Clarín

Federer puede estirar los límites: llegó a las 30 finales de Grand Slam

Será la séptima vez que defina en Melbourne. Buscará el 20° título en este tipo de torneos, a 15 años del primero.

- Luciana Aranguiz laranguiz@clarin.com

A los 36 años y con dos décadas de carrera profesiona­l sobre sus espaldas, Roger Federer sigue acrecentan­do su leyenda y escribiend­o su nombre en la historia del tenis con marcas de todo tipo. En la edición 2018 del Abierto de Australia, el suizo sumó un nuevo hito. Porque con la victoria por 6-1, 5-2 y abandono ante el surcoreano Hyeon Chung se metió en su 30ª final de Grand Slam. Así se afianzó como el jugador que más veces alcanzó la instancia definitiva en uno de los certámenes grandes y amplió la ventaja sobre sus perseguido­res inmediatos en esa lista, el español Rafael Nadal, que lleva 23, y el serbio Novak Djokovic, que acumula 21.

El ex número uno del mundo se transformó además en el primer jugador con al menos siete finales en tres Grand Slams diferentes, ya que jugó también 11 en Wimbledon y otras 7 en el Abierto de Estados Unidos. En tanto en Roland Garros, dominio de Nadal, su clásico rival, llegó a esa instancia en “sólo” cinco oportunida­des, cifra igual de envidiable.

Mañana, desde las 5.30 de la mañana de Argentina, buscará ampliar otro récord que ya tiene en su poder, porque irá por su 20° título de Grand Slam -es el más ganador de la historia en esta categoría- ante el croata Marin Cilic. Además, intentará sumar su sexto trofeo en Australia, para igualar el registro que comparten Djokovic y Roy Emerson, quien llegó a esa marca antes de la Era Abierta.

Federer tenía 21 años y el pelo largo, y estaba quinto en el ranking, cuando disputó por primera vez la definición de un Grand Slam. Fue en julio de 2003 cuando venció a Mark Philippous­sis sobre el césped londinense. Ayer, tras su victoria en las semi ante Chung -que se retiró con mucho dolor por las ampollas en su pie izquierdo-, rememoró ese partido con algo de nostalgia.

“Recuerdo cómo fue para mí esa fi- nal y ganar ese primer trofeo en Wimbledon 2003. Sacudió mi mundo y fue uno de los mejores momentos de mi vida. Me encantaría estar de nuevo en esa posición y poder vivir otra vez esa sensación de tratar de ganar mi primer Grand Slam”, comentó ayer el suizo.

Después de ese primer triunfo en Londres, Federer ganó la siguientes seis finales que jugó en Grand Slams. En un brillante 2004 se llevó el Abierto de Australia, Wimbledon y el US Open. Al año siguiente repitió el festejo en tierras británicas y estadounid­enses, mientras que en 2006 volvió a consagrars­e en Melbourne.

Su primera derrota fue en Roland Garros 2006 ante Nadal, el rival que más veces lo doblegó en la instancia decisiva de un Major. Junto al espa- ñol, Federer protagoniz­ó inolvidabl­es batallas. Como en Wimbledon 2008, cuando Rafa lo venció por 4-6, 4-6, 76 (5), 7-6 (8) y 7-9 y le cortó una racha de cinco títulos consecutiv­os en Londres. O en Australia 2009, que terminó con otro triunfo del mallorquín en cinco sets.

O la que jugaron el año pasado sobre el cemento del Melbourne Park, que quedó en manos de Federer y marcó el inicio de una temporada inolvidabl­e para los dos.

En los últimos quince años, el suizo se dio el gusto de jugar finales en todos los Grand Slams y en todas las superficie­s, y superar a rivales de renombre. Marat Safin, Andy Roddick, Andy Murray, Nadal, Djokovic y hasta el gran Andre Agassi lo sufrieron en la ronda decisiva de estos torneos.

Apenas tres jugadores pudieron vencerlo. Nadal, que le ganó seis; Juan Martín Del Potro, una, en Nueva York en 2009, y Djokovic, tres, en Wimbledon 2014 y 2015 y en Estados Unidos ese último año.

La última final que disputó Federer fue en Londres, en julio del año pasado, justamente ante el mismo rival que enfrentará mañana. En ese partido, Cilic, sexto del ranking, sufrió también con las ampollas en el pie izquierdo y terminó cediendo en tres sets. Hoy, la realidad del croata es otra. Y Roger lo sabe.

“Si llegó tan lejos es porque se siente muy bien. Todos vimos el gran partido que jugó contra Rafa y contra Kyle Edmund en semi. Tiene potencia, tiene un gran tenis y es una gran persona. Y siempre sale a la cancha con actitud ganadora. Como en las semifinale­s en Nueva York en 2014. Me aplastó en ese partido (fue victoria del croata por 6-3, 6-4 y 6-4). Y segurament­e haber tenido dos días libres y un duelo de semifinale­s que no fue tan duro lo va a ayudar mucho para llegar fresco y listo la final. Así que veremos que pasa. Ojalá pueda llevarme el título. Sumar el vigésimo sería increíble”, analizó Federer, que lidera 8-1 el historial de enfrentami­entos oficiales.

Aunque el cruce más reciente entre los dos finalistas de Australia ocurrió fuera del circuito, en noviembre pasado, en Maldivas. “Fue rarísimo. Yo estaba de vacaciones allí y él llegó un poco después. Los dos estábamos buscando un compañero de entrenamie­nto y terminamos juntándono­s para practicar dos veces. Y la pasamos muy bien. Sin entrenador­es, sólo nosotros dos peloteando. Y después fuimos a comer en familia. Fue divertido”, contó entre risas Federer, el hombre récord del tenis que volvió a hacer historia en Melbourne y que, insaciable, irá por más. ■

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REUTERS Por más historia. El suizo Roger Federer se transformó en el primer tenista en jugar al menos siete finales en tres Grand Slams diferentes.

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