Alarma por la basura: rellenan el último lote de la Ceamse y en 5 años no quedará lugar
Está ubicado en el predio de José León Suárez, que recibe los residuos de Capital y de 36 municipios. Buscan reforzar el reciclado y la separación en origen.
La imprevisión por sobre la prudencia y el deslinde de responsabilidades por sobre el hacerse cargo son dos características con fuerte arraigo en la sociedad local. Es un accionar que muchas veces atraviesa a las autoridades y se traslada al ciudadano común, el primer eslabón de una cadena que, en lo que a cuestiones ambientales se refiere, está a un tirón de romperse. En términos prácticos, el espacio disponible para enterrar la basura proveniente de la Ciudad y de los 42 municipios del Gran Buenos Aires está cerca de agotarse: ya se empezó a usar el último sector disponible en el relleno sanitario de que la Ceamse tiene en José León Suárez y en cinco años no habrá más lugar.
“Al ritmo actual, más un 3% que se agrega por crecimiento poblacional, tenemos una capacidad receptiva de 5 años. Es decir: en 2023 nuestro sistema de relleno sanitario empezará a tener una crisis nuevamente”, confirma Gustavo Coria, presidente de la Ceamse.
En el GBA y la Ciudad habitan unas 15.800.000 personas, que hoy generan un promedio diario de 18.500 toneladas de residuos. Eso suma unas 555.000 toneladas mensuales que demandan un movimiento de 170.000 viajes mensuales de los camiones para su recolección y traslado, con el consecuente gasto de 307.000 litros de combustible. Además, la cantidad de basura generada en la Ciudad y enterrada creció 0,5 % por primera vez en cinco años, según fuentes oficiales.
“Venimos observando que los residuos están creciendo de manera desproporcionada. En los últimos 40 años, la humanidad generó más basura que en todo el resto de su historia. Por eso, hay que seguir insistiendo con la prevención en la generación de desechos, con la separación en origen, con el tratamiento de los residuos. Y todo ello tiene que apuntar a un solo objetivo: minimizar lo que envías al relleno sanitario”, dice Co-
ria a este diario.
El área metropolitana de Buenos Aires cuenta con tres complejos ambientales: uno en González Catán, que recibe la basura de todo el distrito de La Matanza; el Norte III, en José León Suárez, a donde se destinan los residuos de 36 municipios y de la Ciudad, y un tercer predio en Ensenada al que van los desechos de ese partido junto con los de Berisso, Brandsen, La Plata y Magdalena.
Este tercer complejo, que recibe el 5% del tonelaje total del área metropolitana, tiene un cierre estimado de operación para abril. Luego, el 100% de los residuos que lleguen al lugar serán tratados en una planta de Tratamiento Mecánico Biológico (TMB), en la que se podrá recuperar el 63% del material. Mientras, el 37% remanente se va a enfardar y será utilizado
para rellenar canteras en la zona. En 2004 ya había cerrado el de Villa Do
mínico, que recibía la basura de los municipios de la zona sur.
Los otros dos espacios seguirán abonando sus rellenos sanitarios, de máxima, por los próximos sesenta meses, estiman. En el caso del de Gonzalez Catán, con el 8% de la disposición total de residuos, y en el de José León Suárez acopiará el 87% del sistema.
Este último predio está operativo
desde 1979, con la creación de la CEAMSE, y tiene una extensión de
500 hectáreas. Hace pocos días fue habilitado el último sector disponible para el relleno. Tiene dos kilómetros de extensión y una cota de 60 metros. “Esa nueva obra en cinco años se agotó. No tenemos tierra para ningún otro lado, ni consenso ciudadano para abrir otros rellenos”, re
pite Coria.
Si a este mal pronóstico se suma
toda la basura desechada por fuera de la red de gestión de residuos, el panorama se vuelve todavía más complejo. “Durante muchos años, los ba
surales a cielo abierto fueron una válvula de escape al sistema, que ahora empieza a ser socialmente inaceptable. Es una problemática que hay que encarar y que en la Ciudad de Buenos Aires está resuelta desde hace unos años pero en algunos municipios todavía es un tema importante. Cuando se resuelva, va a blanquear un tonela
je que hoy no figura en la cuenta de ningún distrito, pero que existe”, expresa el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Eduardo Macchiavelli.
En la actualidad, el sistema de relleno sanitario tiene enterrados 140 millones de toneladas, de las cuales 90 están en el corredor norte.
Además, en ese mismo espacio también funciona una planta de TMB, una de tratamiento de neumáticos, otra de compostaje, doce estaciones de separación de residuos sociales y una de generación de energía eléctrica a partir del biogas de los residuos, que permite producir 15 MWH que abastecen a 100.000 personas. A su vez, minimiza la emana
ción de olores por la correcta extracción de los gases. “También queremos hacerlo en los otros dos complejos ambientales, de modo que todos estén tomando el gas de los residuos y lo estén reconvirtiendo en energía
eléctrica. Nos va a dar una generación de energía de 10 megas, que es el equivalente a lo que consumen 70.000 vecinos de la región metropolitana”, explicaron en la Ceamse.
Con todo, el horizonte sigue siendo limitado. “La Ciudad de Buenos Aires ha bajado a más de la mitad la cantidad que se entierra en este re
lleno. Ahora tenemos cinco años para encontrar soluciones superadoras. Existen diferentes alternativas en el mundo que ya se aplican y estamos estudiando con Nación y con la Provincia de Buenos Aires cuál de ellas es la que permite estirarse más allá de esos cinco años”, cierra Macchiavelli.
“No tenemos más tierra ni consenso ciudadano para abrir nuevos rellenos”, explican.