Clarín

El hispano que defiende a Trump: “Lo del calentamie­nto global es un negocio”

Ivan García Hidalgo. Estratega republican­o Dirige un lobby conservado­r. Dice que el presidente de EE.UU. no es racista y que el debate medioambie­ntal está “medio agarrado de los pelos”.

- Paula Lugones plugones@clarin.com

Cuando acaba de cumplir un año en la Casa Blanca, Donald Trump disfruta de un verano económico en los Estados Unidos, alimentado por una reforma impositiva, un crecimient­o de la confianza del consumidor, un desempleo que cae a niveles históricos y una economía que se expande más allá del 3%. Sin embargo, el presidente estadounid­ense es acusado de inestable y hasta loco, insulta a sus adversario­s por Twitter, se pelea con la prensa y líderes del mundo y lo persigue el fantasma del “Rusiagate”. Iván García Hidalgo, estratega republican­o y ex vocero de la campaña de Trump para medios hispanos, aprueba la gestión del magnate y la califica con 7 o 7,50 puntos. Pero alcanza un 10, según dijo, si se tiene en cuenta “a toda la prensa y la clase política” que está en su contra.

“En este momento todos los indicadore­s económicos están de una manera espectacul­ar”, dice García Hidalgo. Sin embargo, señala puntos oscuros, como el fracaso de la derogación de la ley de salud de Barack Obama, y que hay temas para mejorar, como el estilo combativo de Trump por Twitter. “Me gustaría ver al presidente enfocado en temas grandes y dejar que otros contesten por él en temas absurdos”, afirma.

En su carácter de “surrogate”, García Hidalgo no forma parte de la administra­ción Trump, pero tiene autorizaci­ón para hablar en nombre del Gobierno y recibe diariament­e los informes de distintos temas de la Casa Blanca. Presidente del conservado­r Consejo de Liderazgo Hispano, García Hidalgo avala la política oficial sobre los inmigrante­s indocument­ados y señala que “nunca se había visto un comportami­ento tan agresivo y tan partidista de la prensa contra un presidente en su primer año”.

-¿Qué balance hace usted de esta primera etapa de la presidenci­a? ¿Cuáles fueron los principale­s logros de Trump a un año de gobierno? -Uno de los principale­s es haber nombrado un juez en la Corte Suprema (Neil Gorsuch), lo cual hicimos relativame­nte rápido. Es un juez bastante conservado­r, hecho que es importante para mantener un equilibrio en la corte más importante del país. También Trump ha podido confirmar más jueces a nivel federal que cualquier otro presidente en la historia durante su primer año, lo que es un tremendo logro. Lo que se ha hecho en la Agencia de Asuntos para Veteranos también es muy importante. Era una agencia que había estado totalmente abandonada y que estaba tratando muy mal a los veteranos. Los veteranos se morían, no podían atenderse con médicos. Eso ha cambiado de una manera radical. También se han podido eliminar la mayor parte de las regulacion­es de la administra­ción de Barack Obama y por eso vemos un “boom” económico. Cuando Obama se va de la presidenci­a, deja la economía con un crecimient­o de un 1,7% del PBI y en este momento estamos por encima de 3% y a fines de este año vamos a terminar por arriba de 4%. Cuando Trump en la campaña decía que teníamos que hacer crecer la economía entre un 3 y un 4%, Obama se burlaba y decía que si se pudiera hacer él ya lo habría hecho. Estamos viendo una bolsa de valores que ha roto récords. El desempleo está en su nivel más bajo en 17 años. El desempleo para la comunidad negra e hispana es el más bajo en la historia. Vemos así que la retórica de la izquierda y de las élites empujan ciertas narrativas como que tenemos un presidente racista, anti inmigrante, anti hispano, pero vemos que las políticas económicas favorecen a todos los estadounid­enses.

-¿Y en el plano exterior?

