Fútbol argentino: una década infame y un club reincidente
La historia del fútbol argentino tiene muchos partidos sospechados de arreglos, pero muy pocos comprobados. En los años 30, plena Década Infame, las acusaciones eran moneda corriente. Tanto que Ernesto Malbec, el primer presidente de la actual AFA, dijo apenas asumió, en marzo de 1935, en la revista La Cancha: “Es necesario sanear el ambiente de todas esas impurezas”. Cinco años después, en 1940, Banfield se convertía enel primer club sancionado por un caso de soborno. Fue en el hexa- gonal final por el Ascenso en 1939 y fue denunciado por Barracas Central. Al comprobarse el hecho, la AFA sancionó a Banfield con la pérdida de la afiliación por 30 días, por lo que perdió sin jugar los primeros cinco partidos del torneo de Primera de 1940. Fue reincidente. En 1941, fue sancionado por 60 días por intento de soborno al arquero José Monjo, de Tigre. Y en 1944. Florencio Sola, presidente del Taladro, aceptó que dio 2000 pesos para sobornar al arquero Sebastián Gualco, de Ferro. Banfield fue suspendido por 15 fechas y mantu- vo de milagro la categoría. En la B de 1943, Eugenio Bassino, capitán de Chicago, le pidio al árbitro que expulsara a su compañero Enrique Carbonell. Lo denunció. Y se comprobó que no sólo había ido a menos ante Argentino (Q) sino que él sobornó a otros dos jugadores el año anterior. Lo expulsaron de por vida de la AFA. Banfield sumó un cuarto caso en la B de 1971. La denuncia la hizo Alfredo Ortiz, de Ferro. Suspendieron al club por cuatro meses. El descenso fue inevitable.