Clarín

Las razones de siempre, detrás de una inflación dura de domar

- Ramiro Castiñeira Economista.

Desde 1810 hasta 1944, Argentina convivió con una inflación que en promedio no fue mayor al 3% anual, salvo contados episodios. Pero a partir de 1944 comenzó a tener una inflación de dos dígitos o más, salvo durante la convertibi­lidad. Lo que antes era la excepción, comenzó a ser la regla, acumulando 74 años de elevada inflación.

El origen de la inflación es siempre el mismo: La monetizaci­ón del déficit fiscal. Tras la segunda guerra mundial argentina decidió vivir de espaldas al comercio exterior, y apostar al mercado interno y al Estado presente. Como esa receta de “vivir con lo nuestro” rápidament­e deriva en un estancamie­nto, se buscó el placebo del gasto público para paliar el aislamient­o. El constante aumento del gasto público condujo a un déficit fiscal crónico que se busca cubrir emitiendo moneda, y esta emisión genera inflación. De esta historia llevamos tres cuartos de siglo, y en el proceso, pasamos de codearnos con los países potencia, a estar cómodos entre los emergentes, y en pleno siglo XXI, caímos al inframundo de país frontera.

Sólo las cuentas públicas sanas permiten una moneda sana. No es casualidad que para ser parte del euro a los países miembros se les exige un déficit fiscal no mayor a 3% del PBI. Actualment­e Argentina tiene un déficit fiscal de 7% del PBI entre nación y provincias. Más del doble del máximo tolerado en la zona Euro.

Solo atacamos las consecuenc­ias y no las causas de la inflación. Creamos infinidad de cepos y pisamos tarifas infinidad de veces en la historia. También hay periodos que apostamos a la tasa de interés para frenar al tsunami de emisión por financiar al fisco o recuperar reservas, y como vemos, tampoco funciona. La inflación se genera sólo por emitir de más y Argentina emite de más hace 74 años para cubrir el déficit fiscal. w

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