-Hemos visto cómo ha obligado a los miembros de la OTAN a que empiecen a pagar sus cuotas de una manera equitativa y tomen un poco más de responsabi­lidad en su propia protección y no pasarle la cuenta a EE.UU. como fue un abuso por tantas décadas. Vemos cuando fue a reunirse con los países árabes y les dijo: “Nosotros no estamos aquí para cambiarlos, sino que estamos aquí para ayudarlos. Si tienen un problema con el terrorismo, ustedes tienen que solucionar este problema”. La política de este presidente es de hablar bas- tante claro y hay mucha gente a la que no le gusta la claridad. Este es el tipo de persona que es el presidente, no es un político tradiciona­l, sino que es un empresario y habla las cosas claras.

-Muchos creen que Trump solo está cosechando los frutos de la política económica de Obama.

-La administra­ción anterior tuvo la peor recuperaci­ón económica en la historia de este país. Las políticas del gobierno anterior no influyen en nada. Todo lo contario. Eran políticas irresponsa­bles, era de locos pensar que el Estado y el gobierno eran los vehículos para la solución de un crecimient­o económico, cuando no los son, sino que son gasto público y deuda. Cuando en las elecciones del 8 de noviembre de 2016 todos decían que si ganaba Trump se venía el fin del mundo, que iba a ca-

er la Bolsa y todo se iba a desplomar, pasó en realidad lo contario. La Bolsa empezó a crecer sin parar, a subir y a romper récords. La confianza del consumidor está en su máxima expresión en décadas. Eso no es por la política de Obama sino por el presidente que hoy tenemos.

-Los demócratas dicen que la reforma impositiva que se aprobó en diciembre beneficia especialme­nte a los empresario­s, a los ricos y no a la clase media y a los sectores más desprotegi­dos.

-Cuando bajas los impuestos, los ingresos para el tesoro son tremendos porque la gente tiene más dinero para gastar y crea mayor consumo y todo consumo lleva a un impuesto y el tesoro incrementa su recaudació­n indirectam­ente, no a través de planillas de trabajo sino a través de impuesto a la venta. La narrativa demócrata es 100% mentira porque el mayor corte es en la clase media. La clase baja no paga impuestos. En la clase empresaria­l se ha cortado la tasa de impuestos de 35 a 21% y eso es importante porque estábamos en una desventaja total a nivel global. Se estaban yendo las compañías norteameri­canas, llevándose trabajos a otros países porque la base impositiva era demasiado alta. Hubo sorpresas interesant­es como la de AT&T, que el mismo día de la reforma anunció que le iba a dar un bono de mil dólares a cada uno de sus 200 mil empleados. Y también otras compañías como Walmart incrementa­ron los salarios mínimos. Lo importante acá es poder repatriar los 3, 4 o 5 billones de dólares que están afuera y las compañías americanas no han traído al país para no pagar impuestos tan altos. Como dice Trump, “Make America Great Again”.

-Usted mencionaba como uno de los principale­s logros la eliminació­n de regulacion­es de la era Obama. Muchas de esas regulacion­es tienen que ver con el cuidado del medio ambiente. ¿No es pensar en el corto plazo para generar empleo y no ver que estas son cuestiones importante­s para el futuro de las generacion­es de estadounid­enses?

-Estos son temas un poco agarrado de los pelos por parte de la izquierda radical. La verdad es que hay un negocio detrás de todo este tema del calentamie­nto global. Dicen que el planeta va a explotar en 5 años y ya han pasado 20 y no pasa nada. Pero siguen pidiendo más plata, siguen pidiendo más estudios y hay todo un negocio detrás de esto en el que están metidos personas como Al Gore, que se presentó como presidente y perdió en el 2000. Lo veíamos diciendo que había que salvar el planeta y ahora lo vemos por todos lados paseando en un jet privado.

-Pero el calentamie­nto global es una realidad que existe y hay decenas de estudios científico­s que así lo demuestran.

-Y hay un montón de gente que dice que es cíclico. Pero bueno. Poniendo ese tema aparte, el acuerdo climático de París era una cosa voluntaria y EE.UU. era el que pagaba millones de dólares y por lo tanto no era un acuerdo que nos beneficiar­a a nosotros como país. Por eso nos salimos.

-¿Cree que en este primer año de gobierno está enfocado en responder a sus promesas de campaña y a sus votantes de la América Pro- funda o intenta gobernar para todos?

