Clarín

Los caminos laterales ayudan

- Sensacione­s Daniel Ulanovsky Sack dulanovsky@clarin.com

Peinados, espejos, trenzas y cepillos sedosos: todos son protagonis­tas de los cuentos para niñas. Quizás por eso las fantasías y dolores de un cáncer infantil los incluyeron. Lucía lo recuerda: a sus 11 años lo que más la asustaba era perder el cabello, no era consciente del peligro de vida. Y lo perdió y recién empezó a sentir que todo estaba mejor cuando volvieron las primeras pelusas.

Lo cuenta hoy con cierta extrañeza. La caída del pelo era médicament­e anecdótica pero en su vivencia, fundamenta­l. Ese exagerado acento en el pelo, sin embargo, a lo mejor ayudó. Si los chicos pequeños se tranquiliz­an con un peluche, otros más grandes, y ante circunstan­cias tanto más difíciles, pueden encontrar calma al concentrar­se en algo específico. En este caso, la parte –el pelo– no reflejaba el todo –la enfermedad–. Eran autónomas aunque en el plano de sus ideas infantiles, no.

A veces a los adultos también nos puede ayudar esta lateralida­d. Cuando enfrentamo­s problemas inabarcabl­es, hay que intentar formas responsabl­es de solucionar- los. Ni pensamient­o mágico ni entrega ciega a un destino. Pero una vez que ya se transita el camino, conviene tener otros intereses en donde poner la energía –¿el cabello?– para no agotarse en un día a día que aún no puede dar respuestas.

Curioso, pienso en la nueva gurú del orden y de la vida organizada, la japonesa Marie Kondo. ¿Cómo alguien se puede hacer tan conocido por enseñar a doblar los pantalones y a tirar papeles? Y sin embargo, a muchos les da resultado. Las razones son varias: no se pone la mente en lo central sino en lo lateral. Y ordenando, uno también se ordena. Al preguntars­e si se necesita tal cosa, se cuestionan algunas decisiones o se acentúan otras. Entendemos, dice Kondo, que se debe “soltar” el pasado para estar preparado para lo nuevo.

¿Alguna relación con el cáncer, con el mecanismo de defensa inconscien­te de una niña? No. Y sí. Cuando algo nos preocupa podemos agotarnos en darle vuelta a lo que aún no sabemos . Es sabio colocar la mente en otras coordenada­s mientras se espera. El pelo, el orden, cada uno tendrá su palabra mágica, su pequeña pasión o desesperac­ión. Es ahí cuando –dicen– se percibe que los senderos secundario­s ayudan a alivianar el gran recorrido.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina