Investigan si las lesiones en el esófago y el estómago se produjeron en la endoscopía
Será determinado por una serie de estudios complementarios. Los resultados van a estar en una semana.
“Hay evidencia de que algo anduvo mal”, aseguró el médico gastroenterólogo Ernesto Da Ruos, perito por parte de la familia de Débora Pérez Volpin en la causa que investiga su muerte, ocurrida el martes pasado mientras se le practicaba una endoscopía en el Sanatorio de la Trinidad. Fue en diálogo con el programa radial Va de Vuelta (AM 870). Y agregó: “No tenemos ningún tipo de información de patología previa”. Es que la autopsia del cuerpo de la periodista y legisladora, cuyo resultado definitivo se conocerá el 16 de este mes, permitirá determinar si el fallecimiento se produjo por alguna falla durante el diagnóstico y tratamiento médico o por causas naturales.
“Se tomaron todos los recaudos para levantarla del estado en el que estaba, pero fue imposible reanimarla”, sostuvo el perito de parte en declaraciones televisivas. Ese “estado” es la pérdida abrupta de saturación de oxígeno que Pérez Volpin padeció apenas cinco minutos después de que se iniciara la endoscopía a la que fue sometida por padecer dolores abdo- minales agudos. No sólo se produjo esa baja en la saturación, sino que según fuentes del caso, no fue posible entubar a la periodista porque presentaba una inflamación en la glotis, por lo que se le colocó una máscara y luego hubo maniobras de reanimación.
Según describió Da Ruos, todos los peritos -los oficiales y los de cada parte involucrada- estuvieron de acuerdo en que el cuerpo presentaba “lastimaduras” en el estómago y esófago, aunque remarcó que esas lesiones no son cortes “porque el endoscopio no corta”.
En la causa judicial, cuya carátula es “homicidio culposo” y que está a cargo del Juzgado Criminal y Correccional N°57, hay una autoimputada. Es la anestesista Nélida Inés Puente, que participó del estudio médico. Su abogado, Eduardo Gerome, explicó: “Desde el punto de vista de lo anestesiológico todo fue bien administrado. La pericia no arrojó ningún resultado que demostrara lo contrario en cuando a las drogas y las proporciones utilizadas”. Según adelantó, “con el informe de la pericia habrá que determinar qué produjo esa caída en la saturación del oxígeno, y podrá saberse si tuvo que ver con la responsabilidad de alguien o no”.
Además de Puente, en el quirófano en el que murió Pérez Volpin estaba Diego Ariel Bialolenkier, el médico gastroenterólogo que se ocupaba de llevar a cabo la endoscopía. Desde La Trinidad se negaron a responder si por estos días el especialista sigue en funciones, y agregaron que no darían información respecto de si la endoscopía permanece grabada en algún soporte de memoria digital porque la causa se encuentra bajo secreto de sumario. Bialolenkier, de 36 años, trabaja también en Mijal Salud, un centro sanitario de La Paternal, donde dijeron a Clarín que “está de vacaciones”.
El propio Da Rous indicó que los resultados preliminares de la autopsia indican que la sedación no fue la causa de la muerte de Pérez Volpin.
Consultado sobre si se trata de un caso de mala praxis, respondió: “No puedo decir que tuvo la culpa alguno de los profesionales que intervinieron porque no está comprobado. No inculpo ni defiendo a ninguno de los actores”
Es que a los resultados que se difundieron el miércoles a la noche falta sumar la información que arrojen distintos análisis de laboratorio y biopsias de tejido que permitirán completar el mapa de lo ocurrido.
El juez Gabriel Ghirlanda, a cargo de la investigación, será quien deba determinar las responsabilidades correspondientes. Fue en su juzgado que recayó la causa luego de que el periodista Enrique Sacco se presentara en la comisaría 23, cercana a La Trinidad, para que se investigaran los motivos de la muerte de su pareja. En principio, esa denuncia fue caratulada como “muerte dudosa”, pero rápidamente se decidió renombrarla como “homicidio culposo”, calificación que mantiene. ■