Masacre narco en Brasil
14 MUERTOS
Un grupo entró a los tiros en una bailanta en Fortaleza. Sería una venganza entre bandas.
Sin motivos aparentes, hombres armados hasta los dientes que llegaron en tres vehículos, entraron en una bailanta y dispararon contra el público a mansalva. Fue en Fortaleza, la capital del estado nordestino de Ceará.
El resultado del episodio: 14 muertos y 6 heridos de gravedad, entre ellos tres adolescentes y un niño. Ocurrió en la madrugada y no hay pistas, todavía, sobre quienes pueden haber organizado la masacre. Se mencio- nan, como siempre, disputas territoriales entre bandas de narcotraficantes un drama que se ha generalizado en ese Estado según afirman sus propias autoridades. Entre los muertos hay ocho mujeres y seis hombres.
Pero nada sobre estas especulaciones es oficial. Apenas son rumores que indicarían que una de las facciones del hampa, “Guardianes del Estado”, atacó un baile organizado por la otra banda que dominaría la región, el Comando Vermelho.
Lo cierto es que se trataba de una fiesta popular, en uno de los barrios más pobres y marginales de la ciudad, en una especie de club para danzar llamado “Forró do Gago”. Y nada tenía que ver con ninguna de las mafias que controlan la distribución de drogas. Las fuerzas de seguridad ya han detenido a un presunto responsable del tiroteo, según un comunicado la Secretaría de Seguridad Pública y Defensa Social. Pero no se dieron detalles de la filiación del arrestado o si tiene vínculos con el hampa organizada.
Desde hace tiempo, Fortaleza es la capital brasileña con mayor cantidad de asesinatos por cada 100.000 habitantes: la tasa era de 77,3 en 2015. Estos datos son consistentes con los nacionales de Brasil, que en 2017 llegó al récord de 62.000 homicidios.
Quienes se salvaron del tiroteo contaron que el ataque se extendió durante al menos media hora. Y aquellos que lograron huir se refugiaron en las casas de vecinos.
En una conferencia de prensa, el secretario de Seguridad Pública de Caerá André Costa, un joven abogado y comisario que actuó en la represión al narcotráfico, sostuvo que las investigaciones estaban todavía en una fase inicial y evitó, en principio., atribuir el desastre a un enfrentamiento entre bandas delictivas rivales. Confirmó, sí, que se trataba de una acción “bien planificada y organizada”. Para el funcionario, sin embargo, se trató de “un caso aislado, como los que ocurren en todo el mundo, casos con 50 o 60 muertes. Son acciones planificadas que, en algunos casos, con el trabajo de inteligencia de la policía se consiguen evitar. En este caso, desgraciadamente, no conseguimos”.
Claro que es un dato importante el aumento de la violencia en ese estado provincial, como ocurrió en el resto de Brasil desde 2015 en adelante. Entre 2016 y 2017 el número de asesinatos en Fortaleza casi se duplicó: pasó de 1.007 homicidios a 1.978. Y en el es-
tado trepó de 3.700 a 5.000.
Pese a que el negocio de las drogas es el principal motivo de esa violencia, en este caso no habría en ese baile ni entre los muertos, delincuentes vinculados a las facciones, dijeron las fuentes. Inclusive, algunas víctimas encontraron la muerte en la calle, en las proximidades de la puerta; fue el caso de una mujer y un joven, ambos vendedores ambulantes, que se encontraban fuera del local.
Fortaleza registró un crecimiento económico singularmente alto en los últimos 20 años y la ciudad, que era apenas una villa con una cuadra de hoteles en las orillas del mar, se transformó en una de las grandes ciudades del nordeste brasileño, con gran cantidad de edificios en altura.
Al mismo tiempo, se conformaron barrios periféricos como Cajazeiras, donde ocurrió la masacre. Y allí al parecer hicieron sus “nidos” los narcos de Comando Vermelho y de Familia del Norte. Este grupo, Guardianes del Estado, era bastante débil pero comenzó a crecer llevando para su molino a chicos que salían de la cárcel y servían como soldados.
Desde 2015, el estado es gobernado por Camilo Santana, un ingeniero agrónomo de 49 años que milita en el Partido de los Trabajadores. Como se trata de su primer mandato, el político aspira a presentarse en las elecciones generales de octubre próximo. Afirmó que 80% de los crímenes en el Estado son por la droga.