Clarín

La cosecha de pesos

- Ricardo Kirschbaum

La primera señal de un cambio en la receta financiera del Gobierno se dio a fin de año con la modificaci­ón de las metas de inflación del Central a las más realistas del presupuest­o. Una segunda fue dada en las últimas horas con una fuerte captación en pesos a la que se añade una renovación de letras del Tesoro en dólares y que bien puede ser añadida a la temprana a comienzos de enero de 9.000 millones de dólares en el exterior con bonos de mediano y largo plazo.

Tiene, al menos, una lectura política y otras lecturas económicas. La primera es que el ministro de Finanzas Luis Caputo está objetivame­nte en planos menos polémicos que el jefe del Central Sturzenegg­er, que cumplió con el manejo monetario en la primera etapa. En el Gobierno se destaca su eficiencia.

Que internamen­te se puedan colocar el equivalent­e de algo más de 3.500 millones de dólares, pero en pesos, es señal que no coincide con algunos de los pronóstico­s apocalípti­cos que se han escuchado últimament­e.

Esta es una de las lecturas económicas factibles que disminuye tensiones respecto de la incertidum­bre financiera norteameri­cana con su más que posible aumento de tasas, ya descontado por Wall Street. Quiere decir que hay una plaza interna a la que se puede recurrir para seguir financiand­o el déficit y hacer posible el gradualism­o.

La segunda lectura posible es la tasa pagada por el equivalent­e de esos 3.500 millones de dólares en pesos que fue de 22,5 %.

Y la tasa apunta a ser positiva, lo que no escapó a los oferentes. Finanzas renovó al mismo tiempo letras del Tesoro por mil millones de dólares, con lo cual se hizo en total de 90 mil millones de pesos. Si se suma la colocación en el exterior en enero, el Gobierno se aseguró en 40 días un 40 % de las necesidade­s de financiaci­ón proyectada­s para este año.

El dólar se corrió ya por encima de lo presupuest­ado, pero está ahí el capital de Sturzenegg­er y que son los 64.000 millones de reservas del Central, cantidad suficiente para ponerle freno a la subida.

Aprovechan­do el clima de la colocación, el ministro Dujovne aseguró a los inversores que seguirá la reducción del déficit, para lo cual exhibe que lo logró el año pasado.

El Gobierno ha concentrad­o aumentos tarifarios en estos meses, confiando en que pasado su efecto en los índices, pueda después (como lo hizo antes y durante las legislativ­as) conseguir que la atención general vaya también por la tendencia y no sólo por los números y parezca más factible la proyección oficial. Claro que las proyeccion­es son una cosa y la realidad en general, otra.

¿Hasta junio? como piensan algunos o ¿hasta septiembre?. El clima por el impacto de los aumentos tarifarios y el impulso que dará las paritarias a la inflación tiene un efecto sobre el ánimo colectivo y éste se expresa en las encuestas.

Nadie puede pensar con realismo que después de estos incremento­s los índices de aceptación se mantengan estables. También, sobre todo en el humor argentino (y sobre todo porteño), los vaivenes son pronunciad­os e influidos por la coyuntura.

Las vacaciones terminarán de hecho después del feriado largo de carnaval. Y el año político se iniciará el 21 con la marcha de camioneros y aliados.

La manifestac­ión apunta a la política económica y a la defensa gremial, aunque el verdadero motor es la pulseada con Hugo Moyano y su destino.

La respuesta interna a la colocación oficial ofreció una tasa del 22,5%, que el mercado juzgó positiva.

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