Le dan 20 años de prisión al chofer que causó 19 muertes en la cordillera
Fue la condena más dura aplicada en Mendoza por un accidente vial. Para los jueces el conductor del micro Francisco Sanhueza, de 37 años, desoyó reiteradas veces los pedidos de los pasajeros y de su acompañante para que bajara la velocidad.
Es el fallo más importante en la historia mendocina por un accidente vial. Para los jueces, el conductor chileno Francisco Sanhueza desoyó los pedidos de su compañero y de los pasajeros para bajar la velocidad. Quería evitar hacer cola en la frontera y terminó volcando en la ruta 7.
La condena fue dura y trajo algo de paz a los familiares de la tragedia de Turbus: el chofer Francisco Javier Sanhueza (37) recibió una pena de 20 años en prisión y la inhabilitación para conducir. Fue encontrado culpable por haber causado 19 muertes, 3 heridos con lesiones graves y 18 personas con lesiones leves, todos pasajeros del micro de Turbus que en febrero del año pasado volcó en la frontera con Chile, en plena cordillera mendocina.
Al escuchar la sentencia, los familiares de las víctimas estallaron en llantos y se abrazaron. “Estamos tranquilos, aunque lo que pasó no lo vamos a olvidar nunca. Moriremos con esta pena encima”, dijo Emilia Aguilera, una de las sobrevivientes de la tragedia.
El chofer de origen chileno mantuvo siempre su cabeza abajo, inmutable. Es la condena más dura aplicada en Mendoza por un accidente de tránsito. La Octava Cámara del Crimen entendió que el exceso de la velocidad y el haber desoído los pedidos de los pasajeros y el chofer acompañante para que baje la velocidad, demuestran la responsabilidad del chofer en el accidente.
Tanto la fiscal Paula Quiroga como los tres abogados querellantes pidieron 25 años de prisión para el chofer que manejaba 100 kilómetros por hora en curvas donde la máxima permitida es de 40. “Iba rápido a pesar de conocer la peligrosidad de la ruta y los riesgos que se corrían”, argumentaron.
El accidente ocurrió pasada la medianoche, cerca de las 0.15 del sábado 18 de febrero de 2017. El ómnibus había salido con 40 pasajeros y dos choferes, desde la terminal de micros de Mendoza hacia Santiago de Chile. Volcó en la ruta 7, en la curva de Yeso, a dos kilómetros de la Aduana de Horcones, cerca del ingreso al parque Aconcagua.
En el juicio se comprobó que Sanhueza era un chofer profesional y había hecho 102 viajes en esa ruta de alta montaña. No se encontró alcohol ni drogas en su sangre después del accidente. “Fue absolutamente irresponsable. Viajaba con un arma, la velocidad”, dijo el abogado querellante Martín Sevilla. Y contó que el plan del chofer era ir rápido para lle-
“Cometí un error. Iba rápido porque a los choferes nos presionan con el tiempo de viaje”. Francisco Sanhueza Fragmento de la declaración del chofer del micro de la agencia Turbus durante el juicio
gar antes que otros colectivos y evitar la espera en la Aduana. Por eso, en su declaración a la Justicia, dijo: “Cometí un error. Iba rápido porque a los choferes nos presionan con el tiempo de viaje”.
Cuando ocurrió la tragedia era de noche pero había condiciones óptimas de visibilidad en la zona, sin lluvia ni vientos. En el debate hubo una controversia porque en la curva del accidente no había carteles que limitaran los 40 km de velocidad, eso fue colocado dos días después por el Gobierno local.
Pero para el abogado Sevilla, el exceso de velocidad fue una constante: “El tacómetro demostró que en los últimos 45 minutos del viaje, anduvo a una velocidad de entre 91 y 100 kilómetros por hora”. La pericia técnica indicó que la curva anterior la tomó a 91 kilómetros por hora y la de la tragedia, la Curva de Yeso, a 99.
Los abogados de la defensa admitieron que el chofer actuó con impericia pero argumentaron que “no tuvo intención dañar a los pasajeros”, por lo que pidieron 4 años y medio de cárcel.
Los peritajes y los testimonios que pasaron por el juicio, fueron determinantes para llegar al fallo. Todos coincidieron en que Sanhueza conducía demasiado rápido. Un albañil que viaja en el micro, recordó: “El colectivo iba tan rápido que se ladeaba y unas tres veces mordió la banquina. Algunos bolsos y bultos caían de sus compartimientos. A mí uno me pegó en la cabeza”.
Otro testimonio impactante fue el de Claudia Vila (40) quien quedó cuadripléjica por el accidente: “Aunque recibiera la pena máxima no alcanzaría para lo que me toca vivir. A mí me quitaron la vida, nunca más podré levantarme de esta silla de ruedas”, le dijo al conductor, mirándolo a la cara.
El chofer fue condenado a 20 años por “homicidio simple con dolo eventual más lesiones gravísimas”. Pesaron los testimonios de los pasajeros que aseguraron que “le pidieron a gritos” al chofer que bajara la velo
cidad, pero éste hizo caso omiso a tal punto que el chofer acompañante, Pedro Vargas, que estaba descansando atrás, se levantó para pedirle que lo hiciera. El vuelco ocurrió cinco minutos después.
“Por más que le den la máxima pena, se llevó 19 vidas y dejó a mucha gente y niños como hijos con marcas para toda la vida”, dijo Jorge Maldonado, quien perdió a su esposa Eliana Oro, embarazada, y tuvo a su hijo Liam (3), con internado varias semanas con heridas graves. La mayoría de los pasajeros que
murieron eran argentinos. Sólo dos extranjeros, una pasajera peruana y otra, chilena. Los choferes resultaron ilesos.
Las familias víctimas quedaron desmembradas, sin padres, sin hijos, sin hermanos. El chofer continuará cumpliendo su condena en el penal de Boulogne Sur Mer, en la ciudad de Mendoza. Su defensa ya adelantó que apelará el fallo y pedirá que pueda volver antes a su país.