Violencia en el súper: murió el hombre baleado tras una discusión
Era Roberto Cavana, de 57 años, quien recibió cinco tiros. El atacante fue detenido y acusado de homicidio.
Roberto Daniel Cavana (57), el hombre baleado por José María Scrocchi (72) tras discutir en la cola de un supermercado en Quilmes, falleció ayer a las 8.30 de la mañana. Se encontraba en estado reservado, con un respirador artificial. La información fue confirmada a Clarín por la dirección del Hospital Isidoro Iriarte, en donde estaba internado.
Cavana ingresó en Urgencias de esa institución con cinco tiros en su abdomen, que implicaron lesiones en los intestinos y mucha pérdida de sangre.
“A las 7 de la mañana hizo un paro cardiorrespiratorio, del que logró salir adelante. Pero repitió otro a las 8. Se llevaron a cabo todas las maniobras de reanimación pero fue imposible salvarlo”, explicó la doctora Mirta Benedetti, directora asociada del Hospital Iriarte.
Cavana murió a las 8.30. Benedetti detalló que, además de las graves heridas con las que ingresó al hospital, Cavana era obeso, diabético e hipertenso.
El hecho ocurrió el domingo por la mañana, cuando la víctima y su agresor hacían la cola en un supermercado Carrefour del centro de Quilmes.
Las fuentes contaron que ambos discutían cuando Scrocchi le habría dicho a Cavana: “Te voy a agarrar afuera y te cago a tiros”. Finalmente eso fue lo que hizo, ante el estupor de los otros clientes y los empleados del lugar. Y enseguida quedó detenido.
La causa estaba caratulada como “homicidio en grado de tentativa y portación ilegal de armas de fuego”. Pero la Unidad Fiscal de Investigación (UFI) 3 de Quilmes la recaratuló como “homicidio” y ordenó el traslado del cuerpo de Cavana a la morgue judicial para realizar la autopsia, según informaron fuentes de la Policía Bonaerense a este diario.
En un allanamiento al domicilio de Scrocchi, ubicado en Lavalle al 800, en Quilmes, la Policía encontró armas y municiones. Había dos cargadores de una ametralladora Uzi, granadas, un proyectil de mortero y 48 cartuchos calibre 22. Los cargadores, la granadas de mano y el proyectil de mortero no tenían carga y los cartuchos estaban intactos.
Según indicó el abogado de Scrocchi, Gustavo Trimarchi, su defendido “no se encuentra ubicado en tiempo y espacio. Está completamente desorientado”. Y agregó que es “insulino dependiente, tiene antecedentes cardíacos y problemas psiquiátricos”. Con esos argumentos, el abogado Trimarchi busca atenuar la responsabilidad de Scrocchi pero todas estas características deberán ser evaluadas y determinadas por la Justicia. En diálogo con el canal de noticias TN, Trimarchi contó que Scrocchi “no contesta cuando le hablan, mira hacia el techo o hacia el suelo. Ingiere un montón de medicamentos y hace 30 años que nadie ingresa a su casa, incluido un hijo al que no vio durante todo ese tiempo. Vivía solo con un perro pitbull”, aseguró. ■