Ciro y los Persas le ponen rock a la “feliz”
El ex Piojo abre su año musical en el estadio marplatense, antes de viajar a Córdoba para ser parte del Cosquín Rock 2018.
Como siempre que el líder de una banda exitosa decide abandonar el formato grupal y emprender un camino solista, el despegue de Ciro Martínez de Los Piojos, en 2009, abrió un paréntesis de duda, que el propio cantante se encargó de acortar al mínimo indispensable al convocar a sus “persas” transcurridos apenas un par de meses de la separación.
Hoy, a casi nueve años de aquellos días, la duda no sólo fue sepultada a gran profundidad, sino que Ciro y los Persas forma parte del lote de los nombres más convocantes del rock argentino; y por cierto de los más activos.
A diferencia de quienes eligen mantenerse en el ostracismo para salir al ruedo muy de vez en cuando, Martínez y los suyos mantienen la sana costumbre de salir a escena con frecuencia, con la llamativa rutina de llenar el Luna Park cada vez que se lo proponen, y agotar las localidades de algún estadio mayor de tanto en tanto.
Esta vez, la apuesta es otro de los lugares ya conocidos por el ex Piojo y su banda. Mañana, desde las 21, el Polideportivo de Mar del Plata (Entradas desde $605 por TuEntrada.com) será la sede de la pulsión rockera comandada por Ciro, y sostenida por ‘Broder’ Bastos y Juan Manuel Gigena Ábalos en guitarras y bajo, Rodrigo Pérez en gui- tarra, Julián ‘Lulo’ Isod en batería, y Nicolás Rafetta en teclados.
Con su más reciente trabajo, Naranja Persa (Primera parte), editado en septiembre de 2016 y con su segunda parte en proceso, la excusa de la presentación no parece ser otra que la de compartir un buen rato de rock and roll. Y tratándose de Ciro y sus músicos, el rato, además de bueno, seguro que será extenso.
Es que al repertorio del trabajo publicado en 2016 hay que sumarle la larga lista de canciones que incluyen los dos primeros discos so- listas de Martínez, Espejos (2010) y 27 (2012); parte de una discografía que suma además el doble CD + DVD Qué placer verte otra vez, en los que quedaron registrados los maratónicos shows que el 26 de abril y el 18 de octubre de 2015 dieron en el estadio de Ferro Carril Oeste.
Un recorrido discográfico de casi una década, que refleja al mismo tiempo el crecimiento no sólo artístico sino también personal del músico porteño, que hace un par de semanas festejó sus 50 años.
Sobre eso, precisamente, Ciro reflexionaba hace un año y medio con Clarín. “Es un momento de la vida en el que son muchas las preguntas para hacerse. Tiene que haber una voluntad de continuar, buscar, descubrir, sorprenderse. De eso se trata estar vivo. A la vez, uno cuenta con la experiencia y las cosas son más valiosas. Ya no sos inmortal, como a los 20, que si te ibas a morir ni te importaba. Hoy también pensás en otras cosas, como los hijos. Hay otra conciencia de la finitud de la vida, y uno no debe entregarse”, decía.
Un cambio que tiene su correspondencia musical en temas como 5 Bestias, Amor prohibido y Atún, entre otros de los de Naranja Persa. Que van en sintonía con la útopía musical que guía su rumbo por estos días. “Hacer lo que hago cada vez mejor. Ya no puedo inventar la mística de la banda adolescente; eso fue en otro momento. Pero puedo escribir cada vez mejor. O al menos intentarlo”. ■