Trump defiende a sus funcionarios acusados de acoso y violencia de género
El presidente estadounidense, Donald Trump, defendió a sus funcionarios que han debido renunciar acusados de acoso sexual y delitos de género y violencia doméstica. El mandatario dijo al respecto que lamentaba las vidas “destrozadas” por acusaciones que podrían ser falsas, aunque no dio detalles de la información que lo llevó a esa conclusión.
El gobierno de Trump ha sido criticado con dureza por su torpeza a la hora de manejar estas denuncias, que llegan en medio de un debate nacional sobre conductas sexuales inapropiadas y cómo deben de ser tratadas.
“Las vidas de algunos están siendo destrozadas y destruidas por una mera acusación”, tuiteó Trump.
“Algunas son verdaderas y otras, falsas. Algunas son viejas y otras, nuevas. No hay recuperación para alguien acusado falsamente -la vida y la carrera se han ido. ¿Ya no existe eso del debido proceso?”, prosiguió en su defensa.
El comentario del presidente, acusado también de abusos a lo largo de su trayectoria como empresario y showman de la televisión, llega después de que dimitiera el viernes pasado el redactor de discursos de la Casa Blanca, David Sorensen, incluso tras haber negado acusaciones de su esposa.
Y también tras la renuncia el miércoles del secretario de personal Rob Porter, después de que se hicieran públicas las denuncias por abuso de dos de sus ex esposas.
Trump no solo dio veracidad sin discusiones a la versión de Porter, sino que más tarde le agradeció “el muy buen trabajo” realizado en la Casa Blanca y le deseó “una maravillosa carrera” en el futuro.
El presidente ha respaldado a otros funcionarios o dirigentes políticos frente a denuncias por abuso o acoso, como a Roy Moore, el republicano de Alabama que perdió la carrera para llegar al Senado estadounidense.
Trump ha negado también vociferantemente su culpabilidad en al menos 19 casos en los que ha sido acusado de abuso o acoso sexual y que se hicieron célebres durante la campaña electoral.
Las acusaciones de malas conductas sexuales han golpeado a una creciente lista de hombres influyentes en la política, los medios, la industria del entretenimiento y otros sectores desde octubre, cuando estalló el escándalo del magnate de Hollywood Harvey Weinsten.
Trump confronta una situación personal complicada por aquellos antecedentes y los negocios y vínculos opacos que se la atribuyen a sus empresas y a parte de su familia con hombres de negocios y funcionarios del Kremlin.
Hace poco el presidente hizo desclasificar un sospechoso documento sobre el FBI que escribió uno de sus aliados en el Congreso en el cual se pone en duda la seriedad de la agencia en el seguimiento del Rusiagate y que, según el mandatario, es la clave para cerrar el caso. Un fiscal especial fue designado por el ministerio de Justicia para investigar este escándalo que ha sido el principal problema hasta ahora en le presidencia del magnate inmobiliario. ■