Caso Lebbos: el principal acusado declarará la semana próxima
Ninguno quería ser el primero en declarar. Y algunos se la arreglaron para no hacerlo, al menos hasta el miércoles. Roberto Luis Gómez, el principal acusado por el crimen de Paulina Lebbos (23), encabezaba la lista para pasar al banquillo de los acusados. Pero cuando al ex empleado de la Gobernación de Tucumán entre 2007 y 2014 lo llamaron, se las arregló para posponer su declaración hasta el final de la jornada y, finalmente, hasta la semana que viene.
Después de Gómez fueron citados el ex jefe de la Policía de Tucumán Hugo Raúl Sánchez y el ex subjefe Luis Nicolás Barrera. El juego de la especulación por ver qué decía el otro continuó, por lo que los dos ex comisarios recién hablarán el miércoles.
El siguiente en pasar al banquillo de los acusados fue el ex policía Hugo Waldino Rodríguez, acusado de “encubrimiento real” y “falsificación ideológica de instrumento público”. Rodríguez se negó a prestar declaración por consejo de sus abogados.
En efecto, el primero en dar su versión durante la jornada de ayer fue el ex secretario de Seguridad de Tucumán Eduardo Oscar Di Lella. Pero en realidad tampoco habló. En su lugar, se leyó un escrito con su declaración anterior en el que afirmaba que su cargo “era político” y ante las acusaciones de que mandó a mover el cuerpo sin esperar la orden del fiscal dijo que él no tomó esa decisión.
En tanto, sobre la reunión que hubo esa noche entre Di Lella y Sánchez, afirmó que fue para hablar del operativo del verano y que no tenía que ver con el caso de Paulina.
El ex jefe de la Unidad Regional Norte Héctor Rubén Brito apeló a la misma estrategia que Di Lella. A través de un escrito, afirmó que él no tuvo “nada que ver” con el crimen de Paulina. Cuando el fiscal le preguntó por qué no denunció que esa noche se habían fraguado actas respecto del hallazgo del cuerpo de Paulina y si sabía que eso constituía un delito, Brito se limitó a decir: “Pudo haber una omisión mía”.
Lebbos había ido a bailar con Virginia Mercado a un boliche del centro de Tucumán para festejar que aprobó un examen. A la vuelta, las dos amigas se tomaron un remís. Virginia bajó en su casa y Paulina siguió hasta lo de su novio. Nunca llegó.