Clarín

El mismo andén, nuevo boleto de vida

- María Belén Etchenique mbetcheniq­ue@clarin.com

Leonardo dia. tanillas, hasta sual apellido vida, en por la Su la del que es los estación cuerpo deterioro uno con boca pies, murieron Sarmiento de el abajo, asomándose lo tren los Once, convirtier­on ferroviari­o. 789 que 51 atrapado fue por personas. heridos le la dejó momentos, imagen por Él, desde en secuelas de una que Y la la hoy de síntesis de catástrofe comparte la la como las camina cintura de trage- ven- por vi- si hubiera miento plomería El 22 de porque pasado febrero en Congreso. tenía nada; de 2012 que por En subió hacer otros, la estación temprano una todo. changa Ramos al Sar- de Mejía estaba empezaba llena de trabajador­es la hora pico del y la conurbano formación que ya viajaban center, estudiante­s, a Capital: albañiles, empleadas operadores domésticas, de call la mayoría bajo la presión de llegar a tiempo.

“Cuando estábamos entrando a Once, me paré frente a la tercera puerta del primer vagón.

Veía pasar el borde del andén y pensaba que quería salir rápido”, reconstruy­e sentado a la mesa de un bar de la estación Once, a punto de cumplirse seis años de la tragedia.

Es que ese día, como todos los anteriores, el tren Sarmiento iba cargado al triple de su capacidad y, para ganar tiempo, cuando las formacione­s entraban a las terminales, los pasajeros avanzaban hasta los primeros vagones para asegurarse una salida veloz. Fueron pocos los que pudieron salir. A las 8:32, el Chapa 16 impactó contra el paragolpes hidráulico del andén. El segundo vagón subió como una ola y comió parte del primero, arrastrand­o y aplastando pasajeros. Leonardo quedó con la mitad de su cuerpo afuera y la otra quedó atrapada entre hierros y pasajeros vivos y muertos.

“Recuerdo un ruido de explosión y una nube de tierra. Después quedé inconscien­te. Cuando desperté, vi gente que desde afuera me estaba filmando y sacando foto con los celulares. No podía moverme, no entendía nada”, cuenta a Clarín. En ese momento, atrapado y vestido con una camiseta de Boca, empezaba a ser imagen de la tragedia de Once.

Lo que siguió fue una pelea continua: cuatro horas hasta ser rescatado; un diagnóstic­o grave -aplastamie­nto del ciático, fractura de pelvis y tobillo, rotura de ligamentos y pérdida de la oreja derecha-; dos meses y medio de internació­n; tres operacione­s; un casamiento que no resultó y una larga depresión.

“Las cosas empezaron a mejorar tres años atrás cuando me reencontré con Nancy”, dice.

Nancy era su novia de la adolescenc­ia y es su actual pareja. Además, la madre de Leonel Román Sebastián Sarmiento, su primer hijo. Tiene un año y tres meses. En la casa familiar de Derqui, en Pilar, Leonardo puede sacudirse por un rato la tragedia, jugar a la pelota con su nene, disfrutar de su nueva parrilla y reunir a familiares y amigos alrededor de una mesa. Quiere que a su hijo no le falte nada, para eso ahora trabaja doble turno: a la mañana hace arreglos de plomería y, por la tarde, tareas de mantenimie­nto en la Legislatur­a porteña.

“Leonel es mi revancha. Entre tanta cosa fea, trae vida. Muchas veces pensé por qué sobreviví yo. Y sentí que tengo la obligación de contar lo que pasó y pedir justicia. Ahora a eso se suma mi hijo”, dice con cierto orgullo, y alarga la vista hacia el andén donde vio más muerte de la que jamás pensó ver. Un año y medio estuvo sin pisar la estación Once. Pero esta mañana de febrero acepta la invitación de Cla

rín de volver a recorrerla. Y no se tapa los oídos con auriculare­s para sobrepasar la experienci­a, como lo haría si estuviese solo. Dice: “puedo, puedo, no me hace mal”. A su espalda, llega la formación china RC22, muy distinta al dinosaurio de chapa en el que viajaba.

Mientras repasa lo que vivió aquel 22 de febrero, en otro punto de la Ciudad el ex ministro de Transporte Florencio Randazzo declara como testigo ante el Tribunal Federal 4, que juzga al ex ministro de Planificac­ión Julio de Vido por la tragedia de Once. Es una segunda causa que se desprende del choque. En la primera fueron condenados 21 de los 28 acusados, entre ellos el ex titular de la empresa concesiona­ria TBA, Claudio Cirigliano; el ex secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi; y su antecesor Ricardo Jaime. Sus penas forman parte de un fallo histórico pero que aún no está firme.

Leonardo se lamenta porque llegará a otro aniversari­o sin sentencias firmes, pero piensa en esa fecha como una oportunida­d más para recordar que lo que pasó no debe repetirse. “Todavía no arreglé con María Luján (mamá de Lucas Menghini Rey) qué voy a hacer ese día, por dónde me tocará volantear y convocar al acto, pero siempre estoy”, dice. Lo que sí sabe es que este año va a ser especial porque por primera vez lo acompañará Leonel.

Antes de salir, le pondrá una remera que le hizo María Luján. Dice: “Justicia -la letra T en forma de cruz, la S en forma de 5 y la I en forma de 1-. Justicia para los 51 muertos de Once”. Y ahí, junto a su hijo y su mujer, será parte de otra foto, pero elegida exclusivam­ente por él. La prueba de su lucha.

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MAXI FAILLA Sobrevivie­nte. Leonardo Sarmiento fue la imagen de la tragedia de Once. Y volvió al andén en busca de otra foto para su vida.
 ?? G. DELL’ORO ?? La tragedia que dio la vuelta al mundo. Leonardo tardó 4 horas en ser rescatado, en la estación Once. Murieron 51 pasajeros.
G. DELL’ORO La tragedia que dio la vuelta al mundo. Leonardo tardó 4 horas en ser rescatado, en la estación Once. Murieron 51 pasajeros.
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