Un asesino con entrenamiento militar que el FBI no detectó
El FBI aún ignora por qué Nikolas Cruz mató a 17 personas en Florida tras activar la alarma de incendio. Docentes y conocidos dicen que fue expulsado por indisciplina.
Nikolas Cruz, de 19 años, huérfano, y adoptado por un matrimonio que también falleció , siempre fue problemático. Adicto a las armas, en sus perfiles dijo que quería ser “un tirador profesional en las escuelas”, por lo que había sido denunciado.
Nikolas Cruz, el joven de 19 años que el pasado miércoles asesinó a 17 personas en el colegio secundario Marjory Stoneman Douglas de Parkland, Florida, era un adolescente problemático, amante de las armas y con entrentamiento militar, según lo describen sus compañeros y docentes.
Había recibido tratamiento en una clínica de salud mental a raíz de un cuadro de depresión, pero lo interrumpió. Había sido expulsado de la escuela por problemas de disciplina. Muchas de sus amistades se habían alejado de él por sus inquietantes posteos en Instagram y sus relatos de matanzas de animales.
El y su hermano eran huérfanos y habían sido adoptados al nacer por un matrimonio de mediana edad. Roger Cruz, el padre adoptivo, murió de un ataque cardíaco hace varios años. Lynda (68), la madre, falleció en noviembre pasado víctima de una neumonía. “Lynda era muy apegada a ellos. Les dedicó a esos chicos mucho tiempo y esfuerzo para tratar de darles una buena vida y una buena crianza”, apuntó su cuñada, Barbara Kumbatovic.
Solitario, Nikolas tenía fascinación por las armas. Poseía un fusil de asalto AR-15 que había comprado respetando todas las normas legales. Era miembro de un grupo supremacista blanco llamado República de Florida (ROF, por sus siglas en inglés), según confirmó el líder de la agrupación, Jordan Jereb, quien se desligó del hecho: “Actuó por su cuenta. El es el único responsable de lo que hizo”.
Si bien las autoridades escolares, los alumnos y vecinos intuían que algo no estaba bien en Cruz, nadie tenía un panorama completo de lo que se estaba gestando en su interior en los últimos meses. Si alguien que conociera sus dificultades hubiese comparado informes sobre su pasado reciente, quizá habría sonado una alarma antes de lo que ocurrió el Día de San Valentín, cuando Cruz perpetró una de las matanzas más terribles que haya vivido el país.
“Raro” es la palabra que usaron los estudiantes para definir a Cruz desde la escuela media (7° a 9° grado en los EE.UU.). Al principio “no era nada alarmante”, dijo Dakota Mutchler, de 17 años, que asistía a la escuela con Cruz, añadiendo que algo en él “no estaba del todo bien”. Pero eso era todo… en ese momento.
Mientras hacía la transición a la escuela secundaria, Cruz “progresivamente fue volviéndose más extraño”, dijo Mutchler. Vendía cuchillos que guardaba en su lunchera, posteaba en Instagran sobre armas y matanza de animales y “se puso a perseguir a una de mis amigas y la amenazó”, contó la joven.
El miércoles a la noche, Mutchler recordó a Cruz como una figura cada vez más atemorizante, alguien que había sido suspendido de la escuela repetidas veces antes de ser expulsado el año pasado. Pero regresó a la Escuela para vengarse.
Según el sheriff de Broward County, en el interrogagorio el joven reconoció haber cometido la matanza. Cruz fue detenido en las afuera de la escuela. Después del ataque, fue a un Walmart y compró una bebida en un Subway, para retornar al lugar. Ahor enfrenta 17 cargos de asesinato premeditado.
“Creo que todos en esta escuela sabían en el fondo que, si alguien s iba a hacerlo, muy probablemente fuera él”, dijo Mutchler. Joshua Charo, de 16 años, resaltó que de lo único que hablaba era “de armas, cuchillos y caza”. “Tenía estallidos extraños y caprichosos. Les decía palabrotas a los profesores. Era un chico con problemas”, agregó Drew Fairchild.
El profesor de matemática Jim Gard, que tuvo de alumno a Cruz en el año pasado, dijo que en un momento la administración de la escuela distribuyó una nota con un vago indicio de preocupación, pidiendo a los docentes que estuvieran atentos a Cruz. “Se nos dijo que no estaba autorizado a entrar al campus con mochila. El año pasado tuvo problemas
El asesino era miembro de “República de Florida”, un grupo supremacista blanco.
por amenazar a los estudiantes y creo que le pidieron que se fuera del campus”, explicó.
Los vecinos relataron que tuvieron que llamar a la policía varias veces porque Cruz le disparaba a los animales de la zona.
Con la muerte de Lynda Cruz, Nikolas y su hermano se fueron a vivir a lo de unos amigos en Palm Beach. Pero no funcionó y Nikolas se mudó a lo de un ex compañero de la escuela. Esa familia le consiguió empleo como vendedor en un comercio. “No vieron nada que indicara violencia. Estaba deprimido, era inestable, pero nunca vieron nada violento. No lo vieron venir”, afirmó Jim Lewis, abogado de la familia de acogida.
Una compañera, Victoria Olvera, de 17 años, dijo que Cruz fue expulsado después de una pelea con la nueva pareja de su ex novia. Algunos creen que eso pudo haber sido el detonante para la matanza cometida justo el Día de San Valentín.
El día anterior al tiroteo Cruz había ido a su trabajo, y le dijo a la familia con la que vivía: “No voy a la escuela el Día de San Valentín”. Sin embargo, tomó su fusil, varias cargas de municiones y entró al establecimiento a la hora de salida. Se colocó una máscara, activó la alarma de incendios y, cuándo sus ex compañeros y docentes seguían el protocolo de evacuación, comenzó a disparar su AR15. Primero asesinó a los que estaban en los pasillos, y luego persiguió a los que se habían escondido. Finalmente abandonó el colegio. La policía lo detuvo a las pocas cuadras.