Nuevos dueños, el mismo torneo
Hace apenas cuatro meses se conoció la venta del 80 por ciento del ATP de Buenos Aires, un torneo que, en cifras no oficiales, está valuado en unos 3.500.000 dólares aproximadamente. De esta manera el portorriqueño Miguel Nido, su histórico dueño, dejó de serlo para pasar a convertirse en un socio minoritario de Tennium, una compañía fundada por el empresario belga Kristoff Puelinckx y el ex top ten francés Sebastien Grosjean, que ya había “invertido” en el circuito comprando el ATP de Valencia para mudarlo a Amberes. Muy atrás en el tiempo quedaron entonces los sueños de Nido y de sus por entonces socios - el estadounidense Butch Buchholz y el chileno Joaquín Blaya- de transformar el torneo en un Masters Series (hoy Masters 1000) sobre cemento a realizarse en Nordelta.
“Cuando empezamos a tener las conversaciones sobre la compra del torneo en 2016 lo hicimos convencidos de que en el mundo hay cuatro países en los que el tenis es una excelente vía para hacer negocios por su audiencia y por su historia. Por supuesto primero están los países de los Grand Slams pero después aparecen España y Argentina. Por eso apostamos por Buenos Aires”, le dijo Puelinckx a Clarín.
La idea de Tennium, que tiene en el uruguayo Martín Hughes a otro de sus principales ejecutivos, es construir una plataforma multiempresarial en el tenis que combine negocios relacionados con los principales torneos de ambos circuitos, jugadores, juveniles con proyección, academias y marcas.
Los nuevos dueños del torneo, que cuenta con un presupuesto de entre 2.500.000 y 3.500.000 dólares anuales, no se preocupan por no tener un auspiciante principal. Al contrario. Creen que es mejor contar con varios sponsors y no con uno que los deje a la deriva de repente, como sucedió con Claro hace 4 años. Y sostienen que lo mejor es contar con un cuadro homogéneo, como sucedió en esta edición con dos top ten -el austríaco Thiem y el español Carreño (el croata Cilic se bajó a último momento)- y un buen número de figuras convocantes como el italiano Fognini, Schwartzman y el francés Monfils, y no con una súper figura que opaque a las demás.
En definitiva, la única escala del circuito masculino en Argentina goza de buena salud. Con sangre nueva que servirá para fortalecer sus virtudes y solucionar sus defectos. Que son muchas las primeras y pocos los segundos.