Tras diez años, desalojaron a los ex soldados de la Plaza de Mayo
Desmantelaron la carpa de ex conscriptos de Malvinas. Es para avanzar con las obras de puesta en valor.
Ayer sumaban 3.625 los días que los ex soldados continentales de Malvinas ocupaban una parte de Plaza de Mayo. Por la tarde fueron desalojados por efectivos de la Policía de la Ciudad. Y así pusieron fin a un acampe de casi una década para permitir que avance las obras sobre ese histórico paseo.
Así se cumplió una resolución enviada ayer por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño. Dijeron que por cuestiones de seguridad, los manifestantes, que reclamaban que el Gobierno nacional los reconociera como veteranos de guerra, no podían seguir acampando. Fue así como, a las 19, agentes de la Policía de la Ciudad llegaron al lugar y retiraron todo: sacaron la carpa, cortaron hierros con amoladoras y removieron las cruces. Pasadas las 21, los manifestantes se retiraron del área del acampe hacia los límites de la Plaza.
Los ex conscriptos, agrupados en la Asociación Civil Campamento TOAS Plaza de Mayo, fueron movilizados en 1982 al sur del país, pero nunca viajaron a Malvinas ni entraron en combate. Sin embargo, desde hace una década, y en un reclamo que trascendió los distintos gobiernos, los ex soldados piden los mismos derechos que los ex combatientes.
“Somos diez o quince contra 60 policías. Se están llevando todas las cosas. Somos soldados conscriptos, veteranos de guerra no reconocidos por el Estado”, dijo Tulio Fraboschi, presidente de TOAS (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur) , poco después de comenzado el operativo.
Fraboschi aseguró que el subsecretario de Administración General y Uso del Espacio Público porteño, Juan Pablo Limodio, les dijo que “el acampe no interrumpía los trabajos y que podíamos quedarnos al menos hasta mediados de febrero. Además, prometió mediar ante Nación para que la cuestión de fondo del acampe se solucionara. Pero nos vinieron a desalojar sin previo aviso”.
El ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Eduardo Macchiavelli, sostuvo en cambio que “hace tres meses se les habló sobre la obra y se les dijo que su desarrollo indefectiblemente iba a hacer que tuvieran que retirarse. No podemos seguir demorando los trabajos: hay que levantar baldosas y hacer un tendido eléctrico nuevo para alimentar los circuitos de riego y las nuevas farolas LED que se están colocando. Es muy peligroso que ellos estén ahí”.
Fuentes oficiales también dijeron que no fue necesaria una orden judicial por tratarse de “una ocupación ilegal del espacio público”.
En mayo de 2015, un fallo de la Corte Suprema, conocido como “caso Gerez”, definió que los soldados apostados en las bases continentales tam- bién habían estado en peligro de ataques enemigos. Pero dos meses después, otro fallo del máximo tribunal revocó una sentencia que reconocía beneficios a ex conscriptos durante la Guerra de Malvinas, por entender que no estaba probado que hubiera participado en acciones de combate.
Como telón de fondo está la puesta en valor de Plaza de Mayo, que arrancó en octubre. Pudo avanzar del ladode la Casa Rosada pero necesitaban seguir con el área que estaba ocupada por los ex convictos: unos 350 metros cuadrados.
En la zona ya intervenida, vecina de la Rosada, parte de los pisos fueron removidos y se levantó el césped.
El objetivo, según fuentes oficiales, es ampliar las superficies de reunión y encuentro, las que se conectan por medio del eje central, y ensanchar las veredas y los senderos peatonales. Para eso, Hipólito Yrigoyen queda con dos carriles menos, y otro tanto ocurre con la avenida Rivadavia. Se prevé que la obra, que cuenta con un presupuesto de $43.792.575, estará terminada a fines de abril. ■