Denuncia un turismo esquivo en la ciudad de Malargüe
La columna vertebral del país, la ruta 40, que va desde Ushuaia a La Quiaca, está cortada a la mitad, ya que es intransitable para autos, desde Bardas Blancas hasta Chos Malal. Hay que cruzar la Cordillera para poder transitar por una hermosa autopista chilena, paralela a nuestra ruta 40, que ahora está cortada por la mitad y tiene muchos tramos en mal estado. Ingenuamente, creí que era desidia de nuestros gobernantes. Pero al ver que en Chile están reflotan- do el tren paralelo a la Cordillera y que nosotros ni hemos soñado con un tren de Norte a Sur, me quedé preocupado. Entonces vi que en que Malargüe, habiendo una excelente oficina de turismo, no se nos permite hacer turismo libremente. Todo hay que contratarlo con “guías” locales. No se puede ir en auto a la Laguna de Llancanelo, los caminos a los Castillos de Pincheira y a la Caverna de las Brujas están en estado deplorable, los bosques petrificados están privatizados, la excursión a la Payunia sólo puede hacerse con “guías”, como todas las actividades en territorio mapuche.
Cuando uno observa que el Estado argentino, a través de YPF, paga un canon a los caciques mapuches para operar los pozos, al igual que todas las empresas petroleras y sus contratistas, allí comprendí que hay un Estado dentro de otro Estado y que el que cobra es el que manda en ese lugar.