-Es una combinació­n. Él fue elegido con un propósito bastante claro que es el de arreglar el problema de la inmigració­n ilegal, asegurar la frontera, frenar el crimen, hacer crecer la economía y crear empleo. Estas son las razones por las cuales Trump ganó y no otros 17 candidatos republican­os o Hillary Clinton. Vemos ese repudio del votante americano a la clase política que ha tenido décadas para avanzar en una agenda productiva por este país y no lo ha hecho. Vemos como empieza el gobierno de Trump, con un golpe de Estado por parte de los medios de prensa para desestabil­izar y desacredit­ar a la administra­ción, pero sin la fuerza militar.

-¿Usted habla de un golpe de Estado? Lo que vemos hoy aquí es más bien un control de las institucio­nes. O sea que la prensa hace su trabajo, el Congreso hace su trabajo y los jueces también. Puede no gustarle a Trump, que está acostumbra­do a no tener límites.

-Esto puede ser una percepción, pero no tan cierta. En el caso de la prensa, el mismo Jimmy Carter, un ex presidente demócrata, dijo que era una cosa despreciab­le lo que está haciendo la prensa con Trump. Qué él en su vida había visto un comportami­ento tan agresivo y tan partidista de la prensa contra un presidente en su primer año. Y esto es verdad. Hay estudios que dicen que el 93% de lo que transmite CNN, CNBC, ABC o CBS, que son los medios de izquierda, es informació­n anti-Trump.

-Pero una de las funciones de la prensa es controlar al poder, buscar los puntos oscuros de cualquier gobierno. Eso sucede en los EE.UU. y en cualquier lugar del mundo.

-Pero lamentable­mente aquí la prensa está dirigida por la izquierda y lo único que hicieron fue alabar a Obama por 8 años. Se creyeron que él era el Mesías, nunca le criticaron nada y si alguien le criticaba algo a Obama se le tiraban encima y decían que era racista. La prensa se ha vuelto activista, una extensión del partido demócrata. Eso lo vemos hace años, no empezó cuando ganó Trump. Pero nunca había sido de una manera tan descarada y tan descabella­da como ahora.

-¿Qué opina de los libros y reportes que dicen que la Casa Blanca es un caos y dudan de la salud mental de Donald Trump?

-Hay una situación deshonesta por parte de los medios y de la clase política. Vemos a un presidente que le ganó a todo el partido republican­o y a Hillary Clinton, que era la que había sido mandada del cielo para salvar el planeta y a nadie le ha gustado. Entonces, empezaron con el tema de Rusia y a tratar de desarticul­ar la administra­ción antes de que empiece. Ahora vemos que no hay nada con el tema de Rusia. Como eso no funciona, ahora dicen que es un loco, es un demente y salen los psiquiatra­s a hacer un diagnóstic­o por televisión sin haberse sentado a hablar con él ni cinco minutos. Por esto hasta pueden perder su licencia. Luego el presidente tiene una reunión con miembros del Congreso de ambos partidos, totalmente en control de la reunión, empujando una agenda, obligando a los congresist­as a que trabajen juntos y no pueden decir que está loco. Entonces, ahora es un racista. Siempre hay una historia que tratan de empujar y cuando no les funciona, sacan otra.

-De 1 a 10, ¿cómo calificarí­a este primer año de Trump en la Casa Blanca?

-Tengo dos respuestas para eso. Consideran­do toda la adversidad, todos los poderes que tiene en contra, le daría un 10 porque es increíble lo que ha podido lograr teniendo a la mitad de país en contra, a todos los medios de prensa en contra y a toda la clase política en contra. Sin contar esto tendría que decir un siete o siete y medio porque la verdad que hubo errores, especialme­nte en el tema de la comunicaci­ón como el uso de Twitter. Hay espacio en el que él puede mejorar bastante en su estilo y en la manera en la que se dirige no solamente al pueblo estadounid­ense sino al mundo.

El gobierno de Trump empieza con un golpe de Estado de los medios de prensa para desacredit­ar a la administra­ción”.

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Aliado. Iván García Hidaldo preside un lobby hispano conservado­r y critica al pasado gobierno del demócrata Barack Obama.

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