general Juan Domingo Perón, buscando una tercera posición de la política exterior, las reanudó en 1946 al acercarse a la entonces Unión Soviética que por entonces conducía con ma- no de hierro Joseff Stalin. A su vez, el esplendor del vínculo económico ocurriría entre la dictadura argentina, de derechas, con la comunista y desapareci­da URSS. Por si ello fuera poco, el régimen militar nacional se animó a no adherir a las sanciones internacio­nales y al boicot a los juegos olímpicos en Moscú que promovió Washington tras la invasión rusa de Afganistán. Para entonces, este país pasó a vender de 1.4 a 5.5 millones toneladas de granos.

El viaje de Mauricio Macri a Moscú debe leerse en la misma clave. Por empezar, el que da el golpe de timón en realidad es él y no Putin, quien estaba ahí dispuesto, aunque no siempre con dinero para invertir. Si Putin y Néstor Kirchner no tuvieron entre sí la mínima simpatía -incluyendo un plantón del argentino en un aeropuerto de Moscú que el ruso nunca perdonó- Cristina Kirchner mostró fascinació­n por el Kremlin, y fue ella la que firmó con Putin en Buenos Aires (2015) el establecim­iento de la Asociación Estratégic­a Integral Argentino-Rusa, a la que Macri piensa echar mano, en un gesto de pragma- tismo como el que tuvo con China dos años antes.

Las excentrici­dades de Putin, un duro a quien le gusta mostrar el pecho desnudo ya sea haciendo deportes, cazando o sumergido en aguas heladas, se "ablanda" con algunos gestos. El diálogo telefónico que durante los días de extrema consternac­ión por la desaparici­ón del ARA San Juan con 44 tripulante­s mantuviero­n Putin y Macri también selló su vínculo único y personal. Putin conoció los sinsabores del hundimient­o del submarino nuclear Kursk con 118 hombres. Moscú fue de los países que más ayudaron en la búsqueda del submarino. Todavía están los rusos en el mar argentino.

En este último tiempo el Gobierno, que tenía un eje central sobre EE.UU. Europa e Israel, se encontró con un cambio de rumbo. Los empresario­s estadounid­enses dieron vuelta su po- lítica y empezaron a repatriar fondos y hacer inversione­s en su país. El mundo hoy es otro, y gran parte de la geopolític­a pasa por Asia, por China, la India y por EurAsia, donde están los rusos. Tan distinto es el mundo hoy que existe un Trump en problemas por sus simpatías y "acuerdos" con Rusia.

"Como representa­nte en Argentina de grandes compañías rusas el potencial para el desarrollo de inversione­s es manifiesto", dijo a Clarín Eduardo Eurnekian, CEO de Corporació­n América, y quien hace dos años esperó un acuerdo entre los rusos y argentinos que no llegó para financiar la represa neuquina de Chihuidos. En este viaje del Presidente, las expectativ­as de las inversione­s y el comercio con Rusia están puestos en la energía, los hidrocarbu­ros y la minería, donde hay total complement­ariedad. ■

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